Tras
el gran éxito obtenido con “En busca del arca perdida” (1981), George Lucas y
Steven Spielberg decidieron unirse de nuevo para dar continuidad a las
aventuras de Indiana Jones. Originalmente, la nueva película se iba a llamar
“Indiana Jones y el templo de la muerte”, pero fue cambiado finalmente por
sonar demasiado premonitorio.
En
un principio, como guionista del nuevo proyecto, se pensó en Lawrence Kasdan,
quien ya había escrito anteriormente el guión de “El imperio contraataca”, “En
busca del arca perdida” y “El retorno del Jedi”. Kasdan, sin embargo, se
encontraba en pleno rodaje de “Reencuentro”, su segunda película como director.
Así que Lucas recurrió entonces a George Willard Huyck y a Gloria Katz, que previamente habían escribió con él el guión de “American Graffiti”.
El
equipo técnico de la película se redondeaba con la fotografía de Douglas Slocombe, quien ya nos
había regalado anteriormente las imágenes de “En busca del arca perdida” y
lucía en su carrera títulos como “El sirviente”, “El león en invierno” o
“Julia”, y con el montaje del propio Lucas y Michael Kahn, también artífice de “En busca del arca perdida”,
“Encuentros en la tercera fase” y “Poltergeist”.
Y
en la banda sonora, no podía ser otro, John Williams, extraordinario compositor
que ya nos había maravillado con “Tiburón”, “La guerra de las galaxias”,
“Encuentros en la tercera fase”, “Superman”, “En busca del arca perdida”, “E.T.
El extraterrestre”… y, tras “Indiana Jones y el templo maldito”, lo seguiría
haciendo con “Parque Jurásico”, “La lista de Schindler”, “Siete años en el
Tibet”, “Amistad”, “Memorias de una geisha”… Muy grande John Williams.
“Dr.
Jones, ¿el eminente arqueólogo? Recuerdo que la primera vez que oí su nombre
fue cuando estudiaba en Oxford...”
Entre
el rodaje de “En busca del arca perdida” y el de “Indiana Jones y el templo
maldito”, Harrison Ford había sido Rick Deckard en “Blade Runner” y Han Solo en “El imperio contraataca”.
De
nuevo como Indiana Jones, Harrison nos volvía a demostrar que el personaje le
iba como un guante, protagonizando incluso en este segundo título una escena
similar a la de “En busca del arca perdida” en su enfrentamiento con el árabe
al que finalmente dispara, sólo que en esta segunda película su intento resultaba
fallido por el simple y fundamental hecho de no llevar arma.
- “Willie,
Willie, ¿qué es, algún diminutivo?”
En
un principio, Spielberg quería a Karen Allen para que repitiera su papel de
Marion Ravenwood de “En busca del arca perdida”, pero finalmente él y Lucas
decidieron incluir en cada película una mujer diferente para Indy. Tras
considerar a Sharon Stone para el personaje femenino de Willie Scott, fue
elegida finalmente Kate Capshaw, seleccionada entre otras 120 candidatas.
Kate
protagonizaba el número musical que acompañaba a los títulos de crédito
iniciales de la película, donde ella misma interpretaba el tema original de
Cole Porter “Anything goes” perteneciente al musical de mismo nombre estrenado en 1934.
Ke
Huy Quan contaba doce años de edad cuando acompañó a su hermano al casting
donde se iba a elegir al joven actor asiático que daría vida al simpático Tapón (Short Round).
Sin embargo, fue Ke quien captó la atención de los directores de casting al
pasar todo el tiempo que duró la prueba de su hermano diciéndole lo que debía o no hacer.
Ke
debutaba a lo grande en “Indiana Jones y el templo maldito”. Al año siguiente
le veíamos en el papel de Data en “Los Goonies”.
Entre
el extenso reparto que completaba la película aparecía muy brevemente Dan
Aykroyd en el papel de Weber, el oficial que, hacia el comienzo de la historia,
les conseguía los pasajes de avión a los tres protagonistas. A Dan ya le habíamos
visto anteriormente en “Granujas a todo ritmo” y “Entre pillos anda el juego”.
Ese mismo año de “Indiana Jones y el
templo maldito” le volveríamos a ver en “Los cazafantasmas”.
Y
en esa misma escena del aeropuerto en la que aparecía Dan Aykroyd, hacían un
simpático cameo los propios George Lucas y Steven Spielberg, convertidos en
misioneros, y Frank Marshall, productor de la película, como un turista.
La
idea original de rodar la película en la India se vio
truncada al no ser conseguido finalmente el permiso, así que se decidió
trasladar la producción a Sri Lanka, compartiendo varias localizaciones con las
anteriormente utilizadas para “El puente sobre el río Kwai”.
La
famosa escena del puente de cuerda fue filmada en tres continentes diferentes. En el desfiladero de Sri Lanka donde fue construído dicho puente se rodaron
también las tomas en las que lo corta Indy. Los planos donde se ve ya el puente
colgando, una vez cortado, fueron filmados en los Elstree Studios de Londres. Y los
planos de los caimanes que esperaban abajo fueron rodados en Florida.
Una
vez cortado el puente, caían de él un total de 14 maniquíes que eran manejados gracias a la batería que llevaban dentro, logrando un sinfín de movimientos en sus
brazos y piernas que simulaban diferentes aspavientos.
El
puente se encontraba realmente suspendido a una altura más que considerable. Steven
Spielberg, incapaz de caminar por él, se vio obligado a conducir un buen trecho
con su coche para llegar al otro lado. Harrison Ford, por el contrario, pasó
por el puente a toda velocidad.
Producida
por George Lucas, Robert Watts, Frank Marshall y Kathleen Kennedy para
Paramount Pictures, “Indiana Jones y el templo maldito” (Indiana Jones and the
temple of doom) se estrenaba con gran éxito en Estados Unidos el 23 de Mayo de 1984.
Entre
otros premios y nominaciones, obtuvo el Oscar a los mejores efectos visuales,
siendo también nominada en estos galardones a la mejor banda sonora. Los
británicos Premios Bafta también la galardonaron en la categoría de mejores
efectos especiales y la nominaron a la mejor fotografía, mejor montaje y mejor
sonido.
Ke Huy Quan fue premiado como mejor actor secundario en los Young Artist Awards
y la película fue nominada como mejor película extranjera en los Premios de la
Academia Japonesa.
“Indiana
Jones y el templo maldito” reunía simpáticas curiosidades. Como el
que al principio de la película, en las calles de Shangai, pudiéramos observar
claramente un bar llamado “Club Obi Wan”…
O
que D. R. Nanayakkara, el actor que interpretaba en la historia a Shaman, no
hablara una palabra de inglés, con lo
que se limitaba a pronunciar fonéticamente
sus líneas del guión imitando lo que le iba diciendo Steven Spielberg fuera de
cámara. En su diálogo hay así una serie de
pausas que no respondían precisamente a un efecto dramático sino al
hecho de estar el actor esperando su siguiente línea.
Y
como último dato curioso el que, tras esta película, el guionista Willard
Huyck, Steven Spielberg y George Lucas les pusieran a sus respectivos perros
los nombres de Short Round, Willie e Indiana.