“La comedia cómica es un asunto muy serio. Si el tono cómico decae, de golpe y porrazo la situación se pone difícil. Es algo muy especial que sólo se entiende cuando se ha pasado por ello”
(Jerry Lewis)
(Jerry Lewis)
A principios de 1960, recién salido de su fructífera y exitosa unión con Dean Martin, tanto en la gran pantalla como en los escenarios americanos, Jerry Lewis se embarcaba valientemente en solitario en el mundo de Hollywood.
El título elegido para tal fin era “El Ceniciento”, listo para ser lanzado ese mismo verano. Pero Jerry prefería esperar para su estreno a la época navideña por tratarse de una película orientada a la familia.
La Paramount, productora entonces de los films de Jerry Lewis, accedió con recelo a tal petición siempre y cuando Jerry les entregara otro título para estrenar a cambio.
“Aquella noche volé de Los Ángeles a Miami, pues estaba comprometido para la inauguración del Fontainebleau Hotel el 17 de Enero. Durante el viaje se me ocurrió una idea. Era la visión de un botones, interpretando su papel en clave de pantomima; el personaje era un símbolo de protesta contra las personas que miran a los botones, a los ascensoristas y a otros trabajadores uniformados como maniquís sin cara”
Así que Lewis se comprometió a un nuevo y vertiginoso proyecto que él mismo, además de protagonizar, escribiría y dirigiría.
"Estuve ocho días y ocho noches sin dormir. No tuve ni un instante de sueño. Escribí 165 páginas, escena tras escena. En mi condición de director de mí mismo, tenía además el trabajo de contratar a otros actores”
En los títulos de crédito iniciales de la película, el reparto viene encabezado por Jerry Lewis y a continuación aparece, entre el resto de un magnífico elenco, Joe Levitch, auténtico nombre del actor.
Y es que en la historia se da la curiosa circunstancia de que coinciden en el hotel Stanley, uno de los numerosos botones, interpretado por Jerry Lewis, y Jerry Lewis, la aclamada estrella de cine, interpretado por Joe Levitch.
Pero Lewis no es el único miembro del reparto que desdobla su interpretación. Otro de los botones del hotel es encarnado por el también cómico Milton Berle quien, a su vez, hace también de sí mismo como huésped de honor.
Actor cómico estadounidense, Milton es una de las figuras más legendarias del mundo del espectáculo norteamericano, aunque forjado más en salas de fiestas, y a través de la televisión, que en la gran pantalla.
En “El botones” nos encontramos asimismo con dos escenas homenaje a los hermanos Marx. Y es que Jerry llegó a entablar también una estrecha amistad con estos geniales hermanos a partir de una inicial carta que le envió Groucho en la que le animaba tras su ruptura con Dean Martin.
Una de estas escenas rinde tributo a la antológica del camarote de “Una noche en la ópera”, aquí a través de un sorprendente ascensor en el que van entrando un número interminable de personajes.
La otra secuencia de “El botones” va directamente dirigida a Harpo y, en especial, a uno de los múltiples trabajos que desempeñó de joven, el de botones en un lujoso hotel. Siendo además aleccionado por el gerente, que le había asegurado buenas propinas a través de Cecilia Langhorne, la famosa trágica inglesa y huésped del hotel, ya que cualquiera que sacara a pasear a su animal de compañía recibía siempre una propina de veinticuatro centavos.
Pero resultó que el animal de compañía de esta señora era un cachorro de leopardo que, a mitad de su primera salida con Harpo, descubrió a un perro y se deshizo de la correa. Harpo regresó al hotel y le entrego la correa a la afamada actriz contándole que un individuo recién salido de una armería había matado a su leopardo. Evidentemente, tuvo que cambiar de empleo.
En “El botones”, a Stanley no le es confiado un leopardo pero sí un sinfín de perros que se le escapan nada más salir del hotel. Perros que tranquilamente él sustituye por un mismo número de galgos listos para participar en una concurrida carrera que, evidentemente, debe ser anulada.
A través de esta película, Jerry Lewis da las gracias, de una manera u otra, a sus predecesores en el mundo de la comedia cómica que tanto le ayudaron a forjarse como uno más de ellos.
Por eso, no podía faltar en “El botones” la referencia a uno de los mayores ídolos de Jerry: Stan Laurel.
“Era un hombre agradable, cálido y sencillo que no pedía nada a nadie y que se limitaba al placer de dedicar sus últimos días a mirar el océano y a soñar en los tiempos en que las sonrisas eran más alegres y los amigos estaban más cerca.
Sí… Soy fan de Laurel y Hardy… lo he sido desde que puedo recordar. Y conocí a Laurel, que fue la alegría de mi vida, el estar sentado junto a él durante horas… y aprender”
“A Jerry, como tributo a un gran talento y a un maravilloso amigo.
Mi admiración siempre, Stan”
Aparte del hecho de que el personaje del botones que interpreta Jerry responda al nombre de Stanley, la figura de Stan Laurel aparece intermitentemente a lo largo de toda la cinta, dedicada claramente a él, encarnada por el actor Bill Richmond.
Rostro conocido de la pequeña pantalla, guionista de cine y televisión, productor, actor y compositor americano, Richmond colaboró habitualmente como guionista en los trabajos posteriores de Jerry (“El profesor chiflado” entre otras) y en varios episodios de “The Jerry Lewis Show”.
El 8 de Febrero de 1960 comenzaba el rodaje de “El botones”, concluyendo tan sólo cuatro semanas más tarde. Jerry llevó a cabo el montaje de la película, entre el 10 de Marzo y mediados de Abril, paralelamente a un espectáculo que realizó para el Sands Hotel. Y en Mayo entregaba a la Paramount la película lista para su distribución.
Así fue como el 20 de Julio de 1960, se estrenaba “El botones”, una de las más ingeniosas comedias americanas de la historia del cine. Una serie continuada de gags y situaciones aparentemente espontáneos que eran, en realidad, producto de un ritmo desarrollado con una matemática precisión.
Contra todo pronóstico, sobre todo por parte de la Paramount, este proyecto produjo diez millones de dólares y fue entendido a la perfección por el público americano, que descubrió con agrado que su cómico favorito atesoraba un enorme talento como guionista, creador de gags y director.
Enhorabuena Jerry, una vez más desde “La Gran Pantalla”, por tu triunfal entrada en el mundo de Hollywood. Y gracias por regalarnos esta pequeña joya en forma de comedia comica.