Mary Poppins es la nueva niñera de Jane y Michael. Los dos niños viven junto a ella un verdadero cuento de hadas, ya que Mary resuelve todos los problemas como si fuera un juego. Y junto a su amigo Bert, un personaje igualmente mágico. Gracias a ambos, Jane y Michael recuperan la total atención de sus padres.
Celebrando por todo lo alto el 45 aniversario del estreno, tal día como hoy, de esta maravillosa película, la factoría Disney ha lanzado esta edición especial de lujo:
Cuando Julie Andrews ganó el Oscar a la mejor actriz por "Mary Poppins" se lo agradeció en su discurso a Jack Warner, productor del film “My fair lady”. Fue con sarcasmo, puesto que Warner la había descartado para interpretar a Eliza Doolittle en la pantalla (Julie la había interpretado en los escenarios) por ser Andrews entonces desconocida para el gran público, eligiendo en su lugar a la más conocida Audrey Hepburn. Curiosamente, Hepburn fue doblada en las canciones por Marni Nixon.
“Mary Poppins” es mucho más que un musical en toda regla que mezcla a la perfección actores reales con secuencias animadas. Dirigida por Robert Stevenson, que llegó a trabajar con Disney en un total de 19 películas, contó con la maravillosa banda sonora de los hermanos Sherman.
Y, como en infinidad de casos, todo empezó en un libro.
Érase una vez Pamela Lyndon Travers, seudónimo de Helen Lyndon Goff, novelista, poeta, actriz y reportera. Hija de padres de ascendencia irlandesa, nació en Australia en 1899. La mala relación de sus padres hizo que Helen se refugiara en su imaginación. A los 17 años decidió trasladarse a Dublín, donde su interés por la mitología y la simbología le abrió camino en los círculos literarios. Comenzó publicando sus poemas mientras se ganaba una reputación como actriz. Junto a una compañía que interpretaba a Shakespeare recorrió Australia y Nueva Zelanda antes de establecerse en Londres en 1924. Entonces ya se dedicó a escribir como P.L. Travers, iniciales que ocultaban su condición femenina. Una mujer que llevaba un vestido pasado de moda, y un paraguas con una cabeza de pájaro tallado en la empuñadura, le sugirió a Travers el aspecto que tendría su próximo personaje: Mary Poppins. Como buena escritora, admiraba a J.M. Barrie (autor de “Peter Pan”) y trató de emularle en su libro sobre la fantástica niñera.
“Mary Poppins” supuso la irrupción de la figura mágica femenina en la literatura juvenil. Fue también uno de los primeros relatos modernos que daba prioridad al mundo de la imaginación, mundo siempre maravilloso, sobre los cauces narrativos tradicionales, reivindicando con ello lo absurdo, la fantasía, el humor y la supresión de los límites entre lo real y lo irreal. La publicación de “Mary Poppins” en 1934 fue el primer éxito literario de Travers. Le seguirían cinco secuelas, la ultima en 1988. El éxito de la serie de libros trajo consigo también un abecedario y un libro de recetas.
En 1938 apareció en escena Walt Disney. Quería llevar a la gran pantalla a aquella maravillosa niñera. Sin embargo, su autora no creía en esta versión fílmica, alegando como principal razón el que los estudios Disney aún no habían producido ninguna película con acción real. El genio de la animación tuvo que esperar pacientemente más de veinte años hasta conseguir los derechos para hacer la película. La autora ponía, además, varias condiciones, entre otras, el derecho a aprobar el guión con el fin de que la película no repercutiera desfavorablemente en su venta de libros. Intentó también suprimir los dibujos animados de la película, pero aquí Walt no cedió. Evidentemente, Travers no había reconocido aún en Disney su don para convertir en oro todo lo que pasaba por sus estudios de animación.
Empezó entonces la selección de actores. Para el personaje de Mary Poppins se barajaron, en principio, nombres como Bette Davis, a quien había considerado Walt basándose en la fría caracterización del personaje de Travers, o Angela Lansbury, actriz que más adelante prestaría su imagen y su voz a la factoría Disney.
Finalmente, Walt Disney se decidió por Julie Andrews, actriz casi desconocida, tras verla en los escenarios de Broadway representando “Camelot”. La única pega que puso Andrews a tal ofrecimiento era el encontrarse en ese momento en estado de buena esperanza. Walt no sólo le aseguró que esperaría para empezar el rodaje, sino que también le ofreció a Tony Walton, entonces marido de Andrews, el diseño de vestuario y decorados de la película. Julie consiguió la aprobación de la autora del libro por curiosa vía telefónica. La actriz se encontraba por entonces en la cama, ya que acababa de tener a su hija Emma. Mereció la pena la espera. Julie Andrews, por supuesto, bordó su papel.
Para el entrañable personaje de Bert, se consideraron actores ya muy conocidos como Danny Kaye, Fred Astaire o, incluso, Cary Grant. Disney entonces se fijó en Dick Van Dyke, un actor que físicamente encajaba con el mágico Bert y que, además, cantaba y bailaba profesionalmente. El personaje de Bert en el film era el compendio de varios amigos de Mary Poppins en el libro. Los oficios de Bert en esta historia son múltiples: hombre-orquesta, pintor de cuadros, deshollinador y vendedor de cometas. Y los cuatro encajaban a la perfección con la fisonomía de Van Dyke.
Dick, además, había desarrollado durante los años cincuenta un gran talento para interpretar a excéntricos hombres de edad avanzada. Así que, aunque en principio Disney le ofreció sólo el papel de Bert, Van Dyke insistió en hacer también una prueba para el personaje del viejo Mr. Dawes, doble trabajo en la película por el que el actor no quiso cobrar. Si la interpretación de Dick como Bert es ya antológica, no nos deja tampoco indiferentes su caracterización de Mr. Dawes.
La interpretación de los dos niños, Jane y Michael, es de una naturalidad asombrosa. Para conseguirlo, se decidió no informar a los pequeños actores de determinados puntos de la película. Las reacciones de asombro de Jane cuando Mary Poppins saca un sinfín de cosas de su gran bolso, o cuando su medicina cambia de color, eran auténticamente reales. Tampoco se les dijo quién estaba interpretando al viejo Mr. Dawes. Así que al tambalearse Dick Van Dyke de forma tan convincente, dada la avanzada edad de su personaje, los niños estaban muy pendientes por si se caía de repente, aunque no dejaba de resultarles algo cómico.
Los niños fueron interpretados en la gran pantalla por Karen Dotrice y Matthew Garber. Nacido en Londres en 1956, Matthew dio sus primeros pasos en el mundo de la interpretación gracias a un amigo de la familia, el actor Roy Dotrice, que le consiguió un papel en “Las tres vidas de Thomasina”, una película producida por Disney en donde trabajaba la hija de Dotrice, Karen. Actriz británica nacida en 1955 en una familia dedicada al teatro, Karen debutó en el escenario con tan sólo cuatro años. Cuando terminó el rodaje de “Las tres vidas de Thomasina”, Walt contó de nuevo con los dos niños para “Mary Poppins”. Tras el rotundo éxito de esta película, Karen y Matthew repetirían con Disney y como hermanos en “El abuelo está loco”, compartiendo cartel esta vez con un divertido Walter Brennan en un doble papel.
El resto del reparto contribuyó rotundamente al éxito de la película. Para el personaje de George Banks, padre y cabeza de esta singular familia, se pensó en un principio en actores como Richard Harris, Terry-Thomas, George Sanders, James Mason o Donald Sutherland. El papel recayó finalmente en David Tomlinson, que no sólo llevó a buen fin su interpretación, sino que además puso la voz a algunos de los personajes animados de la película, como uno de los pingüinos camareros, el jockey que permite pasar a Mary Poppins en el carrousel de caballos o el mismísimo paraguas de Mary. Glynis Johns dio vida a la perfección a la alocada madre y Ed Wynn bordó su papel del tío Albert. Y maravillosos también Reginald Owen, como el Almirante Boom, y Hermione Baddeley y Elsa Lanchester como Ellen y Katie Nanna.
“Mary Poppins” contó, además, con una verdadera actriz de lujo. Jane Darwell (inolvidable madre de Henry Fonda en “Las uvas de la ira”) se había retirado ya del cine en 1959, y vivía ahora en la Motion Picture Country Home, en Wooden Hills, California. Disney no dudó un momento en ofrecerle el papel de la entrañable mujer que da de comer a las palomas. En un principio, Jane, que contaba entonces 84 años de edad, rechazó el papel, pero Walt deseaba por encima de todo tenerla en su película, así que fue a visitarla personalmente a la MPCH y, para fortuna de todos nosotros, consiguió convencerla. Su interpretación, muy breve con apenas una frase, que ilustra una de las canciones más bonitas de esta banda sonora, te transmite una emotiva ternura que sólo Jane Darwell podría haber conseguido.
Otra importante baza de la película es su Banda Sonora. Verdadera obra de arte creada por los hermanos Sherman, esenciales en los estudios Disney, que ganó, entre otros galardones, un Premio Grammy a la mejor banda sonora escrita para una película de cine o televisión. La composición de la totalidad de las canciones se completó en dos años. Se llegaron a escribir alrededor de 30 temas durante el desarrollo de la película. Y todas y cada una de las canciones que aparecen en “Mary Poppins” tienen algo especial. Y también esconden su pequeña historia.
"Chim Chim Cher-ee" obtuvo el Oscar a la mejor canción. Nos la canta Dick Van Dyke en dos momentos de la película, una él solo y otra con los dos niños. En ambos casos, una maravillosa melodía.
“Supercalifragilisticoexpialidoso” estaba inspirada en una palabra sin sentido que aprendieron los hermanos Sherman en un campamento de verano. La recordaban como una palabra que ellos sabían pero los adultos desconocían. Y pensaron que los niños Banks tenían derecho a contar también con esta palabra. El coro animado de esta canción lo formaban nada menos que Richard Sherman, el entrenador vocal J. Pat O’Malley y la propia Julie Andrews.
"Jolly Holiday" recoge otro momento mágico de la película. Como dato curioso, la condición que puso aquí la autora del libro de que en la letra no se dejara entrever ningún tipo de relación más allá de la amistad entre Mary y Bert.
“Let’s go fly a kite” tenía su punto de origen en el padre de los Sherman, que hacía cometas para los niños vecinos como hobbie. En la película, la cometa rota representa a la desunida familia. Cuando el padre la arregla, los cuatro salen juntos a volarla.
Una de las canciones preferidas de Julie Andrews era “Stay awake”. Cuando oyó que pensaban retirarla de la banda sonora, decidió escribir una carta a P.L. Travers, autora del libro, quien inmediatamente insistió en la importancia de conservar esa canción.
A Julie no le gustó, sin embargo, la canción titulada “The eyes of love” y no quiso hacer la película hasta que no la cambiaron. La nueva que presentaron los Sherman fue la hoy exitosa “A spoonful of sugar”. El título de esta canción surgió del compositor Robert Sherman. Su hija de siete años le dijo al llegar del colegio que le habían dado la vacuna de la polio en una píldora. Sherman le preguntó a su hija si amargaba y la niña dijo que no, que se la habían dado con una cucharada de azúcar. Robert se lo contó a su hermano Richard, quien le puso de inmediato la letra a la música ya compuesta y así nació la canción. La propia Julie Andrews fue la artífice del silbido que se oye en esta hoy clásica melodía.
"I love to laugh" nos ilustra la escena en la que los niños van con Mary y Bert a tomar el té a casa del tío Albert. A Matthew Garber, el niño de la película, le daban diez centavos cada vez que tenían que repetir la toma. Y es que, en la escena, los cinco suben volando hacia el techo cada vez que les da la risa, y el pobre Matthew le tenía miedo a las alturas. A alguien se le ocurrió compensarle de esa manera, y así se hizo.
La secuencia de la canción “Step in time” se tardó en rodar toda una semana. Mereció la pena. La escena quedó perfecta.
“Feed the birds” canción que ilustra la entrañable escena de Jane Darwell dando de comer a las palomas, no sólo era la canción favorita de Walt Disney, sino que él mismo contaba que, cada vez que visitaba a los hermanos Sherman, sólo tenía que decirles: “Play it” (“Tocádla”) y ellos sabían que Disney quería oir “Feed the birds”.
También se llegó a escribir una canción para el personaje del Almirante Boom. Y aunque, finalmente, no aparece en el film, sí se mantuvo en la banda sonora. Otra canción suprimida en la película: “The beautiful briny”, fue rescatada más adelante para otra película de Disney, “La bruja novata” (1971).
Los hermanos Sherman compusieron también las bandas sonoras de "Los aristogatos", "Chittty Chitty Bang Bang", "El libro de la selva", "Winnie the Pooh", "Merlín el encantador" y "El abuelo está loco". Y son también los artífices del maravilloso tema “It’s small world (after all)”.
Robert y Richard Sherman trabajaron con Disney hasta la muerte de éste en 1966. En 2008 obtuvieron merecidamente la American Nacional Medal of the Arts por su gran y mágica contribución a la música.
“Mary Poppins” también reúne otra serie de anécdotas curiosas. Como el que se utilizaran alrededor de cien pinturas para recrear el Londres de la época. O el que, al principio de la película, en la escena de las niñeras aspirantes formando una larga cola, se diera la circunstancia de que muchas de ellas eran actores disfrazados de mujer. O que el director Robert Wise fuera un asiduo visitante del rodaje, al que acudía para ver cantar a Julie Andrews y, una vez terminado el rodaje de “Mary Poppins”, Julie fuera elegida para interpretar a la protagonista de “Sonrisas y lágrimas”, la otra gran película de la filmografía de la actriz.
La repercusión de “Mary Poppins” fue tan importante que la Casa Famosa llegó a sacar un single y una muñeca en el mismo año de su estreno:
Y no fue la única muñeca que salió sobre este personaje:
Además de una gran variedad de preciosos accesorios:
“Mary Poppins” obtuvo cinco Premios de la Academia (Mejor actriz, Mejores efectos visuales, Mejor montaje, Mejor Canción Original ("Chim-Chim Cher-ee") y Mejor Banda Sonora. Y las nominaciones siguientes: Mejor dirección artística y decoración, Mejor fotografía en color, Mejor diseño de vestuario, Mejor director, Mejor película, Mejor sonido y Mejor guión adaptado. Ganó también el Globo de Oro a la Mejor actriz (Julie Andrews), siendo nominada además como mejor película, mejor banda sonora y mejor actor (Dick Van Dyke).
Y siendo ésta una de las primeras películas que yo vi en el cine, gustándome entonces y todas las veces que la he vuelto a ver, no podía por menos que unirme a la casa Disney y hacer este post de edición especial reconociendo su fantástica historia, su acertado reparto, sus entonces y ahora logrados efectos visuales, su ternura y, por supuesto, su perfecta banda sonora.
Y es que estamos hablando de Walt Disney. Puro arte y pura magia.