Nacido en Indiana el 24 de Marzo de 1930, Terence Steven McQueen se unió a los 17 años al Cuerpo de Infantería de la Marina trabajando como conductor de tanques y como mecánico, probablemente estimulando así su interés permanente en los vehículos, especialmente en las motocicletas y los coches de carreras.
Recibió en esa misma época una distinción por rescatar a cinco infantes de marina en un accidente de entrenamiento, y aprovechó más adelante sus beneficios militares para estudiar en el Actor's Studio de Nueva York.
En 1955, él y Martin Landau fueron los dos únicos actores a los que Lee Strasberg aceptó tras una prueba general a dos mil candidatos. Al encontrarse con Landau, McQueen le comentó que ya se conocían.
Cuando Landau quiso saber de dónde, Steve le contó que le vio en la parte posterior de la motocicleta de James Dean cuando en una ocasión Dean la llevó a reparar a un garaje de Nueva York. El mecánico de motocicletas de dicho garaje no era otro que McQueen.
Steve consiguió su primer papel importante en “Cuando hierve la sangre” (1959), personaje que originalmente iba a ser interpretado por Sammy Davis Jr. Pero una discusión entre éste y Frank Sinatra, protagonista de la película, provocó que Davis fuera sustituído por Steve.
En 1963, McQueen abandonó brevemente el rodaje de “La gran evasión” por considerar que su papel no era lo suficientemente extenso.
Afortunadamente para la historia del cine, dos de sus compañeros de reparto, James Garner (al que le unió siempre una estrecha amistad) y James Coburn, le convencieron para que volviera.
El capitán Hilts al que da magistralmente vida Steve en esta maravillosa película es hoy su más conocido y exitoso personaje, merecidamente recompensado en el Festival de Cine de Moscú con un galardón al mejor actor.
En 1976 Steve apareció, como un motociclista más, con casco y sin acreditar, en la película “Dixie Dynamite”. Se cuenta que se convocó a los motociclistas de la zona para participar en esta aventura de bajo presupuesto y entre los que se presentaron estaba McQueen. Con sobrepeso y una poblada barba, el actor pasó desapercibido hasta que el ayudante de producción vio su nombre en la lista de los presentados.
En la película, según parece, se reconoce su estilo de conducción (de pie sobre los pedales, inclinado hacia delante y la cabeza sobre el manillar).
"El estrellato equivale a éxito económico y el éxito económico equivale a seguridad”
En ese mismo año le propusieron el personaje que hizo Kevin Costner dieciséis años después en el “El guardaespaldas”, pero el proyecto se quedó tan sólo en eso. Curiosamente, McQueen es el actor favorito de Costner y su principal influencia como intérprete.
Formado con el cinturón negro Pat E. Johnson en Tang Soo Do (arte marcial tradicional de Corea, enfocado hacia la disciplina y la práctica de defensa propia), Steve fue también entrenado en Jeet Kune Do por Bruce Lee.
En 1979 le fue otorgada la licencia de piloto privado de la FAA (Federal Aviation Administration), aprendiendo a volar en un biplano Stearman, que había comprado para ese fin, con la misma destreza, según cuentan, con la que manejaba los coches de carreras.
En 1982, tras la muerte del actor, el biplano fue vendido en pública subasta junto con su gran colección de vehículos.
“Un actor es una marioneta manipulada por una docena de otras personas. El automovilismo tiene dignidad. Pero necesita la misma concentración absoluta”
A lo largo de su extensa carrera, Steve fue considerado para protagonizar títulos como “El gran Gatsby”, “Alguien voló sobre el nido del cuco”, “Encuentros en la Tercera Fase”, “Harry el sucio”, “French Connection” o “Superman”. Películas en las que, por un motivo u otro, él no se vio apropiado, pero que encumbraron a todos y cada uno de los actores que las llevaron finalmente a la pantalla.
También hubo personajes a los que optó McQueen que se le escaparon de las manos en el último momento. Como el protagonista de “Marcado por el odio”, que finalmente protagonizó Paul Newman, relegando a Steve a un pequeño papel en la película. O el protagonista de “Desayuno con diamantes”, papel que fue a parar finalmente a George Peppard y que Steve no pudo llevar a cabo por su contrato con la serie televisiva "Wanted: Dead or Alive" (1958).
O el de Sundance en “Dos hombres y un destino”, al que tuvo que renunciar por un problema con su agente. O el del Coronel Kurtz en “Apocalypse Now”, que recayó finalmente en Marlon Brando.
Gran olvidado en los Premios de la Academia (tan sólo fue nominado a un Oscar por “El Yang-Tsé en llamas”), McQueen fue mejor reconocido en los Globos de Oro, consiguiendo una nominación por su gran papel en “Papillon” y obteniendo en 1967 y 1970 el Henrietta Award como actor favorito del año.
“Hay algo en mis ojos de perro lanudo que hace que la gente piense que soy bueno”
Hace muchos años ya que Steve llegó a este mundo con una motocicleta debajo del brazo. Y que se nos fue, demasiado pronto, con tan sólo 50 años de edad, y a la vertiginosa velocidad de un coche de carreras.
Pero nos ha dejado personajes como Hilts, Papillon, Vin, Cincinnati Kid, Thomas Crown, Bullit, Michael Delaney, Tom Horn, Junior Bonner… Y películas hoy ya clásicas como “La gran evasión”, “Papillon”, “Los siete magníficos”, “El rey del juego”, “Bullit”, “El coloso en llamas”, “Las 24 horas de Le Mans"... Y su maravillosa sonrisa.
Motivos más que suficientes para que permanezca en nuestro recuerdo. Y, por supuesto, a toda pantalla.
Gracias de corazón, magnífico Steve.
“No estoy seguro de si soy un actor que corre o un corredor que actúa”
(Steve McQueen)