Paul Leonard Newman nació en Ohio el 26 de Enero de 1925. En el Actor’s Studio, donde Paul estudió interpretación, concidió con jóvenes promesas del cine de la talla de James Dean, Steve McQueen, Lee Remick, Geraldine Page…
“Para pagarme los estudios, me puse a vender la Enciclopedia Británica y se me daba muy bien. Pensaba que lo más probable es que acabase siendo profesor. No tenía delirios de grandeza acerca de llegar a ser estrella de cine”
En 1953 debutó en Broadway con la obra “Picnic”, permaneciendo con ella catorce meses en cartel. Y tras varios papeles esporádicos en series de televisión, Newman debutó en la gran pantalla en 1954 con “El cáliz de plata”, donde compartía cartel con Pier Angeli.
“Me enviaron una copia del guión de “El cáliz de plata” y me convencieron para que la hiciera. Sabía que iba a ser un fiasco. El sobrevivir a mi primer largometraje fue un sorprendente golpe de suerte. Los perros me perseguían por la calle. Llevaba aquella minifalda griega enseñando las piernas. Fue terrible. De hecho, se considera el peor film producido en los años 50. La primera crítica que leí decía: “El señor Newman pronunciaba sus frases con el emotivo fervor de un revisor de ferrocarril anunciando las estaciones”
Su primer éxito cinematográfico vino de la mano de Robert Wise con “Marcado por el odio” (1956), en donde Paul encarnaba al boxeador Rocky Graziano, papel por el que también optaba Steve McQueen, quien hizo finalmente un papel secundario en la película. En 1958, Newman rodó “El largo y cálido verano”, largometraje donde trabajaba por primera vez con Martin Ritt – uno de sus directores favoritos y cómplice de buena parte de su carrera profesional – y con Joanne Woodward, actriz con la que Paul formó no sólo una buena pareja en la pantalla, en éste y otros títulos posteriores, sino también uno de los matrimonios cinematográficos más sólidos de todos los tiempos.
En la década de los 60, Newman rodaba títulos hoy ya clásicos como “Éxodo”, “El buscavidas”, “Dulce pájaro de juventud”, “La leyenda del indomable” o “Dos hombres y un destino”. Y hacia el final de la misma debutaba como director con “Rachel, Rachel”, eligiendo a la propia Joanne Woodward como protagonista.En los años 70, su segunda y tercera película tras las cámaras: “Casta invencible” y “El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas”, esta última un curioso proyecto en el que Paul dirige de nuevo a su mujer y a su hija, Nell Potts. También de esta década son “El juez de la horca”, “El golpe” o “El coloso en llamas”.
En los 80, Newman vuelve a la dirección con “La caja oscura”, película sólo para la televisión, “Harry e hijo”, donde además hace las funciones de guionista, y “El zoo de cristal”. En estos tres títulos vuelve a figurar Joanne Woodward como principal protagonista. Una apuesta segura del actor, puesto que Joanne ha demostrado siempre sus excelentes dotes como actriz.
Y en esta misma década, entre otros títulos donde Newman siempre está correcto como actor, sobresalen dos películas en las que Paul da todo de sí mismo y llega a la absoluta perfección: “Veredicto final”, interpretando a Frank Galvin, un abogado en plena decadencia, y “El color del dinero”, secuela de “El buscavidas”, donde Newman vuelve a encarnar a Eddie Felson.
En los años 90, Paul nos regaló una interpretación impecable en la maravillosa “Ni un pelo de tonto”, a través de un personaje que fue escrito especialmente para él, y otra caracterización mágica como padre de Kevin Costner en “Mensaje en una botella”. Y en 2006, Newman prestó su voz al personaje de Doc Hudson en la película animada “Cars”.
Paul Newman es, junto a Laurence Olivier, Katharine Hepburn, Jack Nicholson y Michael Caine, uno de los cinco actores que han sido nominados a los Oscar en cinco décadas consecutivas. Y, aunque resulte increíble, ha recibido un único Premio de la Academia por una interpretación concreta en toda su carrera cinematográfica. Lo consiguió gracias a su personaje de Eddie Felson en “El color del dinero”. El actor no estuvo en la ceremonia, recogiendo su galardón en su nombre Robert Wise.
Paul fue nominado en un total de nueve ocasiones más, una de ellas como productor por “Rachel, Rachel”. Entre otras de sus interpretaciones nominadas: “La gata sobre el tejado de cinc”, “El buscavidas”, “La leyenda del indomable”, ”Ausencia de malicia” y, para mí, dos imperdonables de no recibir el galardón: “Veredicto final” (sí consiguió el David de Donatello) y “Ni un pelo de tonto” (sí consiguió por ésta el Oso de Plata en el Festival de Berlín).
En 1986 se le entregó un Oscar Honorario en reconocimiento a su aportación y dedicación a la gran pantalla.
“Es como perseguir a una bella mujer durante 80 años. Finalmente, ella accede y tú dices: Lo siento muchísimo. Estoy cansado”
Y en 1994 se le otorgó el Oscar Humanitario Jean Hersholt como reconocimiento a su gran labor humanitaria.
Newman también ha sido nominado a los Emmy en tres ocasiones como director y actor, logrando en 2005 el galardón como actor secundario de la miniserie “Empire Falls”. Asimismo, consiguió el Globo de Oro como director por “Rachel, Rachel” y como actor secundario por “Empire Falls”. Ya había recibido en 1957 el Globo de Oro como actor promesa, junto a Anthony Perkins. Y en 1984 se le otorgó el Premio Cecil B. De Mille en estos mismos premios.
“Joanne me ha apoyado incondicionalmente en todas mis elecciones, y esto incluye el correr en las carreras, algo que ella detesta. Para mí, eso es amor”
Tras preguntarle en innumerables ocasiones cuál era el secreto de su largo matrimonio con Joanne Woodward, él respondió: “No sé lo que ella pone en mi comida”.
Por el Día de la Madre, Paul le regaló a su mujer dos horas de conducción ininterrumpida alrededor de las carreteras de Westport, Connecticut, por donde ellos nunca habían estado. Cuando se trasladaron a Connecticut, él comentó: “Mejor que Montana… y mi mujer y yo encontramos un bonito cementerio aquí”.
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La otra gran pasión de Newman fueron los coches de carreras. Su primera competición profesional fue en 1972 en Connecticut (“Empecé a pilotar a los 47 años. Empecé muy despacio y haciéndolo muy mal”). Participó en las 24 horas de Le Mans de 1979, terminando segundo con un Porsche 935. Y se mantuvo ligado a este mundo, participando activamente.
“Cuando estás trabajando continuamente, cuando todo el mundo está pendiente de ti, si estás soportando toda esa presión a la que se te somete, al salir a la pista y sentarte en el coche, todo cuanto te da vueltas en la cabeza desaparece de repente”
Entre los años 1970 y 1990 condujo para el equipo Bob Sharp Racing, sobre todo en carreras de Fórmula Nissan, logrando numerosas victorias y campeonatos.
“No puedo ser competitivo como actor, no sé cómo se puede competir. Un tío está haciendo del tío Willy y otro está encarnando a Hamlet. ¿Cómo vas a decir que interpretación es mejor? Con un coche es sencillísimo. Se puede determinar a la milésima de segundo. He ganado cuatro campeonatos nacionales que han sido una gran satisfacción. Seguramente mayor que muchos de los premios de interpretación que he recibido”
Y en 1983 fue cofundador junto a Carl Haas del Newman/Haas Racing, un equipo de CART. A los 70 años, se convirtió en el piloto más longevo que formaba parte del equipo ganador en una carrera de alto nivel en 1995 en las 24 horas de Daytona.
“Monté mi escudería porque creía que iba a dejar de conducir a principios de los 80. Al final, no fue así”
A los 80 años, Newman seguía compitiendo.
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En 1992, Paul Newman recibió un homenaje del Kennedy Center. Así fue presentado: “Es un hombre generoso que cada día nos ofrece el don de su dadivosidad. Y nunca pide compensación ni reconocimiento a cambio”.
Diez años antes, Newman había fundado una línea de productos alimenticios llamada “Newman’s Own” que se hizo famosa por una marca especial de aliño para ensaladas.
"Todo el asunto de los productos alimenticios no empezó más que por montar un negocio y divertirme. El segundo consejo que me dieron fue: “La única forma de hacer que funcione es poner tu rostro en la etiqueta". Y así empezó a sacarse dinero para obras benéficas”.
“Había una tiendecita de animales, y una señora que no dejaba de mirarme me dijo: “Creo que tengo una foto suya en el trastero”. Le pregunté: “¿En una lata de comida para perros?" Y contestó: “Sí”.
"A mí me parece mentira la gran suerte, la fortuna que ha recaído sobre mí. Así que, ¿por qué no devolver un poco a la gente gracias a la cual has tenido éxito?”
En 2006, se estimaba que la franquicia había superado los 200 millones de dólares en donaciones.
Desde los años 80, Paul Newman ha donado entre 150 y 175 millones de dólares a causas benéficas.
“No creo que haya nada excepcional o noble en ser filantrópico. Es la otra actitud la que me confunde a mí”
Paul Newman impulsó en memoria de su hijo la Fundación Scott Newman, destinada a auxiliar y proteger a personas víctimas de la droga. Ha pertenecido a la Alianza para la Defensa del Medio Ambiente. En 1978 representó a su país ante la Organización de las Naciones Unidas en la Conferencia para el Desarme. En 1990 fue nombrado “padre del año” por UNICEF y propuesto como gobernador de Connecticut por el congresista demócrata Benjamín de Zino.
Además, en 1986 fundó una serie de campamentos de verano para niños y niñas con enfermedades graves, donde utilizan la diversión y la sonrisa como tratamiento para sus dolencias. Gracias a su iniciativa, 15.000 niños disfrutan cada año del ocio y bienestar que ofrecen sus campamentos de verano, Hole in the Wall Gang Camp. Campamentos gratuitos subvencionados por más de 42.000 entidades y personas de todo el mundo. Desde que comenzó, han pasado más de 114.000 niños. En estos campamentos colaboran de manera gratuita más de 7.500 personas cada verano.
Además, en 1986 fundó una serie de campamentos de verano para niños y niñas con enfermedades graves, donde utilizan la diversión y la sonrisa como tratamiento para sus dolencias. Gracias a su iniciativa, 15.000 niños disfrutan cada año del ocio y bienestar que ofrecen sus campamentos de verano, Hole in the Wall Gang Camp. Campamentos gratuitos subvencionados por más de 42.000 entidades y personas de todo el mundo. Desde que comenzó, han pasado más de 114.000 niños. En estos campamentos colaboran de manera gratuita más de 7.500 personas cada verano.
“Había dos cosas que no quería que escribiesen en mi lápida. Una de ellas, la primera que no quería que escribiesen, era: “Aquí yace Paul Newman. Murió siendo un fracasado porque los ojos se le volvieron pardos”. Y la otra cosa que no quería que mis hijos pusieran en mi lápida era: “Aquí yace el viejo que no formó parte de su época”
Hoy hace ya un año que Newman nos dejó para trasladarse al cielo estrellado de las leyendas del cine. Porque este gran actor, esta gran persona, esta increíble mirada y esta maravillosa sonrisa, todo en uno, nos seguirá acompañando a todos los que le admiramos incondicionalmente desde aquí abajo. Gracias, Paul.
“Hay momentos en los cuales los sentimientos no pueden traducirse en palabras. He perdido a un verdadero amigo. Con su presencia, él mejoró mi vida y la de este país”
(Robert Redford)