Hasta siempre, querida Olivia

 

Tu primera aparición cinematográfica fue en "Funny things happen down under", una comedia musical de 1965... 

... a la que siguió, ya en 1970, otra comedia musical, esta vez de ciencia ficción, llamada "Toomorrow".

Llegaron después una serie de vídeos musicales como "Follow me", "Sam", "Every face tells a story", "Don't stop believin'" o "Making a good thing better"...

... antes de dar vida cinematográfica a un personaje que te hizo mundialmente conocida.

Nos referimos, claro está, a tu Sandy Olsson de "Grease", un grandísimo éxito de 1978.

Y otros vídeos musicales como "Deeper than the night", "A little more love", "Totally hot"...

... o Suddenly, un maravilloso tema que nos regalaste en 1980 junto a Cliff Richard. Pura magia.

En ese mismo año te veíamos a toda pantalla en otro de tus más populares personajes cinematográficos... 

... nos referimos, por supuesto, a tu Kira de "Xanadú". Un musical con la E.L.O. (Electric Light Orchestra) en la banda sonora.

Un musical con algún toque mitológico en el que compartías cartel con Michael Beck...

... y el grandísimo Gene Kelly.

Otra buena serie de vídeos musicales como Physicall, "Silvery rain", "Magic", "Falling"...

... y en 1983 volvías a trabajar con John Travolta en la película "Tal para cual".

Entre más y más vídeos musicales interviniste en otras tres historias cinematográficas: "La loca aventura del matrimonio" (1988)...

... "Una madre para Navidad" (1990) y "Un romance en Navidad" (1994).

En 1995 te reunías de nuevo con Cliff Richard para rodar otro vídeo musical: Had to be...

... y participabas luego en series como "La saga de los McGregor" (1995), "Matrimonio de conveniencia" o "Murphy Brown"...

... y en películas como "It's my party" (1996), "The wilde girls" (2001), "Una boda de muerte" (2011)...

... o la última en tu filmografía: "The very excellent Mr. Dundee", que rodaste en 2020 junto a Paul Hogan. 

Gracias, Olivia, mil gracias por tu siempre encantadora presencia, tu elegante y prodigiosa voz, tu maravillosa naturalidad... Y esa eterna sonrisa.