En
1950, el escritor australiano Paul Brickhill publicaba su novela autobiográfica
“The great escape”…
Durante
la Segunda Guerra Mundial, Paul Brickhill pilotaba un avión Spitfire que en marzo de
1943 era derribado cuando sobrevolaba sobre Túnez. Brickhill era así internado
en el Stalag Luft III, campo de concentración alemán ubicado en Zagan (Polonia),
destinado a miembros de las fuerzas aéreas de los aliados y construido con los
últimos avances para evitar fugas. Brickhill colaboró en los preparativos
preliminares de la espectacular fuga que narraba en su libro.
A
principios de los años 50, el director estadounidense John Sturges leía esta
novela y le proponía al productor Louis B. Mayer su adaptación cinematográfica.
Mayer, sin embargo, rechazaba el proyecto por no considerar su argumento lo
suficientemente interesante.
John
Sturges había debutado tras las cámaras en 1946 y llevaba ya tras de sí una
larga lista de títulos cinematográficos entre los que se encontraban “Fort
Bravo”, “Conspiración de silencio”, “El sexto fugitivo”, “Duelo de titanes”,
“El viejo y el mar”, “El último tren de Gun Hill”, “Cuando hierve la sangre”,
“Los siete magníficos” o “Tres sargentos”.
Y
era precisamente el éxito conseguido con “Los siete magníficos”, dirigida en
1960 por Sturges para la Mirisch Company, lo que animaba al director a ofrecer
a esta misma productora su largamente aparcado proyecto cinematográfico, sobre
la obra autobiográfica de Paul Brickhill, que contaba, como “Los siete
magníficos”, con un similar protagonismo colectivo. De hecho, el lanzamiento
publicitario de “La gran evasión” giró en torno a los nombres de siete actores
e incluso alguna gacetilla hizo alusión a los “magníficos 7”.
James Clavell, W. R. Burnett
y John Sturges
Dirigida
finalmente por John Sturges en 1963, “La gran evasión” contó con un magnífico
guión firmado por James Clavell y William Riley Burnett. Este último, destacado
escritor de novela negra que ya había sido adaptado en la gran pantalla en
películas como “Hampa dorada”, “El último refugio” o “La jungla de asfalto”, le
hizo ver a Sturges la necesidad de incorporar personajes americanos a la
historia cinematográfica creando en ella, además, dos de los personajes más
relevantes de la misma: el proveedor Hendley y el capitán Hilts.
Steve McQueen había debutado a toda pantalla como
extra en 1953 y ya había sido visto en títulos como “Marcado por el odio”, “The
Blob”, “Cuando hierve la sangre”, “Los siete magníficos”, “Comando” o “El
amante de la muerte” antes de ofrecernos en “La gran evasión” su magistral
composición del piloto americano Virgil Hilts.
“Eso
del guante de béisbol… en fin… Steve era el tipo menos atlético del mundo. Si
le lanzabas una pelota lo más probable es que no la cogiera y le tocara ir
corriendo a recogerla”
(James
Coburn)
Aún
así, James… Steve nos regala aquí una de sus más grandes interpretaciones a
través de uno de los más ingeniosos, genuinos y encantadores personajes de la
historia del cine y, sin duda, mi favorito de toda su carrera cinematográfica...
James
Donald llevaba ya tras de sí títulos cinematográficos como “Sangre, sudor y
lágrimas”, “Eduardo, mi hijo”, “Beau Brummell”, “El loco del pelo rojo”, “El
puente sobre el río Kwai” o “Los vikingos”…
…
antes de su más que correcto papel en “La gran evasión” como el Comandante
Ramsey, el oficial de mayor rango entre los prisioneros.
Hannes
Messemer había debutado en el cine en 1956 y ya había sido visto en clásicos
como “El médico de Stalingrado”, “El general de la Rovere” o “Fugitivos en la
noche”.
Messemer
nos regalaba en “La gran evasión” una extraordinaria composición del Coronel
alemán Von Luger.
Las
preciosas y, en ocasiones, espectaculares imágenes de “La gran evasión” venían
firmadas por el norteamericano Daniel L. Fapp quien, en el cine desde 1941, ya
nos había dejado su arte fotográfico en “¡Vaya par de marinos!”, “Horizontes
azules”, “Loco por Anita”, “The Five Pennies (Tu mano en la mía)”, “El
multimillonario”, “West Side Story”, “Uno, dos, tres” o “Aventura en Roma”.
Ferris
Webster nos ofrecía el impecable montaje de la película. Webster llevaba a toda
pantalla desde 1939 y, tras él, títulos tan clásicos como “El retrato de Dorian
Gray”, “Madame Bovary”, “El padre de la novia”, “El padre es abuelo”, “Lili”,
“Semilla de maldad”, “Planeta prohibido”, “La gata sobre el tejado de zinc”,
“Cuando hierve la sangre” o “Los siete magníficos”.
Y
un realmente magnífico Elmer Bernstein nos regalaba la banda sonora de "La gran evasión", una de las
más pegadizas y extraordinarias obras musicales de toda la historia del cine. Bernstein había
debutado como compositor cinematográfico en 1951 y ya nos había maravillado a través de títulos como “El hombre del brazo de oro”,
“Los diez mandamientos”, “La colina de los diablos de acero”, “Cazador de
forajidos”, “Los bucaneros”, “Como un torrente”, “Los siete magníficos”, “Los
comancheros”, “La gata negra”, “El hombre de Alcatraz” o “Matar a un ruiseñor”.
Magistral Elmer Bernstein, magistral.
“Pretendo
crear tal cúmulo de dificultades y problemas al Tercer Reich que miles de
soldados que podrían ser empleados en los frentes tendrán que permanecer aquí
persiguiéndonos”
A
través de un espléndido Richard Attenborough conocíamos en “La gran evasión” a
Roger Bartlett, “El gran X”, experto planificador de fugas...
Attenborough
debutaba a toda pantalla en 1942 con “Sangre, sudor y lágrimas” y ya había sido
visto en otros títulos cinematográficos como “A vida o muerte”, “Cuando el
viento silba”, “S.O.S. Pacífico” o “Amargo silencio”.
MacDonald,
el experto en inteligencia, nos llegaba de la mano de un no menos correcto Gordon
Jackson…
…
en el cine desde 1942 y ya con títulos a sus espaldas como “Whisky a go-go”,
“La lotería del amor”, “El experimento del Dr. Quatermass”, “¡Vaya par de
marinos!”, “La clave del enigma”, “Whisky y gloria” o “Rebelión a bordo”.
Años
después de “La gran evasión”, Gordon se nos haría tremendamente familiar a
través de su maravillosa composición del mayordomo Hudson en la serie británica
“Arriba y abajo” (1971).
David
había debutado a toda pantalla en 1957 y llevaba ya a sus espaldas títulos
cinematográficos como “Ruta infernal”, “Emboscada en la jungla” o “Freud,
pasión secreta” y un buen número de series y programas televisivos. Un año
después de “La gran evasión”, McCallum conseguiría una gran popularidad a
través de la pequeña pantalla coprotagonizando junto a Robert Vaughn la serie
“El agente de CIPOL”.
Quitando
el añadido de algunos personajes, la película narraba de manera fidedigna los
hechos reales acontecidos en la noche del 24 de marzo de 1944. Participaron 600
prisioneros en la preparación de dicha fuga y 76 de ellos lograron escapar, de
los cuales 50 fueron capturados y ejecutados como represalia. Una vez terminada
la guerra, 14 alemanes fueron juzgados y condenados a muerte por el asesinato
de los fugados.
Steve McQueen, John Sturges y
Wally Floody
Wally
Floody, uno de los principales responsables de la construcción de los túneles
de la real “gran evasión”, fue también el principal asesor en la preproducción
de la película que, rodada en su totalidad en Europa, requirió la construcción
de un campo similar al Stalag Luft III en las cercanías de Múnich.
Los
interiores de “La gran evasión” fueron rodados en los Bavaria Film Studios de
Múnich y los exteriores de las secuencias de fuga en tierras del río Rin, zonas
cercanas al Mar del Norte y en un bosque nacional contiguo a dichos estudios,
siendo plantados tras finalizar la producción cerca de 2.000 árboles para
compensar los dañados durante el rodaje. Por su parte, las escenas de motocicleta
protagonizadas por Hilts fueron rodadas en Fussen, ciudad alemana cercana a la
frontera con Austria, y en los Alpes.
James
Garner llevaba ya en la gran pantalla desde 1956 y, tras de sí, la serie
“Maverick” y títulos cinematográficos como “Sayonara”, “La calumnia” o “Una vez
a la semana”.
A
partir de sus propias experiencias en el ejército, Garner desarrolló a Hendley,
el proveedor de “La gran evasión”, personaje éste que le sentaba al actor como
un guante y que, como cabía esperar en él, interpretó magistralmente.
En
el cine desde 1954, Donald Pleasence llevaba ya en su filmografía títulos como
“Barnacle Bill”, “Historia de dos ciudades”, “Mirando hacia atrás con ira” o
“La carne y el demonio”.
…
a toda pantalla desde 1959 y ya con títulos a sus espaldas como “El rostro del
fugitivo”, “Los siete magníficos” o “Comando”.
HENDLEY:
“¿Por qué 17?”
Danny,
el experto en túneles, corría a cargo de un también magnífico Charles Bronson
quien, además, compartió con Sturges sus experiencias en cuanto a la manera de
cavar y mover la tierra. El actor había sido minero y, como su personaje en la
película, sufría de claustrofobia.
Charles
Bronson había debutado en la gran pantalla en 1951 y llevaba ya una larga serie
de títulos entre los que se encontraban “Chica para matrimonio”, “La
impetuosa”, “Los crímenes del museo de cera”, “La bella del Pacífico”,
“Apache”, “Veracruz”, “Jubal”, “Yuma”, “Cuando hierve la sangre” o “Los siete
magníficos”.
John
había debutado como actor en 1959 y tan sólo había participado en otro título
cinematográfico y dos series televisivas cuando fue elegido para “La gran
evasión”.
Pero, para entonces, Leyton había iniciado también una carrera musical como cantante,
consiguiendo en 1961 un gran éxito con los temas “Johnny remember me” y “Wild
wind”. También llegó a grabar una canción con la música de “La
gran evasión”.
COMANDANTE RAMSEY: “Ahí va otra vez. ¿Para qué comprará todas las patatas del campo?”
MACDONALD:
“He intentado enterarme pero no he podido. Hilts y Hendley se encierran en su
cuarto todas las noches, a veces Goff está con ellos, otras se queda de guardia
fuera…”
…
Jud Taylor (Goff), Hans Reiser (Herr Kuhn), Harry Riebauer (Stratwitch),
William Russell (Sorren)… Además de Robert Freitag, Ulrich Beiger, George
Mikell, Lawrence Montaigne, Robert Desmond, Til Kiwe, Heinz Weiss, Tom Adams, Karl-Otto
Alberty…
…y,
por supuesto, Tom, Dick y Harry, los tres túneles aliados.
“Paradigma
del cine clásico, de alarde de ritmo y de progresión dramática. Obra maestra en
la que una ajustada puesta en escena acentúa por igual la esencia aventurera y
los elementos claustrofóbicos de la acción”
Producida
por John Sturges para The Mirisch Company y United Artists, “La gran evasión”
era estrenada en Londres el 20 de junio de 1963.
…
los Globos de Oro a la mejor película…
… y, muy especialmente, al
magnífico McQueen.
“Hilts, puede llamarme
Hilts”
("La gran evasión")
6 comentarios:
Genial película con las dos partes (Preparativos-Fuga) muy bien complementadas. Bernstein no solo consiguió un gran acierto con su famosa marcha del inicio, también con sus composiciones para las escenas de acción como la persecución de MacQuenn a través de las alambradas. ¡Y Donald Pleasence! inolvidable en su papel de falsificador.
Brickhill no le gustó que no se presentara la fuga de forma más realista como el hecho de que se realizó en pleno invierno y que corrieron el riesgo de morir congelados durante la evasión.
Una fantástica entrada. Besos. Borgo.
Gracias, Miquel. Genial película en todo: dirección, guión, reparto de lujo, banda sonora, fotografía, montaje... No se deja nada, es redonda y todo un clásico del cine. Besos, Borgo.
Estupendo artículo Clementine para una inolvidable película de esas que ya han pasado a ser míticas. Besos
Gracias, Marcos Callau. Si ésta no es mi favorita del género bélico clásico será sólo porque, como bien sabes, hay otra serie de títulos que por ahí le andan en cuanto a impecable calidad, pero es de mis preferidas seguro, no me canso de verla. Besos.
Sí, es también una de mis favorias, ya lo sabes.
Como dije en otra ocasión: qué bien le sienta la moto a Steve!!
A Steve le sienta bien todo pero en especial las motos, parece que son una continuación de él mismo. Es lo más...
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