En noviembre de 1970, el autor teatral y guionista
cinematográfico Anthony Shaffer estrenaba en los escenarios de Broadway su obra
“Sleuth”.
Interpretada en sus principales papeles por Anthony Quayle y
Keith Baxter, la obra llegaba a las 1.222 representaciones y obtenía el Premio
Tony a la mejor obra teatral.
Apenas un par de años más tarde, el propio Anthony Shaffer
se encargaba de escribir el guión de esta obra para una adaptación
cinematográfica…
… que se iba a convertir en el último (y magistral) título a
toda pantalla dirigido por el estadounidense Joseph Leo Mankiewicz.
“La diferencia entre la vida real y las películas es que un
guión tiene que tener sentido. La vida, no”
Mankiewicz había debutado tras las cámaras con “Backfire” y “El
castillo de Dragonwyck”, y nos había dejado también ya “El fantasma y la señora
Muir”, “Carta a tres esposas”, “Eva al desnudo”, “Julio César”, “La condesa
descalza”, “De repente, el último verano”, “Cleopatra”, “El día de los
tramposos”… Muy grande Joseph Leo.
“La huella” contaba con la magistral fotografía de Oswald
Morris, quien ya nos había regalado las imágenes de títulos como “Moulin
Rouge”, “La burla del diablo”, “Moby Dick”, “Adiós a las armas”, “Mirando hacia
atrás con ira” o “Nuestro hombre en La Habana”. Y con un acertadísimo
montaje a cargo de Richard Marden, una impecable dirección artística de Peter
Lamont...
Y la sugerente y brillante música de John Addison, compositor inglés educado en la Royal Academy of Music de Londres que ya nos había dejado en la gran pantalla las bandas sonoras de títulos como “El animador”, “La soledad del corredor sin fondo”, “Tom Jones”, “Cortina rasgada” o “Mujeres en Venecia”.
Y la sugerente y brillante música de John Addison, compositor inglés educado en la Royal Academy of Music de Londres que ya nos había dejado en la gran pantalla las bandas sonoras de títulos como “El animador”, “La soledad del corredor sin fondo”, “Tom Jones”, “Cortina rasgada” o “Mujeres en Venecia”.
En “La huella” también disfrutábamos de Cole Porter a través
de temas musicales suyos tan maravillosos como “Just one of those things”, “You
do something to me” y “Anything goes”.
“Extraña velada para dos pesos pesados de la interpretación”
(Javier Ocaña, Cinemanía)
“¿De veras llegó a pensar que le entregaría mi mujer y las
joyas a usted? ¿Tan imbécil me cree como para hacer una cosa así?”
“Fuego sobre Inglaterra”, “Cumbres Borrascosas”, “Rebeca”, “Más
fuerte que el orgullo”, “Lady Hamilton”, “Los invasores”, “Enrique V”, “Hamlet”…
… “Carrie”, “Ricardo III”, “El príncipe y la corista”, “El
animador”, “Espartaco”, “Escándalo en
las aulas”, “Otelo”, “Las sandalias del pescador”, “La batalla de Inglaterra”,
“Nicolás y Alejandra”…
En el cine desde 1930, Laurence Olivier era ya toda una
institución en el mundo de la actuación, tanto teatral como cinematográfica. A
través de Andrew Wyke, su personaje en “La huella”, el elegantísimo y magistral
actor inglés confeccionaba otra extraordinaria interpretación que añadir a su
ya brillantísima carrera.
En la película, Andrew Wyke lucía en su casa un retrato de
Marguerite, su esposa. La pintura tomaba como modelo a la actriz Joanne
Woodward.
Wyke también lucía en esa misma casa un Edgar Allan
Poe, premio éste que le había sido otorgado en la vida real al propio Anthony
Shaffer por su obra “Sleuth”. Curiosamente, Mankiewicz también había obtenido
uno por su película “Operación Cicerón”.
“¿Aquí? ¿Que alguien me vio entrar aquí? ¡Si yo no
encontraría este lugar ni con la ayuda de un plano!”
“Zulú”, “Ipcress”, “Alfie”, “La caja de las sorpresas”,
“Funeral en Berlín”, “Un cerebro de un billón de dólares”…
… “Un trabajo en Italia”, “La batalla de Inglaterra”,
“Comando en el mar de China”, “El último valle”, “Asesino implacable”…
En la gran pantalla desde 1956, Michael Caine tenía ya su nombre
hecho en el mundo del cine a base de una enorme profesionalidad. Con su
espléndida composición de Milo Tindle, su personaje en “La huella”, Michael
reforzaba aún más el prestigio que ya ostentaba como actor.
“Cada elemento se integra en un sistema, cada componente
remite a otro, toda relación es la metáfora de otra relación. El espectador no
puede interrumpir el encadenamiento de significaciones, como ni Wyke ni Tindle
pueden interrumpir el juego. El movimiento íntimo del film repercute en el
espectador, La ilusión deviene realidad”
(Alain Garsault, crítico francés)
En el extraordinario guión elaborado por Anthony Shaffer se
recogían muchas aportaciones sugeridas por Mankiewicz pues entre ellos, durante el rodaje, hubo un
absoluto entendimiento.
Entre las ideas aportadas por Mankiewicz se encontraba el ya mítico laberinto y la inclusión de los diversos autómatas que van tomando protagonismo en la historia.
Entre las ideas aportadas por Mankiewicz se encontraba el ya mítico laberinto y la inclusión de los diversos autómatas que van tomando protagonismo en la historia.
“Las marionetas tampoco estaban en el guión y empezaron casi
a dirigirme. Para cada película me gusta pasar por lo menos un día completo
solo junto al decorado enteramente montado. De este modo pasé toda una tarde en
disponer las marionetas en diversos sitios. Y mientras el film avanzaba tenía
el sentimiento de que cada uno de estos muñecos poseía una personalidad
distinta… Pensé más en estos muñecos que en los personajes reales”
Curiosamente, la risa que emitía el autómata marinero
Jolly Jack Tar era del mismísimo Laurence Olivier.
Milo: “Estos días vamos a llamarnos por nuestros nombres,
Andrew”
“Me iba aproximando gradualmente a la mayor prueba de mi
carrera: actuar frente a Laurence Olivier en ‘La huella’. De algún modo
inconsciente, me había preparado psicológicamente para el gran combate contra
aquel campeón mundial
que por entonces era Olivier…
que por entonces era Olivier…
… Por fin llegó el gran día, cuando empezaron los ensayos
que iban a tenernos ocupados las dos primeras semanas del programa”
“En los ensayos, vi que Michael Caine era un compañero
estupendo, siempre divertido y muy buen actor”
“Desde que me incluyeron en el reparto de ‘La huella’ había
tropezado con un problema típicamente inglés. Laurence Olivier tenía título
nobiliario y sería de mala educación dirigirme a él de otro modo que no fuera
‘My Lord’…
… Fue Olivier, sin embargo, quien resolvió el problema, con
su peculiar premeditación. Dos semanas antes de rodar me había enviado una
carta que empezaba diciendo: ‘Se me ocurre que quizá te preguntes cómo
dirigirte a mí cuando nos encontremos. Creo que sería una gran idea que me
llamaras Larry’”
Tan sólo nominada al Oscar al mejor director, actor
principal (Laurence Olivier y Michael Caine) y mejor banda sonora…
“La huella” sí obtuvo un Premio Edgar como mejor película en
los Edgar Allan Poe Awards entregados anualmente por Mistery Writers of
America. Y Laurence Olivier recibió por su magnífica interpretación en esta
película un NYFCC Award en los Premios del Círculo de Críticos de Cine de Nueva
York y el italiano David di Donatello como mejor actor extranjero compartido, eso sí, con
Yves Montand por “Ella, yo y el otro”.
Extraordinaria producción de Morton Gottlieb para Palomar Pictures
International, “La huella” (Sleuth) era estrenada el 10 de diciembre
de 1972.
“Así es como vivimos, intentamos ajustar la vida a nuestros
fantasmas. Lo que me fascina es la idea del juego, el juego en el interior del
juego, y el hecho de que jugamos tanto tiempo que, al final, es el juego el que
juega con nosotros”
(Joseph Leo Mankiewicz)
10 comentarios:
Siempre me pareció un peliculón. Es de esas películas donde el guión, la dirección y la interpretación tienen que ser perfectas ya que no hay paisajes,efectos especiales ni secundarios que permitan la distracción.
s2!!
Una gran película que mantiene la tensión sin ocultar su origen teatral. Es curioso que en 1982 Caine repitiera en una obra similar: "La trampa de la muerte" con Christopher Reeve dirigida por Sidney Lumet, una trama con crimen por medio y dos personajes en un mismo decorado. Besos. Borgo.
Gran película llena de giros que te atrapan desde el primer momento... con sólo dos actores, pero dos de los grandes!!
Saludos.
Uno de mis directores favoritos y una película fantástica que no me canso de ver. Duelo actoral, brillante historia. Genial.
Gracias por todas las curiosidades que nos has traido.
Saludos
Hace mucho que no veo La huella (la última fue por tve, en un ciclo de Mankiewcz) pero la recuerdo como un filme fascinante, lleno de giros y recovecos, que la hacen deliciosa...mientras escribo, me acuerdo de un amigo común con Cahiers, que nos comentaba, supongo de chanza, que le encantaría enredarnos en una broma de ese calibre...Por supuesto nunca llegó a cumplir su amenaza, a Dios gracias...
Es que es un peliculón, Stardust, todo en ella es perfecto. Más saludos para ti.
No estoy yo muy segura de haber visto "La trampa de la muerte", Miquel, y no es por falta de ganas, siendo de Lumet y con Caine promete desde luego. Besos, Borgo.
Desde el primer momento te engancha, Manderly, y vaya dos actores, de lujo. Saludos.
También es Mankiewicz uno de mis favoritos de siempre, deWitt. Duelo actoral de altura, sin duda. Gracias a ti por asomarte a esta entrada. Más saludos.
Fascinante es la palabra, Tirador, y deliciosa también le va. Menudos amigos (comunes) tenéis Cahiers y tú, tú y Cahiers, así quién necesita enemigos...
Una película tan desconcertante como maestra. Otra excusa para volver a verla. Besos.
Es tan maestra, Marcos, que ni siquiera le hace falta excusa alguna. Besos.
Peliculón y actorazos donde los haya. Muy interesante todo lo que cuentas, me encanta la frase sobre la necesidad del guión de tener sentido, al contrario que la vida.
Es que Mankiewicz sabía muy bien lo que decía, Alicia, esa frase es buenísima.
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