“Soy de esos directores que cree que
cada elemento
que interviene en una película afecta al espectador,
que interviene en una película afecta al espectador,
aunque éste
no advierta el impacto de cosas insignificantes”
(George Stevens)
Producción de George Stevens para la Paramount Pictures, “Un
lugar en el sol” basaba su historia en “An american tragedy”, novela escrita en
1925 por Theodore Dreiser, y la posterior adaptación teatral de Patrick Kearney,
a través de un guión escrito por Michael Wilson y Harry Brown.
Stevens consideraba al Technicolor del todo inapropiado para
esta historia, con lo que optó por rodarla en blanco y negro obteniendo como
resultado una magistral fotografía que firmaba William C. Mellor, responsable
también de la imagen de otros clásicos como “Amor en conserva” o “Caravana de
mujeres”.
Lo envolvía todo la maravillosa partitura de Franz Waxman,
genial compositor también de las bandas sonoras de “Capitanes intrépidos”,
“Rebeca” o “Historias de Filadelfia”. Y figurando con él en el departamento de
música, nombres como Aaron Copland, Miklós Rozsa, Roy Webb o Victor Young.
George Stevens había iniciado su carrera como director de
cine a mediados de los años 30. Y a finales de los 40, ya con una buena experiencia
tras de sí, se le cruzó en el camino un nuevo proyecto de la Paramount por el
que Stevens se mostró especialmente interesado. Se trataba de la adaptación al
cine de la novela “An american tragedy”.
“La grandeza de “Una tragedia
americana” reside en el hecho de reflejar cosas que le pueden pasar a todas las
personas. Ésta podía haber sido la historia de amor de cualquier Johnny y
cualquier Mary de América. Dreiser hizo de su personaje principal una de las
figuras más fascinantes y controvertidas de la literatura. Puedes pasar semanas
debatiendo su culpabilidad o inocencia, su inmoralidad legal sobre su
inmoralidad espiritual”
(George Stevens)
Billy Wilder era otro de los candidatos para dirigir este
proyecto. Sin embargo, Wilder ya se encontraba por entonces escribiendo el
guión de “El crepúsculo de los dioses”, y pensando precisamente en Clift como el
actor protagonista (finalmente fue William Holden).
Con lo que la productora le dio luz verde a George Stevens, viéndole
además más que capacitado para solucionar los problemas que esta historia tenía con la
censura.
La controvertida novela de Dreiser basaba su historia en un
caso real de asesinato ocurrido en 1906, cuando un joven ahogó a su novia en un
lago del condado de Herkimer, en Nueva York. Además, tocaba otros temas como la
lujuria y el aborto.
La novela ya había sido llevada anteriormente al cine en
1931 por Joseph Von Sternberg con Sylvia Sidney, Phillips Holmes y Frances Dee
en su reparto.
“An american tragedy” fue un fracaso de taquilla además de
ser prohibida o cortada en su metraje en gran número de países. Y tampoco fue
del agrado de su autor.
Incluso el propio Billy Wilder, junto al guionista Charles
Brackett, había intentado anteriormente llevar a cabo su adaptación a la
pantalla, abandonando en última instancia por la censura y ciertos problemas
legales.
George Stevens, sin embargo, creía firmemente en su proyecto
y estaba convencido de que se podía convertir en una gran película. Como
finalmente sucedió.
Pese a que Stevens consideraba que podía evitar los
problemas de censura tratando la historia con madurez y respeto, se introdujeron
en la película una serie de cambios con respecto a la novela. Los personajes
principales recibían un nombre distinto en el film y, mientras que en la novela
era la novia la más atractiva de las dos mujeres, el cineasta optó por que su
rica rival fuera la más bella en pantalla, porque “para el chico ella es una
imagen de todo lo que resulta más atractivo”.
Finalmente, en Octubre de 1949 comenzaba el rodaje de la
película, que se extendió hasta finales de Enero de 1950. Las temperaturas eran
realmente bajas durante el rodaje en exteriores en los lagos Tahoe y Cascade,
teniendo incluso que retirar la nieve de los árboles y derretir la del suelo
para que Taylor y Clift pudieran interpretar sus románticas escenas en estos
lugares.
“Una obra llena de belleza, ternura,
poder e introspección… Los guionistas han sabido destilar la esencia de la
tragedia y el romance, a la vez emotivo y memorable. También hay que destacar
las caracterizaciones, muy fieles a los personajes originales de Dreiser. El
retrato de Montgomery Clift, a menudo conciso y vacilante, es pleno, rico,
adecuado y sobre todo generalmente creíble y emotivo. La señorita Winters nunca
ha estado mejor que en su interpretación de la gris trabajadora de la fábrica.
Y el trabajo realizado por Elizabeth Taylor también es el mejor de su carrera.
Es una interpretación matizada y tierna”
(New York Times)
George Stevens tuvo muy claro desde un principio que el actor más apropiado para esta película era Montgomery Clift quien, además, acababa de conseguir un extraordinario contrato con la Paramount gracias a la calidad interpretativa que demostró en “Río Rojo”.
Con este contrato, Clift no sólo tenía derecho a aprobar los guiones, sino que además tenía garantizado que la película sólo podía ser dirigida por Billy Wilder, Norman Krasna o George Stevens.
Montgomery tenía en un principio sus dudas en cuanto a la idoneidad de Stevens para dirigir este proyecto, aunque trabajaron muy bien juntos debido a que el meticuloso trabajo del cineasta le proporcionó a Clift tiempo de sobra para explorar los detalles de George Eastman, su personaje.
El actor trabajaba con tal intensidad y tan densa carga de concentración en su papel, que solía concluir las tomas empapado en sudor.
“Es lo peor de actuar. Tu cuerpo ignora que estás actuando. Suda y produce adrenalina como si tus emociones fuesen reales”
(Montgomery Clift)
Director y actor diferían en su concepción del personaje
masculino. Para Clift, “él es chabacano, y no demasiado brillante, pero
increíblemente ambicioso. Es el tipo de hombre que tiene algo de encanto, pero
que básicamente oculta y disimula todas las cosas”.
Para el director, se trataba de un hombre joven “que tuvo la
tremenda desgracia de que se le presentara un ideal un tanto trivial de la
forma más glamourosa posible – la chica, el dinero, el éxito, y aquello que
jamás pensó conseguir”.
Monty preparó su secuencia culminante pasando una
noche encerrado en la penitenciaria de San Quintin. Y tampoco coincidía con
Stevens en la manera correcta de interpretar la escena final del film. Clift
insistía en llevarla a cabo con una expresión paralizada, y aparentemente
vacía, sin importarle lo más mínimo las veces que Stevens repetía la toma con
la esperanza de obtener una actuación más expresiva y trascendente del actor
protagonista.
“La interpretación sensible y
natural de Clift otorga al film una sólida sensación de convicción. Elizabeth
Taylor actúa con una ternura y una intensidad que sorprenderá incluso a sus más
fervientes admiradores. En una película de calidad menos uniforme, Shelley
Winters se hubiera llevado todo el protagonismo, sabe sacar el máximo partido
de un papel nada convencional. Y el ritmo seguro que impone Stevens y su
habilidad para llenar cualquier situación con matices de emoción y sentido, le
permiten dirigir una película a un ritmo deliberadamente lento que aún así crea
un cierto suspense sin bajar en intensidad un solo instante”
(Time)
Para Elizabeth Taylor, su papel de Angela Vickers en
"Un lugar en el sol" fue particularmente estimulante. Ya rostro
conocido de la gran pantalla como compañera de Lassie, como Amy March en
"Mujercitas" o como la queridísima hija de Spencer Tracy en "El
padre de la novia" y "El padre es abuelo", la actriz se
encontraba aquí con su primera interpretación dramática. Y realmente creía difícil
evitar parecer a su personaje consentido y vacío.
“Liz era una adolescente, pero tenía
todas las capacidades emocionales necesarias. Era muy inteligente. Tenía
diecisiete años y había sido actriz durante toda su vida. En ese sentido no
había ningún problema. El único problema era hacerle creer en su propio
potencial dramático”
(George Stevens)
Elizabeth estaba impresionada por la seriedad de Monty (que además había leido "An american tragedy") y por su reputación como actor del
“método”, con lo que confiaba plenamente en él para que le ayudase a componer
el retrato de su personaje.
“Era mi primera oportunidad
auténtica de demostrar qué podía hacer y Monty me ayudaba. Resultaba espinoso
porque la muchacha es muy rica y malcriada y hubiera resultado fácil
interpretar el papel como si fuese absolutamente vacía, pero yo consideraba que
sí le importaban muchas cosas”
(Elizabeth Taylor)
Montgomery le enseñó a Taylor a profundizar más allá de la
superficie de sofisticación del personaje hasta encontrar a la mujer que había
debajo. La interpretación de Liz era, pues, tanto una creación de Stevens como
de Clift.
“Monty daba tanto de sí mismo en una escena,
hasta tal grado, que pronto ella comenzó a responder de igual manera y la
química que produjeron iluminó por fin la pantalla como un vivo relampagueo”
(Richard Sheperd, biógrafo de
Elizabeth Taylor)
Clift y Taylor pasaron mucho tiempo durante el rodaje
trabajando en lo que suponía un reto para ella, forjando al mismo tiempo una
maravillosa relación de amistad entre ellos que les acompañaría el resto de sus
vidas.
“Lo que más me interesó de “Un lugar en el
sol” fue la relación de imágenes contrapuestas… Shelley Winters estallando con
un traje ceñidísimo, con un helado que se derrite… contra la imagen de
Elizabeth Taylor ataviada con bata blanca y azules cintas flotantes desde los
cielos. Automáticamente se creaba un desequilibrio de imágenes que originaban
el drama”
(George Stevens)
Alice Tripp, el tercer personaje de esta historia que
finalmente interpretaría magistralmente Shelley Winters, fue originalmente
concebido para la actriz americana Audrey Totter, quien no pudo aceptarlo por
estar en ese momento bajo contrato de la MGM.
George Stevens, por su parte, veía a Gloria Grahame como la
actriz ideal para este personaje. Al igual que Totter, Grahame pertenecía a
otro estudio, la RKO, que se negó en rotundo a prestar a su actriz.
Barbara Bel Geddes también se interesó en dar vida a Alice
Tripp. Pero Stevens la consideraba demasiado atractiva y, sobre todo, demasiado encantadora para hacer creíble este personaje.
Y lo mismo sucedió en un principio con Shelley Winters, a la que el cineasta no consideraba apropiada para el papel por ser ya en esa época
muy conocida por interpretar personajes con cierto glamour.
Sin embargo, Winters estaba más que decidida a conseguir su
prueba para el papel de Alice. Así que se presentó a la convocatoria vestida
informalmente, tal como había observado en las trabajadoras de la fábrica que
había visitado para la ocasión.
Stevens no reconoció de inmediato a Shelley Winters. Y Shelley consiguió finalmente el papel, en
detrimento de la favorita de Clift, Betsy Blair.
El reparto lo completaban actores de la talla de Raymond
Burr, Fred Clark o Herbert Heyes.
Y Anne Revere, extraordinaria actriz estadounidense que en
esta película daba vida a la madre del protagonista. Como firme oponente a la
lista negra, Stevens resistió a las presiones ejercidas para que cortara o
volviera a filmar las secuencias de Revere (que aparecía en la citada lista al
igual que el guionista Michael Wilson), pero sí tuvo que introducir cambios
sustanciales en el final de la historia.
George Stevens tenía especial interés en mantener de buen
humor al conjunto de los actores, por lo que, entre toma y toma, se escuchaba
música en el plató, principalmente la partitura hecha para el film.
Otra estrategia de Stevens consistía en que Clift y Taylor, o
Clift y Winters, interpretaran sus diálogos para él y luego ensayaran la escena
sin pronunciar una sola palabra, tan sólo mirándose entre ellos. Su objetivo,
ir creando progresivamente en cada escena una clase específica de energía.
Y con el fin de conseguir que la cámara, lejos de restarle
importancia a la historia, se comportara simplemente como un testigo pasivo,
optó por moverla tan sólo lo necesario.
Durante el rodaje, la película era conocida como "The
lovers", evitando así el título de la primera versión cinematográfica que
tan poca aceptación había tenido. Pero luego se llegó a ofrecer una recompensa
a quien apareciera con el título definitivo. El productor ejecutivo del film,
Ivan Moffat, sugirió "A place in the sun" (Un lugar en el sol). Pero
nunca recibió su recompensa.
El 14 de Agosto de 1951 se estrenaba
en Los Ángeles "Un lugar en el sol" (A place in the sun), un estreno
que obtuvo una gran aceptación por parte del público y la crítica.
Entre otros muchos premios y nominaciones, "Un lugar en
el sol" obtuvo el Oscar a mejor director, mejor guión, mejor fotografía en
blanco y negro, mejor montaje, mejor diseño de vestuario (Edith Head) y mejor
banda sonora, siendo además nominada a mejor película, mejor actor (Montgomery
Clift) y mejor actriz (Shelley Winters).
Los Globos
de Oro sí la premiaron como mejor película y además la nominaron al mejor
director, actriz (Winters) y fotografía.
“El éxito de “Un lugar en el sol” se debe
probablemente a George Stevens, que ha producido y dirigido el film centrándose
tan sólo en el aspecto humano, sin trucos ni reivindicaciones sociales”
(New York Herald Tribune)
16 comentarios:
No me gustaba nada, aunque me dieron ganas de volver a verla cuando Alain Bergala en Barcelona nos puso en una conferencia la escena del billar, comparándola con escenas de "Match point" y "Three times". A eso se le llama "despertar el gusanillo".
Es curioso pero las dos interpretaciones que me resultan más impresionantes de Montgomery Clift, fueron las de su decadencia física, "Vencedores o vencidos" y "Vidas rebeldes".
Hola, Isak Borg, bienvenido. A mí me gustó ya esta película la primera vez que la vi hace muchísimos años, y no me canso de verla Creo que la escena del billar es una de las mejores de la historia del cine en cuanto a la forma de narrar el encuentro entre dos personajes que, además, son los protagonistas. Claro que con esta pareja de actores es muy difícil que no nos llegue esa magia que había entre ellos. Un saludo.
No, Cahiers, no es curioso. En esas dos películas hace Clift una interpretación magistral. Y en ésta de “Un lugar en el sol” creo que destaca también mucho su actuación, tiene momentos de matices interpretativos importantes. Siempre ha sido mi “actor rebelde” favorito, y mira que considero muy grande a Marlon Brando, pues Clift me transmite mucho más. Verás cuando se entere el Tirador…
Esta película la vi en su día en el canal CinemateK, hará más de diez años...y la recuerdo como una película dura, un retrato de la miseria, de la falta de escrúpulos de la condición humana...magistralmente realizada, y mejor interpretada...
Sobre Montgomery Clift, algo de razón hay en las opiniones precedentes, recuerdo a bote pronto; De repente, el último verano, donde estaba magistral, eso sí, su actución que más me gusta es en Río Rojo, donde se sostiene, impávido, nada menos que ante el gran Duke.
Y nada que temer antes tus preferencias, Clementine, que como diría Loles León en Átame (le cambiamos el género), yo no soy tan seco, mujer...
Hola Clementine. He tenido la oportunidad de verla hace poco tiempo y me gustó mucho en su papel Monty, me parece extraordinario. Me pregunto como hubiera sido la película dirigida por Wilder...o El crepúsculo de los dioses con Monty. Besos
Nada que temer, Tirador, porque como yo no soy Loles León no pienso eso de ti.
A mí Monty, yo le llamo así, me gusta siempre. Y una en la que me encanta, y no la conoce mucha gente, es "Los ángeles perdidos", por la época precisamente de "Río Rojo" donde sí, se sostiene ante el Duke pero también ante Walter Brennan.
Yo me la vi como homenaje a Elizabeth Taylor cuando murió y ahora otra vez para hacer la entrada, y me sigue encantando. Y creo que mejor nos quedamos así, Marcos,porque con Wilder hubiera sido, sin ser peor, muy distinta. Y El crepúsculo sin William Holden también se me hace difícil de imaginar. Besos.
Isak Borg menciona "Match Point", de Woody Allen... Pues bien, si a la que es una de las mejores películas de Woody Allen se le pudiera poner alguna pega, ésta sería la existenfca de "Un lugar en el sol". Porque sin ser un plagio (Woody no sabe no necesita pagiar), ambas tienen muchas más semejanzas que la escena del billar (en Match Point, del ping-pong). En cualquier caso, las separan más de 50 años, dos maneras diferentes de narrar y ambas están creadas por mentes privilegiadas. Yo, por ejemplo, me parezco bastante a Louis Armstrong y no pasa nada.
Saludos tras más de un mes de ausencia, Clementine,ay, qué risa.
Hombre, Jose Point, bienvenido por enésima vez. Desde luego, tu especialidad son las lagunas temporales, te marcas unos largos...
Pues no puedo opinar porque no he visto "Match Point", aún no, aún no, y sí, tiene remedio... Y siendo Woody Allen siempre se puede decir que la suya sería, en todo caso, un homenaje a la de Stevens.
Y apunta, este mes toca que aparezcas por ahí, uno tú, uno yo, uno tú, uno yo...
¡Cuánta razón Stevens! en sus citas, la primera especialmente. ¡Qué peliculón! ¡qué actorazos!!!! Una excelente entradas. Gracias por traer aquí momentos y anécdotas cinéfilos espectaculares. Saludos,
Gracias a ti por asomarte a leerlos, A-B-C. Te advierto que me tuve que poner un tope de tiempo porque hubiera seguido leyendo más cosas sobre esta película, tengo yo un peligro... Un beso.
Monty y Liz se conocieron en esta película y mantuvieron una amistad eterna, fue ella quien le salvó la vida en el accidente de Monty cuando rodaba "El árbol de la vida" extrayéndole dos dientes que se le habían clavado en la garganta y estaban a punto de asfixiarlo.
Lo más curioso de esta película es que no te identificas con ningún personaje, él es demasiado ambicioso y Winters le chantajea para retenerle, a pesar de todo no puedes evitar sentir compasión con ella.
También me gustó Raymond Burr en su papel de fiscal. Besos. Borgo.
Cierto, Miquel, así lo cuentan en la biografía de Montgomery Clift, que leí ya hace tiempo. A mí esta pareja me ha encantado siempre, en la pantalla y fuera de ella. El reparto secundario de esta película es fabuloso y ellos tres hacen tres interpretaciones de cine, difícil identificarte con alguno, todos tienen sus cosas positivas y negativas. Besos, Borgo.
Brillante entrada Clementine en un momento, además, muy oportuno.
La primera vez que vi esta película me gustó. Después, cuando volví a ella (y cuando vuelvo) fui sacando todos los matices interpretativos y técnicos que mencionas.
Partiendo de que estamos ante una gran historia, las interpretaciones de Monty y Taylor son notables y para ser el debut "adulto" de Taylor no está mal (aunque yo prefiero a la Taylor más madura). Si tuviera que elegir una interpretación me quedaría, sin duda, con la de Winters. Creo que está, simplemente, maravillosa en "Un lugar en el sol".
Me ha gustado mucho tu entrada: completa, oportuna, repleta de curiosidades y muy bien documentada.
¡Enhorabuena!
Muchas gracias, cinéfilo deWitt, así da gusto. Pues a mí es ésta (junto a la de Virginia Woolf) la interpretación que más me gusta de la Taylor, de la que no me considero muy seguidora como actriz. Pero muy de acuerdo contigo con la interpretación de Winters en esta película, su papel no es nada fácil y realmente lo borda. Claro que a mí Shelley Winters me gusta hasta en la serie de "Roseanne"...
¡Un saludo!
Muy buena entrada, da gusto leerla de amena e interesante y de todo.
A por la siguiente....
Gracias, Alicia. Sí, algunas películas tienen detrás una historia casi aún más interesante. A por la siguiente, a por la siguiente...
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