“Un
violinista en el tejado... Parece cosa de locos, ¿verdad?”
La
obra musical “Fiddler on the roof” fue estrenada en el Imperial Theater de
Nueva York el 22 de Septiembre de 1964 con un total de 3.242 representaciones.
En el elenco, encabezado por el actor Zero Mostel, se encontraba Bea Arthur (la
inolvidable Dorothy de “Las chicas de oro”) en el papel de Yente. La obra
obtuvo el premio Tony al mejor musical, mejor autor y mejor banda sonora.
El
director y productor canadiense Norman Jewison asistió a esta representación
teatral sin imaginar que un buen día él la trasladaría a la gran pantalla.
“No tenía conciencia en ese momento de que iba a
filmarla y ni siquiera pensaba en la
obra como una película”
Cinco años después le fue ofrecido dirigir la
adaptación cinematográfica. Jewison dio un rotundo sí.
"Se trataba de un musical único, un musical cuya
fuerza y éxito residía en los personajes y el mundo en el que viven. Y eso me
permitía ofrecer una realización cinematográfica realista"
En Julio de 1968 fueron adquiridos los derechos
para llevar al cine esta obra musical, obra que para entonces había sido vista
ya por 5 millones de espectadores tan sólo en Estados Unidos. Tres años más
tarde, se llegaba a los 35 millones de personas de 32 países diferentes.
Y el 3 de Noviembre de 1971 se
estrenaba en Estados Unidos “El violinista en el tejado” (Fiddler on the roof),
extraordinaria versión cinematográfica de la exitosa obra musical.
Producción llevada a cabo por The Mirisch
Production Company, “El violinista en el tejado” contaba con una magistral
dirección de Norman Jewison, que ya nos había dejado en la gran pantalla
títulos como “El rey del juego”, “Que vienen los rusos”, “El caso de Thomas
Crown” o “En el calor de la noche".
Excepcional
dirección a la que se unía una no menos extraordinaria fotografía firmada por Oswald
Morris, auténtico mago de la imagen de títulos como “Moby Dick”, “Los cañones
de Navarone”, “Lolita”, el musical “Oliver”, “La huella”, “El hombre que pudo
reinar” o “Cristal Oscuro”.
Con
el fin de obtener el aspecto que quería darle al film, Jewison recurrió a Oswald,
famoso por sus películas de color inusual (“Moulin Rouge” al estilo de las pinturas
de Toulouse-Lautrec o “Moby Dick” al estilo de los grabados marinos del siglo
XIX) para que le diera a “El violinista en el tejado” un tono terroso. Morris utilizó
para ello una media de nylon de color café que ajustó al objetivo de la cámara.
El maravilloso guión de Joseph Stein, autor también
de la obra teatral, estaba basado en “Tevye and his daughters”, una colección
de historias cortas escritas por Sholom Aleichem, seudónimo de Solomon
Rabinowitch, genio literario ucraniano cuyas obras incluyen más de 300
historias, cinco novelas y varias obras de teatro.
Aleichem llegó a ser aclamado como “el Mark Twain
judío”. Cuando, más adelante, se conocieron los dos escritores, Twain comentó: “He
oido que soy el Sholom Aleichem americano".
Y redondeaba la producción una de las mejores
bandas sonoras de la historia del cine. Con música de Jerry Bock y letra de
Sheldon Harnick que eran adaptadas y dirigidas para la gran pantalla por el
mismísimo John Williams.
Tom Abbott y Sammy Bayes (que aparecía también en la
película como uno de los bailarines rusos) adaptaban también para el cine la
coreografía original de Jerome Robbins.
Para seleccionar a los cincuenta actores que
completarían el reparto de la película, Norman Jewison recorrió Hollywood,
Nueva York, Londres, Roma, San Francisco, Toronto, Montreal y Tel-Aviv. Actores
como Richard Dreyfuss, Scott Glenn o John Ritter fueron probados para diversos
papeles.
“En
nuestro pueblecito de Anatevka, puede muy bien decirse que cada uno de nosotros
es un violinista en el tejado que intenta ejecutar una tonada grata y sencilla
sin romperse la cabeza”
Orson
Welles, Anthony Quinn y Marlon Brando fueron algunos de los muchos actores que
rechazaron el papel de Tevye, principal protagonista de esta película. Frank
Sinatra y Danny Kaye, por su parte, estaban interesados en el proyecto pero no
fueron elegidos.
Y
muchos seguidores de la obra de Broadway se mostraron molestos por el hecho de que Zero
Mostel, que había interpretado a Tevye en los escenarios teatrales, no fuera
elegido para protagonizar la película.
Aunque Jewison había visto actuar a Topol en la
película “Sallah” (nominada al Oscar en 1964 como mejor película extranjera), decidió
elegir al actor israelí tras verle, precisamente, en la producción londinense de “El
violinista en el tejado".
"Sentia que Tevye debía ser interpretado por alguien
que, en sus propios antecedentes, en su corazón y alma, perteneciera a la
primera o segunda generación de judíos en Rusia, o tan cercano a ellos que
pudiera sentirse como uno de ellos, ya que Sholom escribió acerca de un grupo de personas muy
concreto. Este sentimiento me condujo al área de un actor europeo. No quería
que tuviera que retroceder más allá de su propio padre, tanto desde el punto de
vista étnico como emocional"
Chaim
Topol había debutado en la gran pantalla en 1961 participando en títulos como
“La sombra de un gigante”. Tras su extraordinario papel de Tevye, le pudimos
seguir viendo en otros como “Flash Gordon”, “Sólo para sus ojos” o la serie
televisiva “Vientos de guerra”.
Antes
de la película, Topol había interpretado a Tevye en alrededor de 400
representaciones en Londres. Después, la cifra llegaba a las 2.000 en diversos lugares
como Estados Unidos y Canadá, Europa, Japón y Australia. Y llegó a ser nominado
en 1991 al Premio Tony como mejor actor de musical gracias a este personaje.
Topol
contaba sólo 36 años de edad cuando dio vida a Tevye en la gran pantalla. Para
hacerle parecer mayor, se recortaron pelos de la barba blanca del propio
Jewison y se le aplicaron a las cejas del actor.
Pocas
veces he visto yo a un actor meterse de tal manera en su personaje. Una
auténtica lección interpretativa. Topol fue y será siempre para nosotros el
maravilloso Tevye, sin duda alguna uno de los personajes más entrañables de toda la
historia del cine.
Para
el personaje de Golde, la genuina mujer de Tevye, se pensó en un principio en
Anne Bancroft, pero la actriz declinó la oferta, recayendo la oportunidad en
Norma Crane, actriz norteamericana procedente del mundo televisivo que había
debutado en el cine en 1951, y a las órdenes de Vincente Minnelli, con “Té y
simpatía”.
Norma
ya había participado en series como “Los intocables” o “El fugitivo” y en películas como “Todo en
una noche” o “Y ahora me llaman señor Tibbs” cuando fue muy acertadamente
elegida para este personaje, papel que sin ningún problema hizo suyo.
Rosalind
Harris, Michele Marsh y Neva Small eran elegidas para dar vida a las tres hijas
mayores de las cinco habidas en el matrimonio entre Tevye y Golde. Las tres
actrices debutaban con esta película en la gran pantalla.
Rosalind Harris,
aquí como Tzeitel, la hija mayor, participó tan sólo después en “Cotton Club” y
en “La señora Santa Claus”. Y veinte años después de “El violinista en el
tejado” representó en los escenarios, junto a Topol, el papel de Golde.
Michele Marsh era para nosotros Hodel, la segunda hija. Michele se encaminó después
hacia la pequeña pantalla, participando en multitud de series entre las que se
encuentran “Baretta”, “La casa de la pradera”, “Falcon Crest” o, más
recientemente, “Mujeres desesperadas”, haciendo también alguna incursión en el
cine en títulos como “Otra ciudad, otra ley” o “Evil Town”.
Y
Chava, la tercera hija casamentera, estaba interpretada por Neva Small. Neva
siguió actuando después en cine y televisión.
"Miracle of miracles"
Leonard
Frey, que había debutado en la gran pantalla en 1963 y ya había sido Harold en
“Los chicos de la banda”, era en “El violinista en el tejado” un excepcional
Motel, sastre de profesión y futuro marido, a su vez, de Tzeitel, la hija mayor
de Tevye. En la obra original de 1964, Frey interpretó a Mendel, el hijo del
rabino.
Para
el papel de Perchik, un estudiante de la
universidad de Kiev que se convertía con el tiempo en el pretendiente de Hodel, la segunda hija, fue elegido en un principio el actor israelí Assi Dayan.
Pero tuvo que ser reemplazado por no ser capaz de manejarse en el idioma
inglés.
Con
lo que era finalmente escogido Paul Michael Glaser, actor al que siempre
asociaremos con su personaje del detective Dave Starsky de la serie “Starsky y
Hutch”, a la que llegó tras pasar por otros títulos televisivos como “Cannon”,
“Las calles de San Francisco” o “Kojak”.
Glaser
es de ascendencia judia, pero para la película le fue requerido utilizar unas lentillas marrones con el fin de ocultar sus ojos azules. Y llegó a grabar una canción llamada
“Any day now”, que no aparecía en la obra teatral. Este tema tampoco
apareció finalmente en la película por cuestiones de tiempo y contenido.
Y
como Fyedka, el pretendiente de Chava, la tercera hija de Tevye y Golde, nos
encontrábamos a Ray Lovelock, actor italiano que debutó en 1967 en el género
del spaghetti western y participó después en títulos cinematográficos como “El mejor
alcalde, el rey” o “El puente de Cassandra” antes de quedarse ya
definitivamente en la pequeña pantalla.
Completaban
un reparto excepcional Paul Mann como Lazar Wolf, Zvee Scooler como el genuino Rabino, Molly Picon en el
papel de Yente y Vernon Dobtcheff como
el oficial ruso.
Y Tutte Lemkow, actor y coreógrafo inglés, como el
mágico violinista que hace compañía a Tevye y da título a la película. A
petición de Jewison, Lemkow tuvo que probar un total de siete violines diferentes antes de que
el director se decidiera por uno antiguo de tamaño tres cuartos.
En su búsqueda de un pueblo de principios de siglo
que pudiera convertirse en Anatevka, Norman Jewison visitó Austria, Canadá y
Rumania, decidiéndose finalmente a rodar en Lakenik, un pueblo a las afueras de
Zagreb, Yugoslavia.
Y para aportar la autenticidad apropiada a la
historia, el diseñador de producción Robert Royal estudió los planos de
alrededor de cien sinagogas de principios de siglo de Ucrania antes de diseñar
la pequeña sinagoga que se muestra en la película.
Aunque el film fue rodado en exteriores en
Yugoslavia, la preproducción tuvo lugar en Inglaterra. Los ensayos se
realizaron en los estudios Pinewood de Londres y la música fue pregrabada en
los estudios de grabación Denham.
"Wedding celebration and bottle dance"
Mientras los carpinteros yugoslavos construían el
pueblo de Anatevka en Lakenik, John Williams pregrababa en Londres los temas
musicales de la banda sonora. Entre los músicos, se encontraba el violinista
ucraniano Isaac Stern, quien interpretó para la película los solos de violín.
Norman Jewison le puso su voz al rabino que canta
“Mazel tov, mazel tov” en la escena del sueño de Tevye.
El director también pagó a un agricultor local para
que mantuviera el resto de su vida natural a Shmuel, el caballo de tiro de la
historia que fue adquirido para la película.
Entre
otros premios y nominaciones, “El violinista en el tejado” obtuvo el Oscar a la
mejor fotografía, mejor banda sonora (John Williams) y mejor sonido, siendo
también nominada en las categorías de película, director, actor (Topol), actor
secundario (Leonard Frey) y dirección artística.
Asimismo,
fue galardonada en los Globos de Oro a la mejor película y mejor actor (Topol),
siendo también candidata al mejor director y mejor actor secundario (Paul Mann).
Topol obtuvo también el David di Donatello al mejor actor extranjero por su mágica interpretación de Tevye.
El
título de “El violinista en el tejado” surgió de una pintura del artista ruso
Marc Chagall llamada “The dead man”, que nos muestra una escena de un funeral y
a un hombre que toca el violín en una azotea. El título también es utilizado
por Tevye como una metáfora del hecho de tratar de sobrevivir en un mundo
difícil en constante cambio.
El coste de producción de “El violinista en el
tejado” fue de 9 millones de dólares. La película consiguió un total de 40
millones y medio.
"Sin todas nuestras tradiciones, nuestra vida sería algo tan inseguro
como un violinista en el tejado"
(TEVYE)
19 comentarios:
Recuerdo siendo muy pequeño acompañando a mis padres a ver el estreno de la película (bueno, algo después) y fue algo mágico. No recordaba a Glaser y Lovelock como secundarios. El éxito de la película llevó a la TVE de entonces a producir una serie "Si yo fuera rico" con Antonio Garisa, no sé si la recordarás. Besos. Borgo.
Una de las que tengo pendientes en esa lista interminable aunque, por supuesto conozco la BSO.
Creo que su mensaje sigue siendo muy actual por lo que cuentas.
Me ha encantado la frase de Mark Twain.
Yo hace siglos que no veo esa película, pero recuerdo el enorme éxito que tuvieron sus canciones, y como el título de la canción principal se convirtió en una frase ocurrente.
Eso sí, cuando he leído la entrada (estupenda, como es norma de la casa), no he podido evitar reírme, ya que Cahiers y un servidor teníamos un amigo común que guardaba un extraordinario parecido físico con Topol, y se molestaba en demasía cuando se lo recordábamos...
Como dice el Tirador, el que yo conozco era un Topol muy pesado, fanático de la música instrumental y dotado de una gran cabeza. Respecto a "El violinista", ya sabe que no soy muy aficionado al musical, así que permítame felicitarle, una vez más, por su trabajada y espléndida entrada.
A los dos que cabalgan juntos:
Un honor para mí el que os haya gustado esta entrada y más viniendo de dos blogueros de lujo como sois vosotros.
Y añado algo más. Os animo al uno y al otro a dedicar una de vuestras entradas a esta larga lista de amigos comunes tan genuinos. Que no tenéis material ahí ni nada.
Anda, porfa, porfa, porfa...
He aprendido un montón de curiosidades hoy contigo, Clementine. Desconocía que Frank Sinatra estuviera interesado en realizar el papel protagonista y creo que Danny Kaye lo hubiera bordado pero la elección final creo que es insuperable. Aunque Zero Mostel es un actor que me encanta y seguro que su versión fue estupenda. Besos.
Me alegro, Marcos, yo también aprendo un montón de cosas al escribir estas entradas. Seguro que Zero Mostel estuvo genial en el teatro, pero yo ya no me imagino a otro Tevye que no sea Topol. Besos.
¿Qué quiere usted, que se reúnan nuestros antiguos amigos y nos hagan una emboscada y nos den una lluvia de collejas?. Sería como infiltrarse en territorio indio a liberar antiguos cautivos blancos.
Dios me libre, Cahiers, de querer eso. Pero, ¿qué tipo de historias esconden vuestros antiguos amigos?
Jajajaja, supongo que soy algo exagerado, pero nunca se sabe... De todas formas, ya sabe que, en sucesivas entregas, siempre cuento algo de algún miembro de tan curiosa fauna.
Bueno, vale, me conformaré con que cuentes cosas de ellos en sucesivas entregas. Y el Tirador, ¿también está en esa curiosa fauna o, conociéndole, no se deja incluir en esta categoría?
En realidad Cahiers ya está realizando toda esas crónicas, que aparecen puntualmente en su blog, gracias a su habilidad en el mundo del cómic, que es un terreno muy apropiado para esos quehaceres.
De hecho, en su trayectoria de cómics inconclusos, los protagonistas eran siempre los amigos de adolescencia y juventud, aunque como he dicho sólo llegó a terminar una pequeña joya llamada "3º C contra los chorizos".
Por supuesto yo era el co-protagonista principal de todas esas sagas, pero es evidente que el reparto era coral...
Por supuesto que tú eras el co-protagonista, cómo poner eso en duda...
A mí no me tenéis bien informada de estas cosas, Tirador, y no pretenderás que me ponga ahora a extraer información de las entradas correspondientes de Cahiers y, seguramente, de algunas tuyas. Por Dios, no me da el tiempo para tanto.
Yo me lo quiero leer seguidito, para enterarme bien de todo y no dejarme a ninguno de esos antiguos amigos vuestros, que todos merecen mi atención, me temo.
Qué buena la versión del Peret, con la firma inconfundible de Lazarov!
Completísima entrada, Clementine, y la peli se la merece. El actor tiene una simpatía y una fuerza increíbles (me acuerdo de lo bien que le caía a mi padre)y es un musical bastante llevadero (es que yo tampoco soy una loca de los musicales).
Me ha gustado el desparpajo del de fotografía, ¿quieren efecto terroso? pues calcetín marrón. No me digas que no suena a coña..
dubidubidubidubidubidubidubidú
Gracias, Alicia, y celebro que también te guste Peret. Pues ya ves qué fotografía se consigue con un calcetín...
Un gran musical con temas inolvidables de Jerry Bock y un trabajo excepcional de el gran John Williams.
También siento curiosidad por saber cómo hubiera protagonizado la película Zero Mostel, pero Topol es el alma de la película.
Hola, Roberto. Es un gran musical en todos los sentidos, con una historia muy grande también. Y Topol, único. Un beso.
Vaya, jamás pensé que leyendo esta entrada descubriría que Sara Montiel aprendió el famoso truco de la media y la cámara del maestro Oswald Morris y de "El violinista en el tejado"...
El single de "Si yo fuera rico" estaba en mi casa cuando yo era pequeño, lo que me hace sospechar que también estaba en la tuya. Años mas tarde, una profesora de inglés que se llamaba La Pollito (por cómo movía la cabeza) nos fotocopió la letra y como deberes nos mandó aprendérnosla. Al día siguiente, todos se sabían la canción. Yo, que ya creo haber confesado por aquí ser imbécil, me aprendí el speech inicial. Es una de las miles de cosas inútiles que ocupan espacio en mi memoria y que hacen que hoy no recuerde nada importante.
"Oh, dear lord... You made many, many poor people... I realise, of course, that it's not a shame to be poor..."
En fin... Dubi dubi dubi du.
Ese single estaba y está en mi casa, Jose Dubidú. Y esa cosa inútil que ocupa tu cabeza (confesando esto tú aquí yo ya entiendo muchas cosas) es de las cosas inútiles más bonitas del mundo musical. Salud.
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