sábado, 8 de diciembre de 2012

Veredicto final

“Los débiles deben tener a alguien que luche por ellos,
¿no  es verdad?”


El 8 de diciembre de 1982, hace hoy ya 30 años, se estrenaba en Estados Unidos “Veredicto final” (The Verdict), una magnífica producción de David Brown y Richard D. Zanuck para la Twentieth Century Fox.

Esta película trata sobre la resurrección de un hombre.
Cómo pierde la fe y la recupera


Extraordinaria película que era dirigida con maestría por Sidney Lumet, exquisito cineasta que llevaba a sus espaldas cinco fructíferos años como realizador televisivo y en 1957 se estrenaba en la gran pantalla de manera espectacular con “Doce hombres sin piedad”, magnífico título al que le siguieron otros como “Piel de serpiente”, “Larga jornada hacia la noche”, “Punto límite”, “La colina”, “Llamada para un muerto”, “Serpico”, “Asesinato en el Orient Express”, “Tarde de perros”, “Network, un mundo implacable” o “La trampa de la muerte” antes de este “Veredicto final”. Magistral Lumet.

The verdict ”, novela escrita por Barry Reed en 1980, servía como base al espléndido guión escrito por David Mamet, quien hasta la fecha tan sólo se había asomado a la gran pantalla como guionista de “El cartero siempre llama dos veces” y más adelante se convertiría también en el director de títulos como “Las cosas cambian”, “El caso Winslow” o “El último golpe”.


Johnny Mandel, compositor neoyorkino que había debutado musicalmente a toda pantalla en 1958 con “Quiero vivir” y llevaba ya a sus espaldas otros títulos como “La americanización de Emily”, “Castillos en la arena”, “Harper, investigador privado”, “A quemarropa”, “La montaña embrujada”, “Bienvenido, Mr. Chance”, “Mash” o “La trampa de la muerte”, se encargaba de la cuidada banda sonora.



Y la parte técnica del film venía completada con unas correctísimas fotografía y dirección artística firmadas, respectivamente, por Andrzej Bartkowiak y John Kasarda y con un acertado montaje a cargo de Peter C. Frank.

Una de las primeras opciones de Sidney Lumet para interpretar a Frank Galvin, el protagonista de esta historia, fue Robert Redford. Sin embargo, Redford no se veía en el papel y decidía finalmente no aceptarlo aunque, eso sí, recomendándole a Lumet en su lugar a un buen amigo…


Sí, a Paul Newman, quien aceptó desde un primer momento. Y Lumet, encantado.

 “Trabajamos juntos en televisión a principios de los cincuenta…
De modo que, cuando coincidimos de nuevo en ‘Veredicto final’, los dos nos encontramos cómodos de inmediato


“Marcado por el odio”, “El largo y cálido verano”, “La gata sobre el tejado de zinc”, “Éxodo”, “El buscavidas”, “Dulce pájaro de juventud”, “La leyenda del indomable”, “Dos hombres y un destino”, “El golpe”, “Ausencia de malicia”…

La maravillosa interpretación de Newman dotó
de todo el corazón y el alma a la película
(Damian Cannon, “Movie Reviews UK”)



Paul Newman ya era toda una leyenda cinematográfica cuando dio vida a su extraordinario Frank Galvin, papel con el que corroboraba, si es que hacía alguna falta, el por qué era ya considerado uno de los mejores actores de la historia del cine.

Le dije que, aunque su interpretación era buena, aún no había alcanzado el nivel emocional que encerraba el guión de Mamet… El lunes, Paul llegó al ensayo y saltaron chispas. Estuvo fabuloso. Es un hombre tan entregado a la profesión como en su vida corriente

Para interpretar al personaje femenino de esta historia fue considerada Julie Christie, pero la actriz rechazó la oferta.


Y así le llegaba el papel de Laura Fischer a Charlotte Rampling, quien lo hacía suyo de inmediato. En el cine desde 1965, Charlotte llevaba ya tras de sí títulos como “La leyenda de un valiente”, “La caída de los dioses”, “Zardoz”, “Portero de noche”, “Adiós, muñeca” o “Recuerdos”.



El extraordinario Jack Warden nos presentaba a un entrañable Mickey Morrissey, amigo y colega en esta historia del personaje que interpretaba Newman. Warden ya era todo un veterano en esto del cine, debutando en 1950  con “La jungla de asfalto” (menudo comienzo) y con títulos ya a sus espaldas tan clásicos y conocidos como “De aquí a la eternidad”, “Donde la ciudad termina”, “Doce hombres sin piedad”, “La taberna del irlandés”, “Todos los hombres del Presidente”, “El cielo puede esperar”, “Muerte en el Nilo”, “Campeón” o “Más allá del Poseidón”, y múltiples apariciones en series de la pequeña pantalla. Magistral Jack Warden.


El británico James Mason interpretaba impecablemente a Ed Concannon. Mason llevaba en el cine desde 1935 y ya había demostrado sus buenas dotes como actor en infinidad de títulos entre los que se encontraban “Larga es la noche”, “Madame Bovary”, “Mundos opuestos”, “Operación Cicerón”, “La cruz de hierro”, “La caída del imperio romano”, “Con la muerte en los talones”, “Lolita”, “20.000 leguas de viaje submarino”, “Julio César”, “Lord Jim”, “El cielo puede esperar” o “Asesinato por decreto”.


Excelente también en su papel Milo O’Shea como el juez Hoyle. O’Shea era un rostro bien conocido sobre todo por la pequeña pantalla gracias a su aparición en series como “Maupassant”, “Los protectores” o “QB VII”, pero también por el cine con títulos a sus espaldas como “Ulysses”, “Romeo y Julieta”, “Barbarella” o “Sacco y Vanzetti”.


Y el maravilloso Joe Seneca nos atrapaba con su magia, una vez más, a través del Dr. Thompson, su personaje en esta historia. Seneca había debutado a toda pantalla en 1973 con “Pelham 1.2.3” y tan sólo llevaba hasta entonces cuatro títulos cinematográficos, entre ellos “Kramer contra Kramer”. Tras “Veredicto final ”, pudimos disfrutarle también en “Justicia salvaje”, “Silverado”, “Cruce de caminos”, “Mississippi Masala”, “Malcom X” o “Tiempo de matar”. También nos regaló a Ben, su precioso personaje televisivo de uno de los episodios de la serie “Cuentos asombrosos”. Joe nos dejaba, muy tristemente, en 1996. Pero su magia se quedaba con nosotros.

Completaban un más que correcto reparto, entre otros, Lindsay Crouse como Kaitlin Costello, Edward Binns como el obispo Brophy o Roxanne Hart y James Handy como Sally y Kevin Doneghy, respectivamente.

A los miembros de la Academia: quisiera que volviesen a ver ‘Veredicto final’ y me explicasen qué debe hacer Paul Newman para ganar un Oscar
(Anuncio aparecido en el Daily Variety al día siguiente de la ceremonia de 1983)


Veredicto final” se quedaba tan sólo en las cinco nominaciones a las que optaba en los Premios Oscar : película, director, guión, actor (Paul Newman) y actor secundario (James Mason).


Y lo mismo le sucedía en los Globos de Oro, sólo que esta vez con una nominación menos: director, actor (Paul Newman), actor secundario (James Mason) y guión.




Aunque, afortunadamente, algo de justicia se impartía al recibir Paul Newman un merecidísimo David di Donatello de la Academia italiana del cine como mejor actor extranjero por su extraordinario trabajo en esta película.



Con el fin de reflejar mejor en la pantalla al personaje de Frank Galvin, Sidney Lumet pidió a Andrzej Bartkowiak, el responsable de la fotografía, que se esmerara por conseguir un look anticuado en las imágenes, llegando incluso a llevarle a una exposición de Caravaggio para que el director de fotografía plasmara en la película ese claroscuro que pretendía Lumet para su pelìcula.

Asimismo, se eliminaron de la paleta colores chirriantes como el azul, rosa, verde y amarillo pálido y se utilizaron los tonos marrones, castaños, amarillos oscuros, naranjas quemados, rojos borgoñas y otros crepúsculos cromáticos.  


El resultado fue, a todas luces, magnífico.

No habrá otros casos, éste es el caso
(Frank Galvin)

8 comentarios:

Pablo J. Álvarez dijo...

Epatante, en todos los minutos de la cinta. y Newman te hace compartir hasta el último de sus temores en cada momento. Gracias por recordarme que la vi en el cine, cuando se estrenó, con esta soberbia y detallada entrada.

El Tirador Solitario dijo...

Que grandísima película, Dios mío. Recuerdo que cuando la alquilé en VHS, en la carátula rezaba una leyenda que decía algo así "Frank Galvin tiene su última oportunidad como hombre, y como abogado"... Siempre ne había fijado en esa fotografía, tan fría, tan peculiar...y no tenía ni idea de las técnicas tan especiales que se habían utilizado.
La interpretación de Newman es prodigiosa, fuera de cualquier calificación, y lo de los oscars de 1983 fue de traca, quiero decir que si lo hubiera ganado Jack Lemmon por Desaparecido, todavía tendría alguna razón de ser, pero esa era la noche de Gandhi, y solo hubiera faltado que también se hubiera llevado la estatuilla a los mejores efectos especiales, en detrimento de E.T.

Pepe Cahiers dijo...

Película sobre la redención, el fracaso, el valor de enfrentarse al más fuerte, la honestidad y sobre todo el hecho de aplicar lo que es justo. Buen final, con aquella llamada de teléfono no contestada.

Clementine dijo...

Gracias, Pablo. Yo también la vi en el cine, en su estreno, y salí maravillada especialmente con la interpretación de Newman pero también con toda la película en sí, está muy bien hecha.

Bueno, Tirador, vale que los efectos especiales eran para E.T, pero también se merecía el Oscar Ben Kingsley. Y Gandhi es muy buena película. El problema ahí es que estuvieran en la misma categoría Newman, Kingsley y Lemmon. Y también estaba Hoffman con su "Tootsie", que no se quedaba precisamente atrás... Esa fotografía tan peculiar que mencionas es de mis favoritas de toda la historia del cine, además de ser buenísima como foto te transmite muchas cosas del personaje. Y encima es Newman, ¿qué más se puede pedir?

Qué bien hablas-escribes, Cahiers, qué bien eliges las palabras. Sí señor, muy buen comentario el tuyo.

miquel zueras dijo...

Muy buen trabajo, Clementine, es verdad lo de los tonos de la fotografía que me recordaron a los cuadros del barroco. Newman y Rampling están fantásticos pero creo que quienes se llevan la nota más alta son esos grandísimos secundarios. Warden, Mason y especialmente Seneca. Besos. Borgo.

Clementine dijo...

Muchas gracias, Miquel. Los secundarios de esta película son monstruosos. Seneca tenía, además, algo especial, a mí me encanta. Besos, Borgo.

Alicia dijo...

Yo no la recuerdo bien: sé que me dejó un sabor amargo, así que tendré que repetir para quitármelo.

He dicho: tendré que verla otra vez, digo yo que me la prestarán...

(jeje, me he contenido, no he dicho nada de PN)

Clementine dijo...

Pues digo yo que alguien te la prestará, Alicia, digo yo. Y tú di lo que quieras de PN, no te contengas que no seré yo quien te lleve la contraria...