"Ha disfrutado toda la vida en el escenario y ya no las fabrican así. Muchos compañeros me han dicho que mi madre se ha ido y que no saben cuándo volverá a nacer
una persona con ese carisma y esa humanidad”
una persona con ese carisma y esa humanidad”
(Tony Isbert)
El pasado 25 de Abril el mundo de la escena española volvía a recibir un tremendo golpe. Se nos iba, a los 94 años de edad, María Isbert, una de nuestras mejores y más entrañables actrices.
“Era una persona grande, una mujer pura bondad, afable, un ser animoso, de esos que estaban dispuestos a darlo todo antes de que se les pidiera nada. Era una mujer de una enorme cultura, que hablaba varios idiomas, con una solidísima formación. Con ella desaparece una forma de vivir el teatro irreemplazable y que desgraciadamente ya ha dejado de existir”
(Emilio Gutiérrez Caba)
María Vicenta Ysbert Soriano nació en Madrid el 21 de Abril de 1917, aunque siempre profesó un gran cariño hacia Tarazona de la Mancha (Albacete), pueblo natal de su madre y también lugar de origen de su familia paterna.
Su padre, el gran Pepe Isbert, se resistía a que su hija no tuviera una formación académica y la matriculó en un colegio alemán, donde aprendió varios idiomas. Después quiso que opositara al cuerpo de Aduanas, pero María prefirió seguir sus pasos en el mundo de la interpretación.
"Ella preguntaba antes que nada qué había que hacer, lo intentaba y lo conseguía. Aunque era muy impactante trabajar con una cómica de su talla, ella te preguntaba, te consultaba, y te hacía sentir importante, nunca pretendía enseñarte nada y su humildad, y la capacidad de hacerte sentir actor era impresionante"
(Pepe Viyuela, su compañero de reparto, y su hijo,
en “La gran aventura de Mortadelo y Filemón”)
en “La gran aventura de Mortadelo y Filemón”)
María debutó en los escenarios, junto a su padre, con la obra de Alejandro Casona “Nuestra Natacha”, trabajando en la compañía familiar durante otros tantos años, la mitad de ellos como actriz protagonista.
Y su primera aparición en el cine fue en 1944 de la mano de Juan de Orduña y “La vida empieza a medianoche”. Su pasión era el teatro (en Noviembre de 1986 celebró sus bodas de oro en los escenarios) pero llegó a participar en más de 300 películas.
“Le ha faltado ese papel protagonista en un momento de su carrera en el que podría haber sacado las dotes interpretativas que tenía y que eran espectaculares. Lo digo como hijo y como profesional”
(Carlos Ysbert)
En el cine nos dejó su inconfundible huella en títulos como “Ella, él y sus millones”, “Dos cuentos para dos”, “Botón de ancla”, “Los ladrones somos gente honrada”, “Un rayo de luz”, “El cochecito”…
Y en “Viridiana”, “La gran familia”, “El verdugo”, “La guerra de papá”, “Tiempo de silencio”, “El bosque animado”, “Amanece que no es poco”…
Realmente adicta al humor negro, Maria Isbert afirmaba haber heredado de su padre el gusto por las noticias de sucesos.
“Las veo todas, y mientras lo hago paso un rato muy amargo.
¡Cómo son las cosas!”
¡Cómo son las cosas!”
En la pequeña pantalla, y a través del mítico Estudio 1, pudimos disfrutar de su arte escénico en obras como “El amante complaciente”, “Señora Ama”, “Mi señor es un señor”, “Cuidado con las personas formales”, “El retamal”, “Milagro en la casa de los López”, “El avaro”…
Y en series de televisión como “Anillos de oro”, “Brigada Central”, “Celia”, “Los ladrones van a la oficina”, “Hospital Central”, “7 vidas”, “El comisario”…
“Ser actriz me ha venido de Dios, la verdad del actor se encuentra sobre las tablas del teatro. Para ser buena actriz, lo mejor es no actuar”
En su dilatada trayectoria profesional recibió, entre otros galardones, el Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos por "Un hombre de negocios", la Medalla de Plata de las Bellas Artes, el Premio José Isbert y la distinción como académica de honor de la Academia de las Artes Cinematográficas de España.
Al Teatro Circo de Albacete acudía año tras año para entregar el Premio Nacional de Teatro ‘Pepe Isbert’ que concede desde hace 14 años la Asociación Española de Amigos de los Teatros. En 2006 le fue entregado dicho premio a Mari Carrillo, gran amiga de María.
"El diálogo entre las dos actrices era absolutamente delirante. Como si lo hicieran Mihura y Jardiel Poncela. Es decir, el absurdo total. Pero si algo me quedó en el recuerdo, de María, era el amor infinito de una madre con sus hijos y nietos. Y viceversa. No he visto nunca tan claramente desarrollar en esto el papel
de una primerísima cómica como lo hacía la Isbert”
de una primerísima cómica como lo hacía la Isbert”
Gracias de todo corazón, María, por tu sabiduría en la interpretación, tu natural simpatía, tu enorme sentido del humor… Por mostrarte tan entrañable y tan auténtica. Y por ser, además, tan digna sucesora de esa vis cómica, ese arte y esa magia que desprendía esa gran figura de nuestra escena que fue al mismo tiempo tu padre.
"A estas alturas lo único que sé es que la vida funciona como una tragicomedia maravillosa. Se anda entre susto y susto entre muchas cosas bonitas.
He sido siempre feliz en el teatro y, ahora que soy vieja, lo echo de menos... por eso, leo en voz alta y me aplaudo a mí misma”
(María Isbert)
11 comentarios:
Desde luego, ¡qué grande!. Le venía de familia, claro porque su padre es de mis actores favoritos del cine español. Nos hizo pasar muy buenos ratos. Gracias, María, tienes razón. Saludos!
Además de una buena actriz siempre me pareció una buena persona. Si que es una pena que nunca pudiera tener ese gran papel donde sacar lo máximo de si misma pero pese a todo ha conseguido crear ese vínculo especial con el público.
Gracias por tu dedicación para hacernos sonreir.
Gracias por hacer tú también un homenaje a esta gran persona que era María, ante todo buena gente y además buena actriz.
Yo también le hice un homenaje.
BEsotes
Gracias María por tu bondad y humildad. Tantos buenos momentos nos has hecho pasar haciéndonos ver que hay gente realmente buena en este mundo que vivimos. Familia de grandes actores.
Allá donde estés, gracias de nuevo por tu legado. Siempre quedará con nosotros para robarnos una sonrisa.
"Gracias de todo corazón, María, por tu sabiduría en la interpretación, tu natural simpatía, tu enorme sentido del humor… Por mostrarte tan entrañable y tan auténtica. Y por ser, además, tan digna sucesora de esa vis cómica, ese arte y esa magia que desprendía esa gran figura de nuestra escena que fue al mismo tiempo tu padre". Clementine dixit
Me ha encantado este último párrafo en el que sintetizas tan bien la esencia de lo que fue María Isbert, persona y actriz.
No se puede mejorar. Sólo añadir que para mí era una gran actriz de comedia y que estoy de acuerdo en que le hubiese faltado un papel de gran protagonista para redondear su carrera. Lo hubiera bordado, no me cabe la menor duda.
Por cierto, que me he enterado que no hace mucho también falleció Florinda Chico. ¡Vaya racha llevamos con los profesionales de la comedia!
Besos!
Siempre me gustó cómo hablaba de su padre, con enorme respeto y admiración personal y profesional.
María Isbert era de esas secundarias maravillosas que se dejaban sentir en cada escena. Nunca pude verla en teatro, pero dicen que era mejor que en pantalla. Gracias por recordarla y saludos.
Eterna secundaria, es cierto que le faltó ese papel definitivo que le diera la gloria de una primera dama, no se, algo así como interpretar a la protagonista de "La casa de Bernarda Alba", que dicen que eso da mucho prestigio. De todas formas, una de las grandes, digna hija de un actor de indudalbe personalidad y carisma.
Ya sé que al afirmar esto se corre el riesgo de "cualquier tiempo pasado fue mejor", pero es que se nos están yendo, casi se nos han ido ya, una generaciones de cómicos que creo que no van a encontrar recambio, que ya no tendremos un Bódalo, un Ferrándiz, un Merlo, un Prendes..de actrices, creo que curiosamente, no se nota tanto ese relevo generacional (de eso sabe infinitamente más que yo la anfitriona, y espero su opinión).
Un merecido y excelente homenaje, amiga Clementine...
Los Isbert sería el equivalente de los Barrymore o los Carradine del cine americano, una saga. Una vez le preguntaron a María Isbert si le molestaba ser siempre secundaria y dijo: "Qué va, es como ir a una fiesta, tomarte una copa e irte. Mientras que el anfitrión se queda ahí dando palique." Me pareció muy acertado. Besos. Borgo.
Esta vez no me asomo para comentar vuestros comentarios, sino para daros las gracias a todos por completar con los vuestros mi homenaje a María Isbert.
Tirador, una Maria Luisa Ponte, una Mari Carmen Prendes, una Isabel Garcés, una Aurora Redondo...
Roberto, gracias por citarme en tu comentario. Me hace una ilusión tremenda, ya ves.
Besos a todos.
Me uno, me uno (me dos, me dos) jijijijij, he hecho un chistecillo.
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