domingo, 30 de marzo de 2014

Cumbres Borrascosas

“En los estériles páramos de Yorkshire, Inglaterra, hace cien años, había una casa tan desierta y desolada como sus yermos alrededores. Sólo un forastero extraviado en medio de la tormenta se hubiese atrevido a llamar a la puerta de Cumbres Borrascosas…”


En 1936, Ben Hecht y Charles MacArthur adaptaban para la gran pantalla “Wuthering Heights” (Cumbres Borrascosas), única novela de Emily Brontë que la autora inglesa escribía en 1847. 

El guión confeccionado por Hecht y MacArthur fue recibiendo la negativa de los diferentes estudios hasta que llegó a las manos del productor Walter Wanger, quien pensaba en Sylvia Sidney y Charles Boyer como principales protagonistas. Pero tras una serie de desavenencias, el proyecto se frenó. 


Por su parte, el director William Wyler estaba interesado en esta historia y trató de convencer a Samuel Goldwyn para que se hiciera con los derechos. A Goldwyn, sin embargo, no le gustaba el guión por echar en falta en él un final feliz.

Wyler tenía en mente a Katharine Hepburn para el papel protagonista de Cathy. Y así se lo comentó a Bette Davis durante el rodaje de “Jezabel” (1938). Davis se entusiasmó con la idea y animó al productor Jack Warner a que comprara el guión. Goldwyn se enteró de que Warner estaba interesado y se hizo inmediatamente con los derechos. Eso sí, dándole el papel de Cathy a Merle Oberon, actriz que Goldwyn tenía bajo contrato, algo a lo que Wyler accedió de buen grado. 


De nacionalidad india, Merle Oberon debutaba en el cine en 1929 en un pequeño papel en “The three passions” y ya había aparecido en otros títulos como “Fascination”, “La vida privada de Enrique VIII”, “La pimpinela escarlata”, “Esos tres” o “El vaquero y la dama”.

“¿Por qué no eres mi príncipe como dijimos?
¿Por qué no me rescatas, Heathcliff?”


En “Cumbres Borrascosas”, Merle nos ofrecía una más que correcta interpretación de la caprichosa Cathy

“Que los páramos no cambien y que tú y yo no cambiemos nunca”

“Los páramos y yo no cambiaremos…
¿Y tú, Cathy?”

Tras barajar una serie de nombres, se pensó en Laurence Olivier para el personaje de Heathcliff. Pero Laurence se encontraba entonces en Londres con su entonces pareja Vivien Leigh y no estaba muy dispuesto a abandonar su querido teatro por la Meca del cine. 

Sin embargo, decidió pedirle su opinión sobre esta oferta cinematográfica a su amigo Ralph Richardson, quien le aconsejó que la aceptara. Y Olivier accedió a Interpretar a Heathcliff poniendo como única condición que el papel de Cathy lo interpretara Vivien Leigh… No pudo ser al estar ya elegida Merle Oberon. 


En el cine desde 1930, Laurence Olivier había ya aparecido en películas como “El carnet amarillo”, “Como gustéis”, “Fuego sobre Inglaterra” o “El divorcio de la señorita X” y era ya una figura más que reconocida en los escenarios teatrales.


En “Cumbres Borrascosas”, Laurence nos deleitaba con su impecable composición del atormentado Heathcliff no sin poco logro de William Wyler quien consiguió hacerle ver que la actuación cinematográfica distaba mucho de la teatral. 

El propio actor reconoció después que “Cumbres Borrascosas” había sido una de las películas que mejor le había mostrado que el teatro no tenía que ser necesariamente superior al cine.

“Fui a ver ‘Jezabel’ y advertí que había una forma de contar
con la cámara y los diálogos”

Más adelante, Olivier tampoco tuvo problema alguno en reconocer su deuda de gratitud hacia Wyler por guiarle en sus primeros pasos cinematográficos y hacerle amar el séptimo arte. 


William Wyler debutaba tras las cámaras en el aún silente 1926 y ya nos había dejado a toda pantalla otros clásicos como “La casa de la discordia”, “Esos tres”, “Desengaño”, “Rivales” (a medias con Howard Hawks), “Calle sin salida”, “Jezabel” o “El vaquero y la dama”.


A toda pantalla desde 1926, Gregg Toland había dejado ya su maestría en títulos como “Flor del desierto”, “La reina Kelly”, “Raffles” o “El vaquero y la dama”. Con su inseparable William Wyler ya nos había dejado también “Esos tres”, “Rivales” y “Calle sin salida”.


Tras “Cumbres Borrascosas”, Toland y Wyler trabajarían también juntos en otros títulos como “El forastero”, “La loba” o “Los mejores años de nuestra vida”. Maravilloso Gregg Toland, maravilloso, maravilloso, maravilloso… 


En el cine desde 1930, Alfred Newman había firmado ya la música de títulos como “Escándalos romanos”, “La llamada de la selva”, “Ciudad sin ley”, “Esos tres”, “Desengaño”, “Rivales”, “Sólo se vive una vez”, “La mascota del regimiento”, “Stella Dallas”, “El prisionero de Zenda”, “Huracán sobre la isla” o “Gunga Din”. En “Cumbres Borrascosas”, Newman confeccionaba una banda sonora muy acorde con el ambiente romántico de la historia. 

El preciso montaje firmado por Daniel Mandell y la exquisita dirección artística a cargo de James Basevi y Alexander Toluboff redondeaban la magistral factura de la película.


En el cine desde 1932, David Niven ya había aparecido en títulos como “Ciudad sin ley”, “La tragedia de la Bounty”, “Rose Marie”, “La carga de la Brigada Ligera”, “El prisionero de Zenda”, “La octava mujer de Barba Azul” o “The dawn patrol”.


David nos regalaba en “Cumbres Borrascosas” una composición correctísima, y cómo no viniendo de él, de su no menos correctísimo Edgar Linton.

El papel de la hermana de Edgar le fue ofrecido en un principio a Vivien Leigh, pero no se llegó a un acuerdo.


Finalmente fue elegida Geraldine Fitzgerald. En las pantallas desde 1934, Geraldine llevaba tras de sí once títulos cinematográficos, siendo este papel de Isabella Linton en “Cumbres Borrascosas” uno de los más recordados de su carrera. 


Flora Robson era en esta historia una maravillosa Ellen. A toda pantalla desde 1931, Flora había sido vista ya en títulos como “Catalina de Rusia”, “La vida privada de Don Juan” o “Fuego sobre Inglaterra” antes de su extraordinaria interpretación en “Cumbres Borrascosas”.


Y Donald Crisp nos ofrecía otra espléndida actuación a través de su personaje, el Dr. Kenneth. Donald había debutado en la gran pantalla en 1914 tras una interminable lista de cortometrajes. Llevaba ya en su carrera clásicos de la talla de “El nacimiento de una nación”, “Intolerancia”, “La culpa ajena”, “Tierra de pasión”, “María Estuardo”, “La vida de Emile Zola”, “Jezabel” o “Las hermanas”. Dos años después de “Cumbres Borrascosas”, Crisp nos regalaría a su inolvidable Mr. Morgan de “¡Qué verde era mi valle!”. Maravilloso Donald Crisp, maravilloso.

Completaban el sensacional reparto Hugh Williams como Hindley, Leo G. Carroll como Joseph, Cecil Kellaway como Earnshaw


Y, por supuesto, el precioso y romántico lugar de reunión de Heathcliff y Cathy, Penistone Crag, un personaje fundamental en esta historia que era localizado en Thousand Oaks, California. 


Rodada en Hollywood, fueron reconstruidos los páramos de Yorkshire en Chattsworth (San Fernando Valley). También fue importado de Inglaterra brezo real y replantado en California para ayudar a simular la apariencia de dichos páramos. 

Laurence Olivier y David Niven, cuyos personajes eran rivales en esta historia, entablarían durante el rodaje una buena amistad que perduraría a lo largo de los años. 

El film obtuvo tan sólo el Oscar a la mejor fotografía, aunque fue también nominado en las categorías de película, director, actor (Laurence Olivier), actriz secundaria (Geraldine Fitzgerald), guión adaptado, dirección artística y banda sonora. 


Producción de Samuel Goldwyn para United Artists, “Cumbres Borrascosas” (Wuthering Heights) se estrenaba en Hollywood (California) el 24 de marzo de 1939




Hoy sigue siendo maravillosamente romántica. 

“Quiero arrastrarme a sus pies, llorar para que me perdone,
por amarla, por necesitarla más que a mi propia vida, por pertenecerle más que a mi propia alma”
(Heathcliff en "Cumbres Borrascosas")

7 comentarios:

Manderly dijo...

Pues sí, todo un clásico que cuenta con un gran director y grandes actores de la época y de todos los tiempos. Oliver es uno de los grandes, sin duda!
Para mi, la mejor de todas las versiones.
Saludos.

Pepe Cahiers dijo...

Mi versión preferida sin duda. Llena de pasión enfermiza que respira por cada uno de los poros de esos páramos perfectamente fotografiados en ese magistral blanco y negro.

deWitt dijo...

En mi caso, primero llegó la novela (leída íntegramente un verano de mi adolescencia en la playa) y después las películas. La de Wyler fue la primera. Grande, grande! Como todo lo que ha hecho este director por el cual siento devoción. No puedo añadir más a tu entrada, querida compañera.

Besos

miquel zueras dijo...

Una gran historia dramática y cuánto juego han dado los páramos ingleses en Hollywod. Cuando vi esta película esperaba ver aparecer a Holmes buscando el perro de Baskerville en cualquier momento. Sólo faltaba Aubrey Smith.
Seguramente la versión con Lawrence Olivier y Merle Oberon es la mejor. He visto también las de Thimoty Dalton y Ralph Fiennes.
Heathcliff nunca aparece como lo describen en el libro: tosco y de aspecto desagradable. Concesiones del cine, supongo.
Besos. Borgo.

Clementine dijo...

Todo un clásico, Manderly, y con letras mayúsculas. Yo no puedo decir que sea la mejor de todas las versiones porque no he visto las otras, no me dejo, ésta me gusta tantísimo que me resulta imposible asomarme a otra versión. Saludos.

Qué bonito todo lo que dices, Cahiers, canastos... :) Magistral blanco y negro, y cómo no siendo de Toland.

Yo no estoy muy segura de haberme leído la novela, deWitt, porque de ser así fue hace tanto tiempo que ya toca volver a ella. También yo siento devoción por Wyler, me parece magistral en todo. Besos, querido compañero cinematográfico.

Supongo que se le dan otras características al Heathcliff de la película por favorecerle más hacia el público, aunque poco necesita con el comportamiento de Cathy. A mí me encanta lo bien que combina Laurence Olivier lo maravilloso de su personaje con su lado más cruel, me parece muy difícil de expresar esta combinación y él lo hace de lujo. Besos, Borgo, y feliz semana.

Alicia dijo...

Maravillosamente romántica, sí señora. Preciosa peli y completísima entrada, Clementine.

Clementine dijo...

Me alegra que estés tan de acuerdo conmigo, Alicia, eso es bueno para ti :) ¡Gracias!