jueves, 12 de abril de 2012

Singing with Jerry

Hoy “La Gran Pantalla” cumple tres años, largo período en el que he disfrutado enormemente de vuestra compañía. Mil gracias por seguir ahí, sin vosotros esto no hubiera sido ni la mitad de interesante.

Para celebrar tan señalado aniversario tenía pensado invitar, una vez más, a mi admirado Jerry Lewis, mi ya imprescindible amuleto cinematográfico de la suerte. ¿Y sabéis qué? Esta vez nos hemos limitado a cruzar la mejor de nuestras sonrisas pues él me estaba ya esperando con su “guión” aquí mismo, al inicio de esta entrada. Y yo tan sólo he tenido que darle a “publicar”...


El 16 de Marzo de 1926, mi padre actuaba en el Empire Theatre de Newark. Ése fue el día en que yo nací, entre su actuación matinal y las funciones vespertinas; me pusieron por nombre Joseph, como mi abuelo materno...


Desde  muy joven, mi padre se dio cuenta de lo que significaría para él heredar el negocio del abuelo. Él quería tener una profesión de verdad, quería ser algo más que vinatero. Un día de verano, vio el nombre de Al Jolson en el cartel de un teatro de vodevil. Entró y le oyó cantar ‘Mammy’...
Se pasó infinidad de horas ante un espejo intentando parecerse a Al Jolson. Se aprendió de memoria las canciones y los trucos de otros triunfadores del vodevil. Se presentó a una serie de audiciones como Danny Lewis. A los representantes de variedades les gustó su voz, también les llamó la atención su buena planta...


Uno de los sitios por donde mi padre se dejaba caer era el comercio S. S. Kresge, en Market Street, Newark, Nueva Jersey. Allí trabajaba una chica de diecinueve años llamada Rachel Brodsky. Tocaba canciones al piano tras una pila de marcos y otras naderías. Los clientes acudían a aquel departamento y cantaban mientras ella tocaba canciones de Jerome Kern, Vincent Youmans, Louis Hirsch, Cole Porter, Irving Berlin, George Gershwin, George M. Cohan y demás. Las tocaba con mucha viveza y total perfección técnica...
Allí la conoció mi padre en una mañana primaveral.
Se casaron en Enero de 1925


Una mañana de principios de verano. Mis padres están hablando en la cocina... ¡Nos vamos a Catskills, a las montañas! Al President Hotel, en Swan Lake, donde mamá trabajará como pianista y papá cantará, hará papeles cómicos y actuará como maestro de ceremonias, trabajando además en otros hoteles...
A las cuatro en punto empezaban en el casino los ensayos del espectáculo. Naturalmente, mis padres estaban ocupadísimos con su trabajo, pero a mí me dejaban quedarme a ver el espectáculo tantas veces como quisiera siempre que no molestase a nadie. Una vez comprendida y obedecida esta norma, me sentaba en un rincón tranquilo y casi de inmediato me sentía transportado a una felicidad inexplicable, observando los ensayos, el desarrollo y corrección de las actuaciones, las vocalizaciones, la preparación de los chistes, los pasos de baile... Y mientras tanto yo estaba allí, casi sin aliento, enfundado en mis pantalones polvorientos y deseando con todas mis fuerzas que llegara pronto el día en que pudiera actuar, como ellos, en un escenario...
Tras muchas súplicas por mi parte y una infinita paciencia por parte de mi madre, una noche de fin de semana, en una función organizada por el hotel en beneficio del cuerpo de bomberos, fui presentado como el talento “sorpresa”. Mi madre tocó una nota y yo empecé a cantar...

Y ya no he dejado de hacerlo. La música, las canciones, han ocupado siempre un sitio privilegiado en mi vida. Con doce años produje, dirigí e interpreté en el Rex Theatre, el más popular cine de Irvington, un espectáculo musical para la Cruz Roja, una actuación entre película y película en la que participaron de cuarenta a cincuenta niños. Y en las diversas giras de mis padres, en los descansos entre sus actuaciones musicales, yo presentaba ante ese mismo público mis propios números cómicos a los que siempre añadía una o varias canciones. Pequeños momentos de gloria para mí que fueron haciéndose cada vez más frecuentes...


Poco a poco me fui adentrando en ese maravilloso mundo del espectáculo que ya desde pequeño corría por mis venas, actuando en multitud de sitios y consiguiendo mis propios aplausos…

Cuando lo miré de pies a cabeza me di cuenta de que era un tipo totalmente en tecnicolor. ¡Y qué zapatos! Y mientras miraba a aquel magnífico desconocido, de una apostura sensacional, me vi a mí mismo como un patito que chapoteaba lejos, muy lejos de él


En 1946 inicié mi carrera con Dean Martin y juntos conseguimos un gran éxito en la radio, el teatro, la televisión y el cine. Coincidimos en un total de 17 títulos para la gran pantalla, entre los que se encontraba ‘¡Qué par de golfantes!’ (The caddy), donde Dean nos deleitaba con su 'That's amore'... secundado por mi, y cómo no...

Cuando Dean y yo separamos nuestros caminos, una canción en concreto vino a rescatarme de mi absoluta desorientación y desconcierto ante la inevitable ruptura de Martin y Lewis.


Judy Garland debía interpretar en una de sus actuaciones “Rockabye your baby with a Dixie Melody”, probablemente, cosas de la vida, la canción más recordada del repertorio de Al Jolson, el artista por el que mi padre empezó a cantar. Pero Judy sufría en esos momentos de una infección en la garganta, así que me llamaron para sustituirla. Del todo consciente de que ella era realmente insustituible accedí finalmente a tal petición, obteniendo con ello un gran éxito. Comenzaba así con buen pie mi carrera en solitario...


No os extrañará, por tanto, que “Rockabye your baby” me haya acompañado durante toda mi vida artística. La he interpretado en infinidad de ocasiones, una de las más entrañables junto a mi gran amigo Sammy Davis, Jr. en una de sus múltiples apariciones en mi MDA Telethon.

Y es que, a lo largo de mi extensa carrera, he tenido el inmenso honor de coincidir con un gran número de enormes intérpretes musicales.


Como Andy Williams que pacientemente atendió a mis consejos e indicaciones referentes a su forma de cantar... y bailar.


O el mismísimo Ray Charles quien, siempre con una sonrisa, me permitió que “colaborara” en su memorable aparición en el MDA Telethon de 1978.


O mi hijo Gary, que ya a sus dieciocho años formaba su propio grupo musical, “Gary Lewis and the Playboys” y en 1965 me brindaba la oportunidad de interpretar con él una peculiar versión del exitoso "Help" de los Beatles...

Desde aquí les doy las gracias a todos y cada uno de ellos por cruzarse en mi camino y enriquecer mi vida artística y personalmente.

Citas extraídas de mi autobiografía
“Jerry Lewis por Jerry Lewis. Memorias”

Gracias a ti, Jerry, por brindarnos tu maravillosa musicalidad a lo largo de tan extraordinaria carrera. Y gracias también por no dejar de acompañarnos en esta gran aventura a toda pantalla.

11 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

Pues muchas felicidades, aunque últimamente nos tiene un poco abandonados, pero tres años son muchos para un blog, y es un gran mérito continuar con la mismas dosis de calidad a las que usted nos tiene bien acostumbrados. Tómese un Oso polar para celebrarlo, como hacía el personaje de Buddy Love de "El profesor chiflado".

miquel zueras dijo...

¡Felicidades de corazón, Clementine! Qué casualidad, mañana mi blog también cumple tres años. Somos coetáneos (creo que se dice así)
Muy interesante como siempre el blog sobre Lewis. Leí que cuando Sinatra vio actuar por primera vez a Lewis y Dean Martin en Las Vegas le dijo a sus acompañantes: "El judío es muy bueno pero el italiano es horroroso".
Besos y que cumplas muchos más. Borgo.

Layna dijo...

¿Tres años ya? Que barbaridad!!! Felicidades mil. Sigue enriqueciendo el mundo del cine y la vida personal de quién te leemos . Un besazo y pasate más a menudo por los blogs amigos que leo que Cahiers te echa de menos y eso no se puede permitir ;-)

El Tirador Solitario dijo...

¡Felicidades, Clementine, por este tercer aniversario!

Y no me extraña que lo hagas de la mano de tu querido Jerry Lewis, además con ese recurso de la narración en primera persona (recuerdo cuando lo utilizaste en una entrada dedicada a los teleñecos, y su Cuento de Navidad, y pensabamos que habías estado personalmente en ese rodaje!!).

Y para pinchar un poco, volver a reseñar, como ya he hecho en alguna ocasión, que encantándome Jerry Lewis, a mi el auténtico divertido de sus peliculas era... Dean Martin!!.

Pepe Cahiers dijo...

¿El divertido era Dean Martin?. Ya empezamos con las extravagancias... Y aquí no modera nadie. Toc,toc,toc, ¿hay alguién ahí???.

El Tirador Solitario dijo...

Por supesto que era divertido, más que divertido Dean Martin, Sr. Cahiers...porque es muy fácil hacer reir con las gansadas (en el mejor termino de la expresión) que hacía el gran Lewis...pero vamos, hacer reir, simplemente con una copa en la mano, como hacía el gran Dino...

(Y por cierto, no se preocupe, que ya aparecerá la anfitriona, y ya ve que este blog está tan bien organizado, que se autogestiona)

Pepe Cahiers dijo...

Usted, amigo Tirador, es que es de risa fácil, ya lo decía mi cuñao...

Alicia dijo...

FELICIDADES, CLEMENTINE!! Y quién mejor que él para celebrarlo contigo.
Que cumplas muchos más y que nosotros te sigamos.
Muchos besos
Y, oye, qué majete su hijo

Clementine dijo...

Muchas gracias, Cahiers. No, no les tengo abandonados, de hecho les sigo moderando... Me tomo ese Oso polar a su salud... y a la de Buddy Love.

¡Gracias, Miquel, de corazón también! Sinatra estuvo ahí sembrado. Me encanta ser coetánea tuya, Borgo, muchos besos.

Mil gracias, Layna. Otro besazo para ti.

¡Gracias, Tirador! Y yo te vuelvo a decir lo que te dije en otra ocasión, que procures que no te dé demasiado el sol que luego dices cosas tremendamente incoherentes... y te digo esto por tu bien y con todo el cariño del mundo, ¿eh?

Ya se lo he dicho yo, Cahiers, si lo de extravagante ya le queda hasta pequeño... Y que sí, que modero yo, que hay alguien aquí ¿o es que no se nota?

Tirador, yo no creo que sea precisamente fácil hacer reir sólo con gansadas, eso sólo lo consiguen los grandes como Jerry. Y particularmente a mí Dino no me hacía especial gracia, con o sin copa en la mano, me parece infinitamente más gracioso Sammy Davis, Jr. Y por supuesto que está bien organizado este blog, ¿o es que esperabas otra cosa?

Pues si encima lo dice tu cuñao, Cahiers, para qué queremos más...

MUCHAS GRACIAS, Alicia. Sí, seguidme, seguidme siguiendo, mis queridos pantalleros. Y claro que es majete el hijo de Jerry, de tal palo... Muchos besos también para ti.

Marcos Callau dijo...

Qué grande Jerry!!! Felicidades por esos tres años. Te deseo muchos más. Besos.

Clementine dijo...

Muchas gracias, Marcos, y sigue apareciendo por aquí, que me encanta. Muy grande Jerry, muy grande. Besos.