lunes, 25 de junio de 2012

Blade Runner

Creo que la tarea de un escritor de ciencia ficción, escritor que escribe sobre el futuro, consiste en someter a un examen riguroso los objetivos, los leit-motivs, las ideas y las tendencias de su propia sociedad, a fin de ver a qué se parecerá el mundo del futuro si estos elementos devienen dominantes
(Philip K. Dick)


En 1975, el entonces actor Hampton Fancher, cuya verdadera aspiración era la de convertirse en guionista y director cinematográfico, se planteó la posibilidad de adaptar al cine “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” (Do androids dream of electric sheep?), novela escrita en 1968 por el escritor estadounidense de ciencia ficción Philip K. Dick.

Fancher, sin embargo, debería esperar aún un tiempo antes de conseguir los derechos de la adaptación cinematográfica de esta novela, algo que ya había intentado antes, en 1969, el mismísimo Martin Scorsese, quedándose este intento tan sólo en eso.

“A principios del siglo XXI, la Tyrell Corporation llegó a la fase Nexus en la fabricación de robots con un ser casi idéntico al hombre conocido como replicante. Los replicantes Nexus 6 eran superiores en fuerza y agilidad, y al menos iguales en inteligencia, a los ingenieros genéticos que los crearon..."


Hampton Fancher escribió el primer guión de “Blade Runner” en 1980, primer guión que ofreció al director británico Ridley Scott, quien en un principio lo rechazó por no querer hacer tan seguido otra película de ciencia ficción. Scott nos acababa de regalar nada menos que “Alien”, segundo título cinematográfico en su carrera como director tras su debut en 1977 con “Los duelistas".

Así que le fue ofrecido el entonces proyecto de “Blade Runner” a Robert Mulligan, maravilloso cineasta clásico ya en la historia del cine gracias a títulos como “Matar a un ruiseñor”, “Amores con un extraño”, “La rebelde”, “Verano del 42”, “El otro” o “El próximo año, a la misma hora”. No se llegó finalmente a un acuerdo con Mulligan, dándose además a un tiempo la circunstancia de que Ridley Scott cambiara de parecer y aceptara dirigir esta película.


Tuve ocasión de leer el primer tratamiento del guión de 'Blade Runner'  cuando todavía se titulaba “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”. Lo primero que hice después de leerlo fue decir que lo encontraba fabuloso pero que no deseaba hacerlo porque se parecía demasiado a 'Alien', que yo acababa de filmar. Luego volví a coger el guión para echarle un vistazo y en seguida me di cuenta de que sabría hacerlo  de una manera que, curiosamente,  nada tendría que ver con 'Alien'. Porque, y esto era estupendo, era verdaderamente un film contemporáneo, en torno a las relaciones humanas. Fue entonces cuando decidí hacerlo…


Jamás he leído un libro de Philip K. Dick. ¡Evidentemente sabía que era un escritor! En una ocasión, empecé uno de sus libros, pero me pareció que era muy complicado... En realidad, Hampton Fancher había hecho un resumen muy interesante del libro, lo cual me facilitó mucho las cosas


La película se basaba en el libro de Philip K. Dick, pero el título de la misma provenía de otro libro, “The Blade Runner”, firmado por Alan Nourse, y de un guión y una novela llamada “Blade Runner: una película”, ambos escritos por William S. Burroughs y ambos basados en el libro de Nourse. Ridley Scott tan sólo compró los derechos para utilizar este título.

'¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' es perfecto para un libro, pero como título de un film… 'Blade Runner' sonaba bien para designar un oficio. No solamente a causa de la palabra 'blade' (hoja, espada); la asociación de las dos palabras, la energía que se desprendía de ellas me agradaba mucho. Por eso me pareció que era un buen título para el film

Más adelante, David Webb Peoples (tres años después coguionista también de “Lady Halcón”) se unía al proyecto de “Blade Runner” en calidad de guionista. El texto sufrió innumerables cambios antes, durante y después del rodaje de la película.


La extraordinaria fotografía de “Blade Runner” venía de la mano de Jordan Cronenweth, quien llevaba en el cine desde 1970 y ya nos había dejado las imágenes de doce títulos cinematográficos entre los que se encontraban “Primera plana” y “Viaje alucinante al fondo de la mente”.


La parte visual de la película se completaba magistralmente con el trabajo de Douglas Trumbull y Richard Yuricich, encargados de los efectos especiales para la creación de este mundo futuro.

Pasamos mucho tiempo con Ridley Scott pensando en 'Blade Runner'  y cada uno de nosotros tenía en la cabeza una idea diferente en cada escena. La mayor suerte que hemos tenido a la hora de hacer este film es que Ridley Scott es un excelente ilustrador y que él mismo dibuja muchos croquis. Puede dibujar ante tus ojos exactamente lo que quiere ver y a partir de ese dibujo se pueden extrapolar los efectos especiales así como la imagen, desde el primero hasta el ultimo plano, lo que permite deducir la longitud del plano y el ángulo del encuadre. A partir de ahí se preveen los movimientos de la cámara… 'Blade Runner' es muy precisa desde el punto de vista tecnológico
(Douglas Trumbull)


Sentinel”, un libro de pinturas futuristas firmado por Syd Mead, diseñador industrial y gran aficionado a la literatura de ciencia ficción, atrajo la atención de Ridley Scott.

Entonces me puso en contacto con él. La idea le encantó. Empezamos ideando los vehículos y después, en colaboración con los decoradores del estudio, se ocupó de otras cosas: las calles, los edificios, etc

Mead fue contratado en un principio para el diseño de los vehículos y propiedades. Sin embargo, sus bocetos incluían fondos de contextualización que impresionaron a Scott, pidiéndole éste que ampliara su trabajo al diseño del entorno de la película.


Y Lawrence G. Paull y David Dryer fueron los autores de los decorados del film.

Contrariamente a Syd Mead, que es diseñador industrial, mi formación es la de arquitecto; de ahí que hayamos hecho aproximaciones diferentes. Cuando me incorporé al film Syd Mead y Ridley Scott ya habían discutido sobre el aspecto y el estilo de los vehículos que aparecen en el film… Yo contaba con tres personas que no hacían otra cosa más que dibujos de la calle y otras tres que se ocupaban exclusivamente de construir los decorados. Intentamos crear calles que dieran una sensación de claustrofobia… Aparte de la ciudad misma, que ocupaba todo un plató de rodaje, concebimos veinte o veinticinco decorados interiores
(Lawrence G. Paull)

La película era redondeada con un impecable montaje de Marsha Nakashima y Terry Rawlings, y un acertado diseño de vestuario a cargo de Michael Kaplan y Charles Knode.


Y, por supuesto, con la maravillosa banda sonora de Vangelis, magistral compositor griego que ya nos había hipnotizado también, cinematográficamente hablando, con las bandas sonoras de “Carros de fuego” y “Desaparecido” y que, diez años después de “Blade Runner”, volvería a elevarnos a los cielos musicales a través de otro título dirigido por Ridley Scott, “1492, la conquista del paraíso”.

“Los replicantes son máquinas. Pueden ser un bien o un peligro.
Si son buenos, no son asunto mío”

La primera elección para dar vida al protagonista de esta historia, Rick Deckardblade runner de la brigada especial de policía, recayó en Dustin Hoffman. Pero el actor quería hacer un tipo de caracterización distinto del personaje, siendo entonces considerada una larga lista de nombres entre los que se encontraban Tommy Lee Jones, Gene Hackman, Paul Newman, Jack Nicholson, Sean Connery, Clint Eastwood, Arnold Schwarzenegger, Al Pacino, Burt Reynolds, Raul Juliá, Scott Glenn, Robert Duvall, Peter Falk y Nick Nolte.




Finalmente fue elegido Harrison Ford quien, habiendo debutado en la gran pantalla en 1966, ya era un rostro conocido del público americano a través de la televisión.  Y del cine, pues el actor ya había trabajado con George Lucas en “American Graffiti”, con Francis Ford Coppola en “La conversación” y “Apocalypse Now”, ya había aparecido en “Fuerza 10 Navarone”, “La calle del adiós”, “El rabino y el pistolero”… y ya se nos había presentado como Han Solo en “La guerra de las galaxias” y “El imperio contraataca” y como Indiana Jones en la primera entrega de la saga, “En busca del arca perdida”.  

“Roy Batty. Fecha de inicio: 2016. Modelo de combate. Autosuficiencia máxima”


El actor neerlandés Rutger Hauer había debutado en la gran pantalla en 1968 y ya se había asomado también al mundo televisivo. Entre sus títulos anteriores a “Blade Runner” se encontraban “Delicias turcas”, “Eric, oficial de la reina”, “Los halcones de la noche” y “Coco Chanel”. A Ridley Scott le había impresionado el trabajo anterior de Hauer y le ofreció directamente el papel  del replicante Roy Batty.

"La luz que brilla el doble dura la mitad de tiempo...
y tú has brillado mucho, Roy"




Como bien cabía esperar, Rutger confeccionó una impecable caracterización de su replicante personaje, redondeando además su magia con su propia aportación al guión. Su ya mítico monólogo final era en un principio mucho más extenso y Hauer sugirió reducirlo. Ridley Scott le dejó vía libre, así que el actor conservó la parte del monólogo que más le gustaba y le añadió una frase, sí, aquélla de “todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia”. Muy grande Rutger Hauer, muy grande.

Para interpretar el personaje de Rachael, la elección ideal de Philip K. Dick era Victoria Principal,  a quien el telespectador americano ya conocía como la Pamela Ewing de “Dallas”. En la larga lista de actrices candidatas, fueron tres las más seriamente consideradas: Sean Young, Nina Axelrod y Barbara Hershey.



La elegida fue Sean Young, que había debutado tan sólo dos años atrás con “Jane Austen en Manhattan” y “El pelotón chiflado”. “Blade Runner” era su tercer trabajo como actriz.

“Pris. Modelo básico para el placer. Abundan en los clubs militares de las colonias”

El personaje de Pris, una de las replicantes de esta historia, estaba inicialmente pensado para la actriz y cantante Deborah Harry, líder del grupo “Blondie”.


Finalmente fue escogida Daryl Hannah, que había debutado en la gran pantalla en 1978 y tan sólo tenía a sus espaldas dos títulos cinematográficos y uno televisivo cuando fue elegida para “Blade Runner”.



De niña, Daryl había hecho gimnasia rítmica, con lo que estaba previsto que ella misma realizara las múltiples piruetas con las que nos maravilla su personaje. Pero la actriz sufrió una lesión en un codo y hubo que buscar a alguien que la doblara en estas piruetas. En el mismo plató, Ridley Scott descubrió que uno de los especialistas en escenas peligrosas había sido gimnasta en su juventud, con lo que fue él quien se encargó de doblar a la femenina Pris.

“Zhora. Entrenada para la brigada de homicidios. Algo así como la Bella y la Bestia en una”


A través de Joanna Cassidy conocíamos a Zhora, otra de las replicantes. Joanna había debutado en el cine en 1968 con “Bullit”, título tras el que vinieron otros y su intervención, después, en una larga lista de series televisivas…


… consiguiendo precisamente en la pequeña pantalla una gran popularidad en 1979 como Morgan Wainwright en la serie “240-Robert”.

Zhora, su personaje en “Blade Runner” la volvía a llevar a la gran pantalla, en la que sigue apareciendo hoy, eso sí, alternando este trabajo con el mundo televisivo.


Joanna Cassidy se encontraba realmente tranquila con esa serpiente alrededor de su cuello porque era su mascota, una pitón birmana llamada Darling.


Edward James Olmos llevaba ya una larga carrera como actor en la gran pantalla, desde su debut en 1974, y había intervenido también ya en infinidad de series televisivas cuando nos ofreció su impecable caracterización como Gaff


… y Bryant nos era presentado a través de M. Emmett Walsh, extraordinario actor de reparto que debutó en la gran pantalla en 1969 con “Cowboy de medianoche”, aunque ya se había asomado ese mismo año al mundo de las series televisivas interviniendo después en infinidad de ellas. En la gran pantalla había dejado ya muestras de su buen hacer en títulos como “El precio del poder”, “Pequeño gran hombre”, “Huída del planeta de los simios”, “Serpico”, “El castañazo”, “Aeropuerto 77”, “Libertad condicional”, “Un loco anda suelto”, “Brubaker”, “Gente corriente”, “Rojos”, “Destinos sin rumbo”… antes de ofrecernos en “Blade Runner” otro trabajo excepcional.


Eldon Tyrell era interpretado por un no menos espléndido Joe Turkel, quien también llevaba tras de sí una buena lista de títulos cinematográficos desde su debut en 1949. “Situación desesperada”, “Atraco perfecto”, “La gran prueba”, “Senderos de gloria”, “El hombre de las pistolas de oro”, “Los insaciables”, “El Yang-Tsé en llamas”, “La matanza del día de San Valentín”, “Hinderburg”… y “El resplandor”, donde Turkel consiguió una gran popularidad a través de Lloyd, un más que inquietante camarero.


Y James Hong daba vida a Hannibal Chew. Hong llevaba en el cine desde 1955, apareciendo en títulos como “La colina del adiós”, “Callejón sangriento”, “El Yang-Tsé en llamas”, “Los indomables”, “Chinatown”, “Aterriza como puedas” (sí, ese general japonés que se dedicaba un harakiri) así como en diversas series televisivas, antes de participar en “Blade Runner”.


Completaban el excelente reparto William Sanderson (J.F. Sebastian), Brion James  (Leon Kowalski), Morgan Paull (Holden)...


... Y Alexis Rhee como la geisha del anuncio luminoso.


Producida por Michael Deeley y Ridley Scott para la Warner Bros. Pictures y presentada anteriormente en el Fantafestival (festival italiano de cine fantástico), "Blade Runner" se estrenaba el 25 de Junio de 1982.


Entre otros premios y nominaciones, tan sólo recibió dos candidaturas a los Premios Oscar en la categoría de dirección artística y efectos visuales.


Nominada en los Globos de Oro a la mejor banda sonora, obtuvo además tres británicos Premios Bafta: fotografía, diseño de vestuario y diseño de producción/dirección artística, siendo también nominada en las categorías de montaje, maquillaje, banda sonora, sonido y efectos especiales. 


"Blade Runner" reúne, y cómo no, una serie de curiosidades. Como el que el término “replicante” no aparezca en la novela original de Philip K. Dick y fuera una aportación del guionista David Webb Peoples. Su hija estudiaba en esos momentos bioquímica y microbiología y le explicaba a su padre cómo algunas células realizan réplicas de sí mismas en lo que sería un proceso de clonación. El guionista se hacía así con el término adecuado para designar a los androides último modelo de “Blade Runner".


O que Ridley Scott tomara como inspiración “The long tomorrow”, cómic sobre un futuro lejano escrito por Dan O’Bannon e ilustrado por Moebius en 1976.



O el que el apartamento de Deckard fuera diseñado y construído tomando como inspiración "The Ennis House" de Frank Lloyd Wright en Los Ángeles (California).


O que uno de los edificios que aparecen en la película fuera una maqueta del Halcón Milenario colocada en posición vertical. Y aparecieran a lo largo del film otros edificios-maquetas retocados de películas anteriores como "Encuentros en la tercera fase" o "Estrella oscura".


Tras su relanzamiento en 1992, "Blade Runner" alcanzó el status de película de culto. Ridley Scott siempre ha mantenido que la película es una pieza de entretenimiento, nada más. De hecho, cuando conoció a Dick le especificó que él no estaba interesado en hacer una película esotérica.

Blade Runner” está dedicada, en sus títulos de crédito finales, a la memoria de Philip K. Dick, quien falleció en Marzo de ese mismo año de 1982. Y sí, ya me vais conociendo, también a él le dedico yo esta entrada.


“Todo lo que él quería eran las mismas respuestas que todos buscamos, de dónde vengo, adónde voy, cuánto tiempo me queda…”
(RICK DECKARD)

sábado, 16 de junio de 2012

El hombre que mató a Liberty Valance


En 1949, la revista “Cosmopolitan” publicaba “The man who shot Liberty Valance”, un relato corto firmado por Dorothy M. Johnson, escritora americana que dejó para el cine otras historias como “El árbol del ahorcado” o “Un hombre llamado caballo”.


Prestigiosa autora de sofisticados relatos del Oeste, Dorothy ejercía como profesora de Periodismo en la Universidad de Montana en la época en la que se rodó la hoy legendaria película basada en su historia.

En 1961, John Ford compraba los derechos de este relato por 7.500 dólares con la intención de adaptarlo a la gran pantalla a través de un guión que vendría firmado por Willis Goldbeck y James Warner Bellah.

El Sr. Stewart crea con efectividad un torpe pero indomable abogado que valora tanto la honestidad como la justicia
(New York Times)


James Stewart había debutado en la gran pantalla en 1935 y ya había sido dirigido por Frank Capra en "Vive como quieras", "Caballero sin espada" y "¡Qué bello es vivir!", por Anthony Mann en "Horizontes lejanos", "Música y lágrimas" y "Tierras lejanas", por Alfred Hitchcock en "La soga", "La ventana indiscreta", "El hombre que sabía demasiado" y "Vértigo"... También nos había regalado ya Stewart sus notables interpretaciones en "Historias de Filadelfia", "El invisible Harvey" y "Anatomía de un asesinato".


James interpretaba en “El hombre que mató a Liberty Valance” a Ransom Stoddard, su segundo personaje a las órdenes de John Ford tras su genuino Guthrie McCabe de "Dos cabalgan juntos". Y en 1964 volvía a trabajar con el genial director dando vida a un no menos peculiar Wyatt Earp en "El gran combate". Stewart se había divertido mucho trabajando con Ford en “Dos cabalgan juntos” y estaba deseando hacer otro western con él. Y no se arrepintió.

Jimmy Stewart tenía más escenas,
pero Wayne era el personaje central, el motivo de todo
(John Ford)


John Wayne había comenzado su carrera cinematográfica en 1926 y ya había trabajado con John Ford en "La diligencia", “Hombres intrépidos”, "Fort Apache", "Tres padrinos", "La legión invencible", "El hombre tranquilo", "Centauros del desierto" y "Misión de audaces". Y también le habíamos visto ya en otros clásicos como "Piratas del Mar Caribe", "Río Rojo", "Río Bravo", "El Álamo" o "Los comancheros".


Wayne era en esta legendaria historia Tom Doniphon, sin duda uno de los mejores personajes del séptimo arte.

"Try it, Liberty, just try it"


Lee Marvin debutó en la gran pantalla en 1951, un año después que en la televisión donde también se hizo un rostro habitual. En el cine nos había dejado ya "Los sobornados", "Conspiración de silencio", "El árbol de la vida" y "Los comancheros".


Su impresionante Liberty Valance es por derecho propio uno de los más memorables villanos de toda la historia del cine. Muy, muy grande Lee Marvin.

"Quizás la confesión más personal y profundamente sentida de Ford
(Peter Bogdanovich)


John Ford había debutado como director en 1917 y ya nos había dejado títulos del calibre de "La patrulla perdida", "El delator", "La diligencia", "Las uvas de la ira", "La ruta del tabaco", "¡Qué verde era mi valle!", "Pasión de los fuertes", "Fort Apache", "Tres padrinos", "La legión invencible", "Río Grande", "El hombre tranquilo", "Mogambo", "Escala en Hawaii", "Centauros del desierto", "El sargento negro" o "Dos cabalgan juntos".

El inicio del rodaje de “El hombre que mató a Liberty Valance” se retrasó unos meses a pesar de tener ya firmado Ford el acuerdo con la Paramount. En ese período el cineasta dirigiría su fragmento de “La conquista del Oeste” (1962).


Hallie Stoddard nos llegaba a través de Vera Miles, una más que correcta actriz que había debutado en la gran pantalla en 1950 y ya era un rostro muy familiar de la pequeña pantalla así como del cine, donde la habíamos visto ya como la hermana de Janet Leigh en "Psicosis", la mujer de Henry Fonda en "Falso culpable" o la sufrida novia de Jeffrey Hunter en "Centauros del desierto".


Woody Strode era un maravilloso Pompey. Woody debutó en la gran pantalla como “hombre en el saloon” a las órdenes del propio John Ford en “La diligencia” (1939), siendo también dirigido por él después en “El sargento negro”, “Dos cabalgan juntos” y “Siete mujeres”, último título del genial director. Strode también nos dejó su impactante presencia en otros clásicos como “El cáliz de plata”, “Los diez mandamientos”, “Espartaco” o “Hasta que llegó su hora”.


Edmond O’Brien daba vida en esta historia a Dutton Peabody, editor del Shinbone Star. O’Brien debutó como actor en 1939 con "Esmeralda, la zíngara" y también había aparecido ya en infinidad de series televisivas y otras tantas películas cinematográficas como "Mi encantadora esposa", "Forajidos", "Al rojo vivo", "Silver city", "El mayor espectáculo del mundo", "Julio César", "La condesa descalza" o "Traidor a su patria".


William H. Clothier había debutado en la gran pantalla como director de fotografía en 1935 y ya nos había regalado las imágenes de "Fort Apache", "Misión de audaces", "El Álamo" o "Los comancheros". Tras “El hombre que mató a Liberty Valance” coincidiría de nuevo con John Ford en "La taberna del irlandés" y "El gran combate".

Era realmente un genio. Escuchaba, pero si eras listo pasabas mucho tiempo escuchándole a él. Sabía más de fotografía que ningún hombre que hubiera trabajado nunca en el cine. Me colocó en situaciones en las que yo tenía que espabilar y tomar notaEl color se estaba haciendo cada vez más necesario a ojos del estudio y a mí me gustaba trabajar en color. Él dijo: ‘Maldita sea, vamos a hacerla en blanco y negro; no tiene que ser en color’”

Contra la voluntad de Clothier y de la propia Paramount, Ford rodó la película en blanco y negro… Afortunadamente para la historia del cine.

Impregnada del talento y el afecto de Ford” 
(The Observer)


El comisario Link Appleyard venía de la mano de Andy Devine, genuino actor que debutó en 1927 en la gran pantalla y nos dejó su personal huella en títulos como "Ha nacido una estrella", "La vuelta al mundo en ochenta días", "Dos cabalgan juntos" y, por supuesto, "La diligencia", a través de su peculiar cochero Buck.


John Qualen interpretaba a Peter Ericson. Ya para entonces rostro conocido de la pequeña pantalla, debutó en la grande en 1931 dejando después su buen hacer en clásicos como “Luna nueva”, “Casablanca”, “El fabuloso Andersen”, “Anatomía de un asesinato” o “El fuego y la palabra”. Qualen trabajó también con Ford en “Las uvas de la ira”, “Hombres intrépidos”, “El fugitivo”, “Centauros del desierto” y “Dos cabalgan juntos”.


Nora Ericson nos llegaba a través de Jeanette Nolan, también  ya popular rostro televisivo que debutó en el cine en 1948 con “Macbeth”. El espectador  la había visto ya en la gran pantalla en títulos como “Los sobornados”, “La ciudad sin ley”, “La ley de la horca” o, dirigida por el propio John Ford, en “Dos cabalgan juntos”. Y, curiosamente, también se la había oído ya como la voz de la madre de Norman Bates en “Psicosis”, voz que resultó de la mezcla de la de Jeanette Nolan con las de los también actores Paul Jasmin y Virginia Gregg.


La banda sonora de “El hombre que mató a Liberty Valance” venía firmada por el compositor británico Cyril J. Mockridge, quien había debutado en el cine en 1933 y ya nos había dejado su huella musical en clásicos como "El signo del zorro", "Jennie", "Incidente en Ox-Bow", "Pasión de los fuertes", "De ilusión también se vive", "La novia era él", "Cómo casarse con un millonario", "Río sin retorno", "Papá, piernas largas" o "Bus Stop". Tras “El hombre que mató a Liberty Valance”, Mockridge volvería a trabajar con John Ford en "La taberna del irlandés".

Severamente criticado y tratado con aire condescendiente a su estreno, pero hoy considerado como un clásico norteamericano por casi todos los estudiosos de Ford; uno de los grandes westerns
(Leonard Maltin, TV Movies Video Guide)


John Carradine era el Mayor Cassius Starbuckle. Rostro ya muy conocido tanto de la pequeña pantalla como de la grande, donde debutó en 1930, este maravilloso actor ya nos había dejado su inconfundible huella en títulos cinematográficos tan clásicos como “La novia de Frankenstein”, “Capitanes intrépidos”, “Tierra de audaces”, “Johnny Guitar”, “Sinuhé, el egipcio”, “Los diez mandamientos” o “La vuelta al mundo en ochenta días”. A las órdenes de John Ford, Carradine había trabajado ya en “La diligencia”, “Corazones indomables”, “Las uvas de la ira” y “El último hurra”. Extraordinario John Carradine.


Reese, uno de los ayudantes de Liberty Valance, nos llegaba a través de Lee Van Cleef, ya carismático actor de la pequeña pantalla que había debutado en el cine en 1952, lo que son las cosas, también como ayudante del malvado Frank Miller en “Solo ante el peligro”. Después vendrían “La ley de la horca”, “Duelo de titanes”, “Cazador de forajidos”, “El baile de los malditos” o  “El vengador sin piedad”. Y, tres años después de “El hombre que mató a Liberty Valance”, tendría lugar su relanzamiento a toda pantalla de la mano de Sergio Leone y sus magistrales “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”.


Y Strother Martin era Floyd, el otro ayudante de Liberty Valance. Otro habitual rostro televisivo el de Martin que había debutado en el cine en 1950 con “The damned don’t cry”  y “La jungla de asfalto”, títulos a los que seguirían después otros como “Ha nacido una estrella”, “El cáliz de plata” o “El beso mortal”. Con John Ford había trabajado ya en “Misión de audaces” y tras “El hombre que mató a Liberty Valance” le veríamos también en otros dos clásicos del cine: “Dos hombres y un destino” y “La leyenda del indomable”.

Completaban el extraordinario reparto otros nombres como Ken Murray, Carleton Young o Denver Pyle.


Producción de Willis Goldbeck y John Ford para la Paramount Pictures y penúltimo western en la filmografía del genial director, "El hombre que mató a Liberty Valance" (The man who shot Liberty Valance) fue estrenada el 22 de Abril de 1962 con buenos resultados de taquilla y unos ingresos en Estados Unidos de casi tres millones y medio de dólares. Al año siguiente, recibía tan sólo una nominación al Oscar en la categoría de mejor diseño de vestuario en blanco y negro.

Obra memorable, que revoluciona el género mediante la transgresión de sus propios códigos. Una reflexión de lirismo inaudito, de desatado romanticismo, acerca del significado del honor, de la distancia entre realidad y leyenda, todo ello retratando a unos personajes crepusculares y atormentados, repletos de matices. Una maravilla
(Miguel Ángel Palomo, Diario El País)


Al hombre que adora esta historia, al hombre que adora a John Ford, al hombre que adora a James Stewart, al hombre que adora a John Wayne…

Al portentosamente genuino Tirador Solitario