miércoles, 26 de mayo de 2010

Rebeca

“Anoche soñé que volvía a Manderley…”


El 12 de Abril de 1940, hace ahora ya 70 años, se estrenaba en Estados Unidos “Rebeca”, primer largometraje de Alfred Hitchcock como director fuera de su Inglaterra natal.


Producida por David O. Selznick, mago del cine que nos acababa de regalar “Lo que el viento se llevó”, y con una evocadora música de Franz Waxman, “Rebeca” tomó forma a partir de la novela homónima de la escritora Daphne Du Maurier.


Nacida en Londres el 13 de Mayo de 1907, Daphne era la segunda hija del actor de teatro Gerald Du Maurier. Nieta, por tanto, del escritor George L. Du Maurier, pronto adquirió una sólida formación intelectual.


A los 18 años empezó a escribir relatos que más tarde se publicarían en “El manzano”. Y con “La posada de Jamaica” logró su primer éxito comercial.

Pero fue su novela “Rebeca” (1938) la que se llevó los elogios del público y de la crítica. Obra romántica y misteriosa que se asemeja en su ambientación a las novelas góticas.


Su historia transcurre en el condado inglés de Cornualles, girando siempre en torno a Rebeca, personaje perversamente utilizado por el ama de llaves para hacer infeliz a la segunda esposa de Maxim de Winter.


Du Maurier atrajo la atención literaria por su talento como narradora. Su novela “Mi prima Raquel” alcanzó cierta popularidad, así como “Don´t look now” y el libro de relatos “Los pájaros y otras historias”.

Aparecía así el lado más desconcertante de la habilidad de Du Maurier como escritora de misterio, lo que incrementó su interés literario.


Pero Daphne también publicó una biografía sobre su padre, el hombre de teatro Gerald Du Maurier, y otra sobre Branwell Brontë, hermano de las célebres escritoras. A los 70 años dio a conocer “Growing pains”, su propia biografía y en 1981 publicó “The Rebecca notebook and other memories”.


"La felicidad no es una posesión que tenga un precio, es una cualidad del pensamiento, un estado de ánimo"

Reconocida en 1977 con el Grand Master Award from the Mistery Writers of America, Daphne Du Maurier nos dejaba, a los 82 años de edad, el 19 de Abril de 1989.


Rebeca” es la segunda película de Alfred Hitchcock basada en una novela de Daphne Du Maurier. En 1939, el mago del suspense ya había llevado a la gran pantalla con gran éxito “La posada de Jamaica”. Y volvería a adaptar otra novela de la escritora en 1963 a través de su exitosa “Los pájaros”.

Selznick compró los derechos de la novela “Rebeca” como un vehículo para la actriz Carole Lombard y con la idea de conseguir también a Ronald Colman para el protagonista masculino. Pero Colman rechazó el papel de Max De Winter.


Manderley es hermoso. Mas para mí, es sólo el lugar donde nací
y donde he pasado mi vida

Afortunadamente para la historia del cine, Selznick se decidió finalmente por Laurence Olivier, tras haber considerado también a William Powell y Leslie Howard como firmes candidatos. La interpretación de Olivier, como era de esperar, no defraudó en absoluto.

Vivien Leigh y Loretta Young optaron principalmente para el papel de la nueva señora De Winter, personaje del que no llegamos a saber su nombre de pila pues nadie la nombra en ningún momento. David O. Selznick quería, sin embargo, a Olivia de Havilland, pero ella ya se había comprometido con Samuel Goldwyn para rodar “Caballero y ladrón” y, además, se resistía a aceptar el papel de la señora De Winter porque su hermana, Joan Fontaine, también había sido considerada.


Tras barajar también nombres como Anne Baxter o Margaret Sullavan, finalmente fue Fontaine la elegida. Como dato curioso, a raíz del éxito de la película en España, las chaquetas específicas que Joan lleva en la misma comenzaron a ser conocido como "rebecas".

Pero el personaje crucial de esta historia  es, sin duda alguna, el de la señora Danvers.


Mire abajo. Es fácil, ¿no? ¿Por qué no lo hace?

Papel que recayó, muy acertadamente, en Judith Anderson, ya entonces una más que notable actriz de teatro. Judith participó más adelante en clásicos del cine como “Laura”, “Los diez mandamientos” o “La gata sobre el tejado de cinc”.

Y aunque en 1960 consiguió hacerse con la simpatía del público interpretando a la madrastra de Jerry Lewis en “El Ceniciento”, Anderson siempre será justamente recordada como la inquietante señora Danvers.


Como también será siempre recordado George Sanders por su papel de Jack Favell, amigo de la señora Danvers y astuto primo de Rebeca. Personaje al que Sanders entrega todo su buen hacer como actor, tal y como también haría con su Addison DeWitt, una década después, en “Eva al desnudo”, sin ninguna duda su otra gran interpretación para la gran pantalla.

El elenco principal del film estaba magistralmente arropado por ilustres nombres del cine como C. Aubrey Smith, el inolvidable abuelo de “El pequeño Lord” y "Mujercitas", Gladys Cooper o Nigel Bruce.


David O. Selznick tuvo serias dificultades para localizar un sitio adecuado que representara Manderley. Finalmente tuvo que recurrir a una miniatura en su lugar, eso sí, de gran convicción.

El productor también quería que el humo del incendio de Manderley formara una gran ”R” como símbolo de la presencia de Rebeca. Para Hitchcock este detalle carecía del todo de la sutileza apropiada, así que optó por sustituirlo por un primer plano de una pertenencia en llamas de la propia Rebeca que mostraba, eso sí, una gran “R”.


También acertó Hitchcock en insistir en que la película se rodara en blanco y negro, a fin de mantener el oscuro ambiente que emanaba de la novela. Reforzándolo, además, con una significativa profundidad de campo fotográfica que se adelantaba a lo que veríamos un año más tarde, de la mano de otro genio, en "Ciudadano Kane".


"Rebeca" fue candidata a un total de once Oscar de los que tan sólo obtuvo el de mejor película y mejor fotografía en blanco y negro. Pero hemos de recordar que competía con títulos como "La carta", "El gran dictador", "Historias de Filadelfia" o "Las uvas de la ira".

Reconocidos, eso sí, en sus nominaciones quedaron su director, sus dos actores principales, su maravillosa actriz secundaria, su guión, su montaje, su banda sonora, sus efectos y su dirección artística.


Gracias, Daphne. Gracias, Selznick. Gracias, Hitchcock.

Y gracias, Rebeca.

7 comentarios:

Alicia dijo...

Leí por primera vez la novela (luego repetí) muy jovencilla y me encantó. Y la película es una de mis favoritas forever and never.
Así que tan contentita me quedo con este post,bloguerita.

Roberto Béjar dijo...

Esta película tiene un magnetismo como pocas. No he leído la novela ni nada de su autora (que al menos yo recuerde), pero visto que fue fuente de inspiración para más de una película de Hitchcock, habrá que seguir de cerca su obra.
Lo de tratar de hacer la R con el humo del incendio hubiese sido grotesco. Mucho mejor y más sugerente tal y cómo se rodó.

Gracias por este post. Besos.

Clementine dijo...

Yo aún no he repetido la novela, Alicia, aunque lo tengo en mente porque también me gustó un montón.
Pero sí me he vuelto a ver ahora la película, y sigo disfrutando con ella.
Porque es verdad, Roberto, que el film tiene un magnetismo especial. La historia en sí, el comportamiento enigmático de los actores, acorde con la fotografía, la música... Siendo muy distinta a otras de Hitchcock, es totalmente suya.
Me alegra, pues, que os haya gustado esta entrada. A mí, también.
Besos.

El Tirador Solitario dijo...

Al ver que tenías un artículo sobre Rebeca, me he zambullido, y como siempre, me aportas cosas que desconocía, como eso tan curioso del humo formando la letra "R", o el nuevo incidente de las hermanas Fontaine.
Pero fíjate, Rebeca tiene una cosa, y es que cada vez que la veo me sorprende, cuando se descubre lo pérfida y malavada que era Rebeca en realidad, me sigue encantando ese giro.

Y mira que casualidad, hoy almorzando con una compañera de trabajo, le comentaba el porqué las "rebecas" se llaman de esa manera...

Clementine dijo...

Esta película tiene un encanto especial y además está muy bien contada.
Yo no me canso de verla, Tirador. Y mira, ésta sí es una de mis preferidas de Hitchcock, junto a "Falso culpable".

El Tirador Solitario dijo...

Falso culpable la he visto sólo una vez, Clementine, y no te digo que deba revisarla, porque me gustó, pero sin entusiasmarme, como si me pasa con Encadenados o Con la muerte en los talones así que le debo otro vistazo, y más estando su inmortal amigo de por medio...

(Por cierto, ya tengo en mi poder una copia de Muerte en Venecia, yo soy un hombre de palabra...)

Clementine dijo...

A mí me encanta Falso culpable, aparte de porque esté mi amigo, que también, por la angustia que te transmite Hitchcock sólo con el hecho de que señalen erróneamente a Fonda, con el que te identificas y te solidarizas enseguida y durante todo el metraje. Y te hace una película completa sólo con eso.
A mí me gustan más Yo confieso o La ventana indiscreta que esas dos que has citado (aunque las escenas del avión y de la subasta de "Con la muerte..." son magistrales).
Mira, podemos repartirnos las de Hitchcock sin problema.
Yo también tengo preparada "Vértigo" para un momento tonto de despiste... Mujer de palabra vale por dos, ya sabes.