El 19 de diciembre de 1933 se estrenaba en Broadway “Jezebel”, obra teatral del dramaturgo americano Owen Davis protagonizada en sus principales papeles por Miriam Hopkins y Joseph Cotten que no tuvo, sin embargo, demasiado éxito llegando tan sólo a las 32 representaciones.
El director alsaciano William Wyler había asistido a una de estas representaciones
y le había gustado la obra. Así que no tardó en escribirle al productor Carl
Laemmle lo siguiente: “A pesar de las críticas negativas, pienso que tiene
excelentes fundamentos para ser una buena película. Habría que desarrollar
visualmente algunos hechos o ideas que solamente están en el diálogo y poner
algo de acción. Creo que tanto el clímax, como la época o el vestuario
añadirían belleza al film”.
William
Wyler había debutado tras las cámaras en 1926 y ya nos había dejado títulos
como “Fascinación”, “Esos tres”, “Desengaño”, “Rivales” (codirigida con Howard
Hawks) o “Calle sin salida”. Y tras “Jezabel”, aún habría de maravillarnos con
otros grandes clásicos del cine como “Cumbres borrascosas”, “El forastero”, “La
carta”, “La loba”, “Los mejores años de nuestra vida”, “Vacaciones en Roma”,
“Horizontes de grandeza”, “Ben-Hur”… Sí, sobran las palabras.
El
magnífico guión de “Jezabel”, basado en la ya citada obra homónima de Owen
Davis, corría a cargo de Clements Ripley, Abem Finkel y John Huston.
La
correctísima fotografía era firmada por el californiano Ernest Haller, a toda
pantalla desde 1920 y ya con títulos en su filmografía como “La escuadrilla del
amanecer” o “El capitán Blood”. Tras “Jezabel”, Haller nos regalaría también las
imágenes de “Lo que el viento se llevó”, “El halcón y la flecha”, “Rebelde sin
causa”, “¿Qué fue de Baby Jane?” o “Los lirios del valle”.
Y
la preciosa banda sonora nos llegaba a través del maravilloso compositor vienés
Max Steiner, en el cine desde 1916 y ya con títulos a sus espaldas como “Ave
del paraíso”, “Doble sacrificio”, “King Kong”, “Las cuatro hermanitas”, “La
patrulla perdida”, “El delator”, “El pequeño Lord”, “La carga de la brigada
ligera”, “La vida de Emile Zola” o “Las aventuras de Tom Sawyer”.
“Un
clásico del melodrama. Wyler trata el tema con un estilo clásico y contenido
que realza el apasionamiento de Davis”
Bette
Davis había debutado como actriz en la película de 1931 “Mala hermana” y ya nos
había ofrecido sus más que convincentes interpretaciones en títulos como
“Veinte mil años en Sing Sing”, “El bosque petrificado”, “La mujer marcada” o
“Kid Galahad”.
“Willie
me corrigió mis malos hábitos… Cuando me abochornaba, yo sabía que tenía razón.
Además, había tratado ya a un montón de directores a quienes la interpretación
les importaba un comino, preocupados sólo de cumplir el calendario”
“Jezabel”
suponía su primer trabajo a las órdenes de William Wyler. Como cabía suponer,
Bette nos brindaba una perfecta interpretación de Julie, su caprichoso personaje
en esta historia. Sencillamente magistral.
En
el cine desde 1935, Henry Fonda llevaba ya once títulos a sus espaldas, entre
ellos “Canción de amor”, “El camino del pino solitario” o “Sólo se vive una
vez”, y ya había dado buena muestra de su enorme profesionalidad como actor.
Con
su, en todos los sentidos, correctísimo Preston Dillard, Fonda sumaba otra impecable
intepretación a su ya entonces prometedora carrera.
George
Brent daba vida a Buck Cantrell. Brent ya había sido visto por el público
americano en títulos como “Miss Pinkerton”, “Stamboul Quest”, “El velo pintado”
o “Agente especial”.
Donald
Crisp era un, cómo no, maravilloso Dr. Livingstone. En la gran pantalla desde1908,
Crisp había intervenido ya en infinidad de cortometrajes, en títulos tan
fundamentales de la época muda del cine como “El nacimiento de una nación”, “Intolerancia”o
“La culpa ajena” y en otros tantos de la ya sonora como “Tierra de pasión”,
“Sangre gitana”, “La tragedia de la Bounty”, “María Estuardo”, “La carga de la
brigada ligera” o “La vida de Emile Zola”. Todo un clásico de la historia del
cine Donald Crisp.
“Pienso
en una mujer llamada Jezabel
que hizo el mal a los ojos de Dios”
La
paciente y comprensiva tía Belle nos llegaba a través de una exquisita Fay
Bainter, extraordinaria actriz teatral que llevaba tan sólo desde 1934 en el
cine.
Y Spring Byington
interpretaba a Mrs. Kendrick. Byington
se dio a conocer en la gran pantalla en 1933 como la madre de “Las cuatro
hermanitas”, clásico título cinematográfico al que siguieron otros como “La
tragedia de la Bounty”, “Desengaño”, “La carga de la brigada ligera”,
“Corsarios de Florida” o “Las aventuras de Tom Sawyer”. Tras “Jezabel”, nos
acabaría de conquistar a través de su más reconocido personaje, la entrañable
Penny Sycamore, encantadora madre de la maravillosa familia de “Vive como
quieras”.
Completaban el excepcional
reparto Margaret Lindsay (Amy), Richard Cromwell (Ted), Henry O’Neill (General
Bogardus) o Irving Pichel (Huger).
Producida
por William Wyler para la Warner Bros. Pictures, “Jezabel” (Jezebel) era estrenada en el Radio Music Hall de
Nueva York, hace ya 75 años, el 10 de marzo de 1938. La
película fue un rotundo éxito de público y agradó a la mayor parte de la
crítica cinematográfica.
Bette
Davis y Fay Bainter fueron merecidamente galardonadas con sendos Oscar como
mejor actriz y mejor actriz secundaria, respectivamente. “Jezabel” fue asimismo nominada en los Premios de la Academia como mejor película , fotografía y banda
sonora.
El
primer día de rodaje y por indicación de William Wyler, Bette Davis tuvo que
repetir unas 47 veces (se dice pronto) una misma escena, bastante corta y
aparentemente fácil. Davis cumplió como buena profesional que era pero luego exigió
ver proyectadas estas tomas y que Wyler le explicara qué no había hecho bien.
Tras verlas, comprobó por sí misma que, no sólo había diferencias entre ellas en
cuanto a su interpretación sino que, además, era precisamente en la última donde se
mostraba más natural.
El
ya clásico baile de “Jezabel” no tenía apenas importancia en la obra teatral de
origen y, en un principio, tan sólo ocupaba unas pocas líneas del guión
cinematográfico. William Wyler, sin embargo, se dio cuenta de la importancia de
dicha escena en el desarrollo de la historia y le dedicó nada menos que cinco
días de rodaje, resultando finalmente una de las más extraordinarias escenas de
la historia del cine.
“’Jezabel’
queda lejos de la usual historia romántica sureña. Es un penetrante estudio de
caracteres en un ambiente cuya belleza superficial no anula su autenticidad y
solidez esenciales”
(James Shelley Hamilton en la
revista National Board of Review)
9 comentarios:
Fíjese que pensaba que "Jezabel" ya había pasado antes por "La gran pantalla" y que habíamos comentado ya el maravilloso traje rojo que lucía la protagonista, eso a pesar de ser una película en blanco y negro.
El vestido rojo más famoso del blanco y negro (y esta vez no es culp de mi daltonismo) Junto con "La carta" es posiblemente la mejor interpretación de Davis. Donald Crisp está genial robando escenas como el buen secundario que era. Besos. Borgo.
Qué joven Henry Fonda. No he visto esta película Clementine pero recuerdo el título porque creo que estaba en casa de mi madre, en copia de video Beta. Pero nunca la vi. Besicos.
pues no la he visto, pero me entraron ganas, las imágenes que pusiste tienen un cierto aire romántico y decadente que me resulta muy atractivo. Gracias por la recomendación, y por lo currado de los detalles de la película
besos,
"Jezabel" no había pasado por aquí, Cahiers, y ya ha tardado ya para lo que me gusta, así que el tema del vestido rojo en blanco y negro habrá salido en algún comentario de esta pantalla o en algún otro de tu guarida. Pero mira que me extraña... ¿Tú y yo hablando de William Wyler?
No, Miquel, está vez no es culpa de tu daltonismo, el vestido es rojo y punto. Uf, difícil decidir la mejor interpretación de la Davis, mira que te estás dejando "¿Qué fue de Baby Jane?", por poner sólo un ejemplo. Donald Crisp era muy grande. Besos, Borgo.
Sí, Marcos, qué joven Fonda, y más mono... Hazte con ella pero ya, Callau, que a ti te va a encantar. Besicos.
Gracias a ti por asomarte a esta película, maslama, y si tienes ocasión no lo dudes, es tal cual parece por las imágenes, y es que Wyler era también un maestro a la hora de reflejar estos ambientes. La composición de los planos es, además, de lujo y tremendamente elegante. Besos.
Si, sí, si, peliculón- peliculón..
(a ver qué respondes a esto)
¿Y qué quieres que responda, Alicia, ante semejante y extensísimo discurso? Pues que sí, sí, sí, peliculón-peliculón...
HOLA A TODOS, SABIAN QUE EL FAMOSOSO VESTIDO ROJO EN REALIDAD FUE COLOR COBRE, POR QUE EL ROJO NO DABA BIEN EN BLANCO Y NEGRO.
Hola, Vikingo, bienvenido. Cierto, algo he leído yo de eso alguna vez, gracias por el apunte. Un saludo.
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