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sábado, 16 de junio de 2012

El hombre que mató a Liberty Valance


En 1949, la revista “Cosmopolitan” publicaba “The man who shot Liberty Valance”, un relato corto firmado por Dorothy M. Johnson, escritora americana que dejó para el cine otras historias como “El árbol del ahorcado” o “Un hombre llamado caballo”.


Prestigiosa autora de sofisticados relatos del Oeste, Dorothy ejercía como profesora de Periodismo en la Universidad de Montana en la época en la que se rodó la hoy legendaria película basada en su historia.

En 1961, John Ford compraba los derechos de este relato por 7.500 dólares con la intención de adaptarlo a la gran pantalla a través de un guión que vendría firmado por Willis Goldbeck y James Warner Bellah.

El Sr. Stewart crea con efectividad un torpe pero indomable abogado que valora tanto la honestidad como la justicia
(New York Times)


James Stewart había debutado en la gran pantalla en 1935 y ya había sido dirigido por Frank Capra en "Vive como quieras", "Caballero sin espada" y "¡Qué bello es vivir!", por Anthony Mann en "Horizontes lejanos", "Música y lágrimas" y "Tierras lejanas", por Alfred Hitchcock en "La soga", "La ventana indiscreta", "El hombre que sabía demasiado" y "Vértigo"... También nos había regalado ya Stewart sus notables interpretaciones en "Historias de Filadelfia", "El invisible Harvey" y "Anatomía de un asesinato".


James interpretaba en “El hombre que mató a Liberty Valance” a Ransom Stoddard, su segundo personaje a las órdenes de John Ford tras su genuino Guthrie McCabe de "Dos cabalgan juntos". Y en 1964 volvía a trabajar con el genial director dando vida a un no menos peculiar Wyatt Earp en "El gran combate". Stewart se había divertido mucho trabajando con Ford en “Dos cabalgan juntos” y estaba deseando hacer otro western con él. Y no se arrepintió.

Jimmy Stewart tenía más escenas,
pero Wayne era el personaje central, el motivo de todo
(John Ford)


John Wayne había comenzado su carrera cinematográfica en 1926 y ya había trabajado con John Ford en "La diligencia", “Hombres intrépidos”, "Fort Apache", "Tres padrinos", "La legión invencible", "El hombre tranquilo", "Centauros del desierto" y "Misión de audaces". Y también le habíamos visto ya en otros clásicos como "Piratas del Mar Caribe", "Río Rojo", "Río Bravo", "El Álamo" o "Los comancheros".


Wayne era en esta legendaria historia Tom Doniphon, sin duda uno de los mejores personajes del séptimo arte.

"Try it, Liberty, just try it"


Lee Marvin debutó en la gran pantalla en 1951, un año después que en la televisión donde también se hizo un rostro habitual. En el cine nos había dejado ya "Los sobornados", "Conspiración de silencio", "El árbol de la vida" y "Los comancheros".


Su impresionante Liberty Valance es por derecho propio uno de los más memorables villanos de toda la historia del cine. Muy, muy grande Lee Marvin.

"Quizás la confesión más personal y profundamente sentida de Ford
(Peter Bogdanovich)


John Ford había debutado como director en 1917 y ya nos había dejado títulos del calibre de "La patrulla perdida", "El delator", "La diligencia", "Las uvas de la ira", "La ruta del tabaco", "¡Qué verde era mi valle!", "Pasión de los fuertes", "Fort Apache", "Tres padrinos", "La legión invencible", "Río Grande", "El hombre tranquilo", "Mogambo", "Escala en Hawaii", "Centauros del desierto", "El sargento negro" o "Dos cabalgan juntos".

El inicio del rodaje de “El hombre que mató a Liberty Valance” se retrasó unos meses a pesar de tener ya firmado Ford el acuerdo con la Paramount. En ese período el cineasta dirigiría su fragmento de “La conquista del Oeste” (1962).


Hallie Stoddard nos llegaba a través de Vera Miles, una más que correcta actriz que había debutado en la gran pantalla en 1950 y ya era un rostro muy familiar de la pequeña pantalla así como del cine, donde la habíamos visto ya como la hermana de Janet Leigh en "Psicosis", la mujer de Henry Fonda en "Falso culpable" o la sufrida novia de Jeffrey Hunter en "Centauros del desierto".


Woody Strode era un maravilloso Pompey. Woody debutó en la gran pantalla como “hombre en el saloon” a las órdenes del propio John Ford en “La diligencia” (1939), siendo también dirigido por él después en “El sargento negro”, “Dos cabalgan juntos” y “Siete mujeres”, último título del genial director. Strode también nos dejó su impactante presencia en otros clásicos como “El cáliz de plata”, “Los diez mandamientos”, “Espartaco” o “Hasta que llegó su hora”.


Edmond O’Brien daba vida en esta historia a Dutton Peabody, editor del Shinbone Star. O’Brien debutó como actor en 1939 con "Esmeralda, la zíngara" y también había aparecido ya en infinidad de series televisivas y otras tantas películas cinematográficas como "Mi encantadora esposa", "Forajidos", "Al rojo vivo", "Silver city", "El mayor espectáculo del mundo", "Julio César", "La condesa descalza" o "Traidor a su patria".


William H. Clothier había debutado en la gran pantalla como director de fotografía en 1935 y ya nos había regalado las imágenes de "Fort Apache", "Misión de audaces", "El Álamo" o "Los comancheros". Tras “El hombre que mató a Liberty Valance” coincidiría de nuevo con John Ford en "La taberna del irlandés" y "El gran combate".

Era realmente un genio. Escuchaba, pero si eras listo pasabas mucho tiempo escuchándole a él. Sabía más de fotografía que ningún hombre que hubiera trabajado nunca en el cine. Me colocó en situaciones en las que yo tenía que espabilar y tomar notaEl color se estaba haciendo cada vez más necesario a ojos del estudio y a mí me gustaba trabajar en color. Él dijo: ‘Maldita sea, vamos a hacerla en blanco y negro; no tiene que ser en color’”

Contra la voluntad de Clothier y de la propia Paramount, Ford rodó la película en blanco y negro… Afortunadamente para la historia del cine.

Impregnada del talento y el afecto de Ford” 
(The Observer)


El comisario Link Appleyard venía de la mano de Andy Devine, genuino actor que debutó en 1927 en la gran pantalla y nos dejó su personal huella en títulos como "Ha nacido una estrella", "La vuelta al mundo en ochenta días", "Dos cabalgan juntos" y, por supuesto, "La diligencia", a través de su peculiar cochero Buck.


John Qualen interpretaba a Peter Ericson. Ya para entonces rostro conocido de la pequeña pantalla, debutó en la grande en 1931 dejando después su buen hacer en clásicos como “Luna nueva”, “Casablanca”, “El fabuloso Andersen”, “Anatomía de un asesinato” o “El fuego y la palabra”. Qualen trabajó también con Ford en “Las uvas de la ira”, “Hombres intrépidos”, “El fugitivo”, “Centauros del desierto” y “Dos cabalgan juntos”.


Nora Ericson nos llegaba a través de Jeanette Nolan, también  ya popular rostro televisivo que debutó en el cine en 1948 con “Macbeth”. El espectador  la había visto ya en la gran pantalla en títulos como “Los sobornados”, “La ciudad sin ley”, “La ley de la horca” o, dirigida por el propio John Ford, en “Dos cabalgan juntos”. Y, curiosamente, también se la había oído ya como la voz de la madre de Norman Bates en “Psicosis”, voz que resultó de la mezcla de la de Jeanette Nolan con las de los también actores Paul Jasmin y Virginia Gregg.


La banda sonora de “El hombre que mató a Liberty Valance” venía firmada por el compositor británico Cyril J. Mockridge, quien había debutado en el cine en 1933 y ya nos había dejado su huella musical en clásicos como "El signo del zorro", "Jennie", "Incidente en Ox-Bow", "Pasión de los fuertes", "De ilusión también se vive", "La novia era él", "Cómo casarse con un millonario", "Río sin retorno", "Papá, piernas largas" o "Bus Stop". Tras “El hombre que mató a Liberty Valance”, Mockridge volvería a trabajar con John Ford en "La taberna del irlandés".

Severamente criticado y tratado con aire condescendiente a su estreno, pero hoy considerado como un clásico norteamericano por casi todos los estudiosos de Ford; uno de los grandes westerns
(Leonard Maltin, TV Movies Video Guide)


John Carradine era el Mayor Cassius Starbuckle. Rostro ya muy conocido tanto de la pequeña pantalla como de la grande, donde debutó en 1930, este maravilloso actor ya nos había dejado su inconfundible huella en títulos cinematográficos tan clásicos como “La novia de Frankenstein”, “Capitanes intrépidos”, “Tierra de audaces”, “Johnny Guitar”, “Sinuhé, el egipcio”, “Los diez mandamientos” o “La vuelta al mundo en ochenta días”. A las órdenes de John Ford, Carradine había trabajado ya en “La diligencia”, “Corazones indomables”, “Las uvas de la ira” y “El último hurra”. Extraordinario John Carradine.


Reese, uno de los ayudantes de Liberty Valance, nos llegaba a través de Lee Van Cleef, ya carismático actor de la pequeña pantalla que había debutado en el cine en 1952, lo que son las cosas, también como ayudante del malvado Frank Miller en “Solo ante el peligro”. Después vendrían “La ley de la horca”, “Duelo de titanes”, “Cazador de forajidos”, “El baile de los malditos” o  “El vengador sin piedad”. Y, tres años después de “El hombre que mató a Liberty Valance”, tendría lugar su relanzamiento a toda pantalla de la mano de Sergio Leone y sus magistrales “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”.


Y Strother Martin era Floyd, el otro ayudante de Liberty Valance. Otro habitual rostro televisivo el de Martin que había debutado en el cine en 1950 con “The damned don’t cry”  y “La jungla de asfalto”, títulos a los que seguirían después otros como “Ha nacido una estrella”, “El cáliz de plata” o “El beso mortal”. Con John Ford había trabajado ya en “Misión de audaces” y tras “El hombre que mató a Liberty Valance” le veríamos también en otros dos clásicos del cine: “Dos hombres y un destino” y “La leyenda del indomable”.

Completaban el extraordinario reparto otros nombres como Ken Murray, Carleton Young o Denver Pyle.


Producción de Willis Goldbeck y John Ford para la Paramount Pictures y penúltimo western en la filmografía del genial director, "El hombre que mató a Liberty Valance" (The man who shot Liberty Valance) fue estrenada el 22 de Abril de 1962 con buenos resultados de taquilla y unos ingresos en Estados Unidos de casi tres millones y medio de dólares. Al año siguiente, recibía tan sólo una nominación al Oscar en la categoría de mejor diseño de vestuario en blanco y negro.

Obra memorable, que revoluciona el género mediante la transgresión de sus propios códigos. Una reflexión de lirismo inaudito, de desatado romanticismo, acerca del significado del honor, de la distancia entre realidad y leyenda, todo ello retratando a unos personajes crepusculares y atormentados, repletos de matices. Una maravilla
(Miguel Ángel Palomo, Diario El País)


Al hombre que adora esta historia, al hombre que adora a John Ford, al hombre que adora a James Stewart, al hombre que adora a John Wayne…

Al portentosamente genuino Tirador Solitario 

martes, 26 de julio de 2011

Dos cabalgan juntos

Los familiares de los prisioneros blancos secuestrados por los comanches presionan al ejército federal para que los rescate. El comandante Frazer convence al cínico sheriff de Tascosa, Guthrie McCabe, para que se encargue de negociar con los indios la entrega de los cautivos. En esta misión le acompañará el teniente Jim Gary.


Con el inconfundible sello de John Ford en la dirección, se estrenaba en Estados Unidos el 26 de Julio de 1961 Dos cabalgan juntos” (Two rode together), genuino western producido por el propio Ford para la Columbia Pictures.

La fotografía de Charles Lawton, Jr. y la banda sonora de George Duning redondeaban una película cuyo guión, escrito por Frank S. Nugent, habitual en el cine de Ford en clásicos como “Fort Apache”, “La legión invencible”, “El hombre tranquilo”, “Escala en Hawai”, “Centauros del desierto” o “La taberna del irlandés”, estaba basado en la novela “Comanche captives”, escrita en 1960 por Will Cook.


En el rodaje de “Dos cabalgan juntos” se aprovecharon los decorados que habían sido construidos en Brackettville, sudoeste de Texas, para “El Álamo” (1960).

Y allí comenzó a trabajar el equipo el 15 de Octubre de 1960, con auténticos navajos del Monument Valley interpretando a la mayor parte de los comanches. En la segunda mitad de Noviembre se rodó en el rancho de la Columbia lo que quedaba pendiente.


El indiscutible protagonismo en este film corría de la mano de James Stewart y Richard Widmark, o lo que es lo mismo, del sheriff Guthrie McCabe y del teniente Jim Gary, los dos que cabalgan juntos en esta historia, muy bien acompañados por dos mujeres interpretadas por Shirley Jones y Linda Cristal.


Entre los dos que cabalgan juntos, un extraordinario John McIntire, excelente actor de primera de títulos ya clásicos como “Tierras lejanas”, “Cazador de forajidos”, Psicosis”, “El mundo en sus manos”, “Caravana de mujeres”, “El fuego y la palabra” o “La jungla de asfalto”.

Y secundando excelentemente el reparto principal, una serie de nombres más que reconocibles en el cine de John Ford.


Olive Carey, esposa del comandante Frazer en esta historia, mujer en la vida real del gran Harry Carey y madre de Harry Carey, Jr., había coincidido anteriormente con John Ford en “Escrito bajo el sol” y “Centauros del desierto”.


Harry Carey Jr., aquí como el genuino Ortho Clegg, era ya un rostro reconocido en el cine de John Ford tras haber intervenido en títulos como “Tres padrinos”, “La legión invencible”, “Caravana de paz”, “Río Grande”, “Cuna de héroes”, “Escala en Hawai” o “Centauros de desierto”.


Ken Curtis, el también genuino Greeley Clegg de esta historia, había sido ya dirigido por Ford en títulos como “Río Grande”, “El hombre tranquilo”, “Escala en Hawai”, “Centauros del desierto” o “Misión de audaces”. Y volvería a trabajar con él en “El gran combate”.


John Qualen, otro gran actor de primera aquí en el papel de Ole Nudsen, trabajó anteriormente con Ford en películas como “Las uvas de la ira”, “Hombres intrépidos” o “Centauros del desierto” y posteriormente sería también dirigido por él en “La taberna del irlandés” y “El gran combate”.


En el papel del genuino Sargento Posey, Andy Devine, en 1939 inolvidable conductor de “La diligencia”, que fue dirigido de nuevo por Ford en “El hombre que mató a Liberty Valance”.


Y Woody Strode, en esta historia como el comanche Stone Calf. Strode había trabajado anteriormente con Ford en “La diligencia” y “El sargento negro”. Tras “Dos cabalgan juntos”, volvería a coincidir con él en “El hombre que mató a Liberty Valance” y “Siete mujeres”, última película rodada por el genial director.


Pero el incluir a Woody Strode en el reparto de “Dos cabalgan juntos” le costó a John Ford una pelea con los de la Columbia, ya que los ejecutivos de la productora pensaban que resultaba algo extraño que un actor negro interpretara a un indio, siendo evidentemente desconocedores del hecho de que Strode tenía parte de indio en su sangre.

Claro que este logro de Ford de incluir a Woody Strode en el reparto haciéndole pasar por indio no le impidió al genuino director el enfadarse con él una noche en la que Strode desobedeció las órdenes y se emborrachó en compañía de un jefe indio y de otros navajos del Monument Valley. Tras prender fuego a una vieja caravana para bailar la danza de guerra en torno a ella, Ford salió de su habitación maldiciendo y preguntando a gritos qué estaba ocurriendo.

A la mañana siguiente, a la hora del desayuno, Woody Strode cogió su bandeja y fue a sentarse a la mesa de Ford junto a Stewart y Widmark. En palabras de Strode, “Ford se negó a dejarme comer con ellos”.

Borrachín y lacónico, mondando un palo con un cuchillo en el porche, el sheriff McCabe es cínico, temperamental y francamente mercenario. Es una memorable caracterización empapada en autenticidad
(New York Times, 1961)


James Stewart fue elegido para protagonizar esta película por el jefe de la Columbia Pictures, Harry Cohn, antes incluso de ofrecérsela el estudio a John Ford.

Por su parte, Ford accedió a dirigirla a pesar de considerar muy malo su guión. Según el propio director, aceptó tan sólo por el dinero que le iba a proporcionar, incluyendo un veinticinco por ciento de los beneficios netos de la película.


Stewart y Widmark, sin embargo, se mostraron en todo momento entusiasmados con esta historia, aunque Widmark en un principio había sido reacio a participar en ella por considerarse demasiado mayor para dar vida a su personaje.

James Stewart llevaba en esta película el mismo sombrero vaquero que había utilizado desde “Winchester 73” (1950). “Dos cabalgan juntos” era la primera película que rodaba con John Ford, quien no quería de ninguna manera que Stewart usara este sombrero porque pensaba que era el de peor aspecto que había visto en su vida.

Ford finalmente accedió a que lo llevara pero, cuando volvieron a coincidir en 1962 en “El hombre que mató a Liberty Valance”, directamente no le permitió a Stewart llevar sombrero alguno.


Las producciones de John Ford resultaban agotadoras para James Stewart. “No sabías si aquel día ibas a ser el cabeza de turco, si Ford iba a apuntarte con su pistola”. El director, por su parte, consideraba que James “hacía un trabajo extraordinario creando un personaje que el público deseaba. Había estudiado para actor”.

De hecho, Ford pensó en su momento en darle a Stewart el papel de Doc Holliday en “Pasión de los fuertes” y el del mayor Kendall en “Misión de audaces”. “Era bueno en todo lo que hacía. Se interpretaba a sí mismo pero también al personaje. A la gente le gustaba”. Stewart tenía su propio punto de vista sobre esto, “creo que Hank intercedió por mí . Hank, Henry Fonda, era gran amigo de John Ford.


Curiosamente, en la escena inicial de “Dos cabalgan juntos” aparecía James Stewart, como sheriff, reclinado en su silla. Los críticos, evidentemente, vieron una parodia del mismo plano de Henry Fonda, como Wyatt Earp, en “Pasión de los fuertes”.

Ford tenía una forma de dirigir asombrosa. Él dejaba bastante en tu mano como actor el hecho de trabajar la escena. Tú tenías el guión, te sabías la historia, la escena, y él la planificaba visualmente. Luego te dejaba que te movieras dentro de la escena
(James Stewart)

John Ford sólo rodaría dos westerns más, “El hombre que mató a Liberty Valance” y “El gran combate”. En ambos aparecía James Stewart. En el primero como Ransom Stoddard, el protagonista de la historia. En la segunda, directamente como Wyatt Earp.

Y en “El gran combate”, Stewart volvía a coincidir en el reparto con Richard Widmark en el papel del capitán Thomas Archer. Y con Harry Carey, Jr, Ken Curtis y John Qualen.


Dos cabalgan juntos” también guardaba similitudes en la historia que contaba con otra obra de John Ford, “Centauros del desierto”. Pero, a diferencia de los personajes de Ethan y Martin, McCabe y Gary (Stewart y Widmark) no creen en absoluto en el sentido de su búsqueda.

Nunca supe realmente de qué iba la película, y no estoy totalmente segura de que ni el mismo Ford lo supiera. Por supuesto, Jimmy Stewart se lo tomó como si estuviera rodando una obra maestra. Sin él y Widmark, habría sido un fiasco sin parangón
(Shirley Jones)


La secuencia más célebre, el ya mítico diálogo entre McCabe y Gary en la orilla del río, fue rodada con toda rapidez y con la cámara sobre el agua, después de que Stewart y Widmark la hubiesen ensayado largamente y en privado.


El hecho de que no hubiera planos de espaldas da la impresión de que esos dos tipos sencillamente deciden sentarse para hablar de lo que ha ocurrido y de lo que va a ocurrir
(James Stewart)


¡Estaba loco por el viejo Jack! Le conocí en la última etapa de su vida, cuando hablaba como si fuera Mr. Magoo… ¡pero era grande! Una mañana, Jimmy y yo estábamos desayunando y un tipo dijo que Jack quería vernos. Fuimos a su encuentro. Se presentó con su camisón chino, que apenas le cubría el cuerpo, y con su parche y su puro. Miró hacia el cielo y dijo: “Demonios, con este tiempo no podemos rodar. ¿Por qué no os volvéis a meter en la cama, muchachos?” A eso de las dos de la tarde de ese mismo día, nos dirigimos al lugar del rodaje e hicimos unas seis páginas del guión en dos horas… Stewart y yo, sentados a la orilla del río y hablando. Es una escena muy buena
(Richard Widmark)


Ford se paseó por la orilla y luego se dirigió hacia el río. Bueno, todo el mundo sabía lo que eso significaba, de modo que el cámara y el equipo le siguieron inmediatamente. Se dio la vuelta y nos dijo a Dick Widmark y a mí: “Sentaos ahí”. Y luego, dirigiéndose al cámara: “Cógeles desde ahí, así”. No era algo fácil, ya que el cámara podía hundirse, estaba lleno de barro. Era una escena larga. La hicimos toda en dos tomas. Ford estaba fuera del río cuando la hicimos. Nos dijo: “Perfecto”, y se fue. Y eso fue todo… Ford solía decir “Perfecto” en lugar de “Corten”. El técnico de sonido dijo: “El sonido… He escuchado el río”. “Bueno, ése es tu problema”, dijo simplemente Ford
(James Stewart)


Todas las cosas que he oído de Ford estaban ahí. Pero eran una ayuda en vez de algo que tú… No sé si alguien se lo tomaba con miedo o resentimiento. Yo estaba decidido a no actuar así. Al final, acabó en una relación de amistad. Fue una experiencia simplemente maravillosa, no sólo el conocerle, sino trabajar muy cerca de él para darse cuenta de que era un maestro
(James Stewart)


A Cahiers y al Tirador, al Tirador y a Cahiers.
En definitiva, a dos que cabalgan juntos

miércoles, 6 de octubre de 2010

Espartaco

“La muerte es la única liberación para el esclavo. Por eso no la temen. Por eso venceremos”


Hace hoy 50 años, el 6 de Octubre de 1960, se estrenaba en Nueva York la película “Espartaco”.


Producida por Bryna Productions para la Universal Pictures y dirigida por Stanley Kubrick, esta película tenía como base la novela homónima de Howard Fast. El guión era firmado por Dalton Trumbo y, en sus escenas de batalla, por Calder Willingham.


Y por Peter Ustinov, ya que el propio actor reescribió algunas de sus escenas con Charles Laughton a petición de éste, que rechazaba rotundamente las escritas en el guión original.

Kirk Douglas, como coproductor del film junto a James C. Katz y Edward Lewis, insistió en contratar para el mismo a dos nombres de la Lista Negra de Hollywood.


Dalton Trumbo sería finalmente elegido como guionista, aunque durante un tiempo el estudio no quiso que apareciera en los títulos de crédito por estar en la citada lista. Kubrick afirmó entonces que él lo incluiría y Douglas utilizó toda su influencia para que Dalton fuera así reconocido.

Y también se contrató al actor Peter Brocco (en las mismas circunstancias que Trumbo) para un papel secundario  en el film. A Brocco le volveríamos a ver en 1967 como Claymare en la serie "Star Trek"  y en 1975 como uno de los maravillosos “locos”, al que llaman coronel, de esa delicia llamada “Alguien voló sobre el nido del cuco”.


La grandiosa banda sonora de “Espartaco” fue obra del prestigioso Alex North, artífice también de la música de “Papá, piernas largas”, “El tormento y el éxtasis”, “Vidas rebeldes” o “Cleopatra”.


Y Russell Metty fue el director de fotografía, que llegó a retirarse del rodaje por considerar que Kubrick no le dejaba hacer su trabajo. El propio Kubrick se encargó de realizar el resto y Russell incluso pidió que se retirara su nombre de los títulos de crédito.

Sin embargo, cuando al año siguiente el film obtuvo el Oscar a la mejor fotografía, le fue otorgada la estatuilla a Metty.


A Laurence Olivier le fue ofrecida la dirección de “Espartaco”, pero él prefirió concentrarse sólo en su actuación. Y realmente hace una composición prodigiosa de su personaje.

David Lean también fue considerado para dirigir esta película. “Breve encuentro”, “Oliver Twist” y “El puente sobre el río Kwai” eran motivos más que suficientes para elegirle. Lean también declinó la oferta.

Fue entonces Anthony Mann el seleccionado para dirigir este proyecto. Sin embargo, tras una serie de desavenencias con Kirk Douglas, éste lo cambió por Stanley Kubrick. Según cuenta Peter Ustinov, Mann fue el artífice de la secuencia de las minas de sal.


Y a Kubrick no se le otorgó durante el rodaje el control sobre el guión que él quería, al considerarlo demasiado moralizante en algunos aspectos. Kirk Douglas también tuvo encontronazos con Kubrick, hasta el punto de llegar a admitir más adelante el actor que se había equivocado al despedir a Anthony Mann. Cuando cinco años más tarde le ofrecieron a Douglas protagonizar “Los héroes de Telemark” accedió sólo con la condición de que Mann la dirigiera.

En 1959, Kirk Douglas estaba muy interesado en hacer el papel de Ben-Hur, pero William Wyler, el director del proyecto,  quería por encima de todo a Charlton Heston. Ofreció entonces a Kirk el papel de Messala, que finalmente hizo Stephen Boyd al rechazarlo Douglas por ser papel secundario.

El propio actor admitiría mucho más tarde que hizo “Espartaco” para demostrar a Wyler y a su equipo que era capaz de hacer una película épica romana comparable a “Ben-Hur”.


Espartaco” recoge un verdadero reparto de lujo. Con el fin de que actores de la talla de Laurence Olivier (Marco Licinio Craso), Charles Laughton (Sempronio Graco) o Peter Ustinov (Léntulo Batiato) aceptaran hacer en ella papeles secundarios, Douglas les ofreció a cada uno de ellos un guión diferente donde se enfatizaba su personaje en particular.


El personaje de Espartaco, como era obvio, lo interpretó el propio Kirk Douglas. Y le acompañaban actores que se estaban haciendo un camino en la gran pantalla, como Tony Curtis (Antonino) o John Gavin (Julio César).


El papel de Varinia fue rechazado por Ingrid Bergman, Jeanne Moreau, Elsa Martinelli e incluso Jean Simmons. La elegida originalmente fue la actriz alemana Sabine Bethmann, pero cuando llegó Kubrick se le volvió a ofrecer el papel a Simmons quien, entonces, sí lo aceptó. Su Varinia es, sin duda, uno de los personajes más bellos que ha dado la pantalla.

El reparto se completaba con actores ya consagrados en el cine clásico como John Ireland (Crixus), Nina Foch (Helena Glabrus) o Woody Strode (Draba). Y Richard Farnsworth, que hacía doble trabajo como especialista. También otros actores hacían aquí su debut, como George Kennedy en el papel de  uno de los soldados que grita: “¡Yo soy Espartaco!


Espartaco” reúne también una larga serie de curiosidades. Como el que en la escena en la que Graco (Laughton) es encontrado culpable de la revuelta contra los romanos, Craso dijera: “En cada ciudad y provincia, la lista de los desleales ha sido compilada”, dirigiéndose en realidad  esta frase a Joseph McCarthy y su caza de brujas con respecto a Dalton Trumbo (uno de los diez incluídos en la Lista Negra).

O el que el propio Trumbo quisiera en el reparto a Orson Welles para el papel de Tigranes Levantus, que finalmente interpretaría Herbert Lom. O el que Tony Curtis se rompiera, durante el rodaje, el tendón de Aquiles jugando al tenis con Kirk Douglas, retrasándose sus escenas hasta su total recuperación.


La versión original incluía una escena en la que Craso (Olivier) intenta seducir a Antonino (Curtis). El Código de Producción y Administración de la Legión de la Decencia se opuso a esta escena y finalmente fue cortada, aunque se recuperó en la restauración de la película de 1991.

Sin embargo, se había perdido la banda sonora y el diálogo debía ser doblado de nuevo. Curtis así lo hizo con su papel pero Olivier ya había fallecido. Joan Plowright, su viuda, propuso a Anthony Hopkins para doblar a Olivier y Anthony aceptó. En los títulos de crédito de la versión restaurada se le agradece a Hopkins su colaboración.



El personaje de Draba, magistralmente interpretado por Woody Strode, es asesinado tras atacar a uno de los senadores y su cuerpo es colgado boca abajo para escarmiento de los otros esclavos. En un principio se iba a colgar una réplica de Strode pero el efecto no era satisfactorio, con lo que es el propio actor el que permanece ahí todo el tiempo sin mover un sólo músculo.

Según cuenta Kalai Strode, el hijo del actor, la réplica no utilizada estuvo colgada en la entrada de los Universal Studios durante varios años.


Y según cuenta el productor James B. Harris, Stanley Kubrick vio en varias ocasiones a Charles Laughton, Peter Ustinov y Laurence Olivier susurrando durante los descansos del rodaje. Suponiendo que estarían hablando sobre él, se acercó a ellos. Cada uno estaba leyendo su parte de guión en voz alta.


Espartaco” obtuvo 4 Oscar de la Academia. Al mejor actor secundario (Peter Ustinov), mejor fotografía, mejor dirección artística y mejor diseño de vestuario. Y también fue nominada al mejor montaje y mejor banda sonora.


Los Globos de Oro también la reconocieron como mejor película, nominando además a Kubrick, a Laurence Olivier, a Peter Ustinov, a Woody Strode y a Alex North como compositor de su banda sonora.

Peter Ustinov y Kirk Douglas recibieron también un Laurel Award por su trabajo y le fue también otorgado a la película el Golden Reel Award en los Motion Picture Sound Editors a la mejor edición de sonido.