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viernes, 6 de enero de 2012

Día de Reyes. De ilusión también se vive


Comenzamos con una espectacular sonrisa, Robert Redford en el set de rodaje de “El mejor” (1984). Practicando en su juventud también otros deportes como el esquí o el fútbol americano, Robert logró una beca universitaria gracias a sus buenas dotes para el béisbol, jugando además como pitcher en el equipo de la Universidad de Colorado. Ay, Redford... Me regalo tu foto.


Bela Lugosi y Boris Karloff en una simpática foto publicitaria de la película “The black cat” (1934), primero de los ocho títulos que rodaron juntos y mayor éxito de la Universal en ese año.
Miquel “Borgo” Zueras, sé que sabes que ésta es toda tuya.


Gene Kelly y Fred Astaire tan sólo coincidieron en la gran pantalla  como bailarines en un impecable número musical llamado “The Babbit and the Bromide” perteneciente a la película de 1945 “The Ziegfeld Follies”, donde los dos actores daban vida... a Gene Kelly y a Fred Astaire. Dos excepcionales bailarines, dos figuras imprescindibles del musical americano que solían visitarse en los platós durante sus respectivos rodajes.


Foto de familia durante el rodaje de “Los Teleñecos conquistan Manhattan” (1984), título en el que Frank Oz, director de la película, y Jim Henson aparecían en pequeños papeles.
Y foto que yo regalo, y cómo no, a Gustavo y a Fossie.


Audrey Hepburn en un descanso de la maravillosa “Desayuno con diamantes” (1961) ensayando su “Moon River”, versión preferida de Henry Mancini entre todas las que se hicieron de su mágico tema.
Sí, Jose Golightly, esta foto es para ti.


Robert Redford posando junto al oso de “Las aventuras de Jeremiah Johnson” (1972). Cine del bueno, Redford y naturaleza pura y dura...
A-B-C, toda tuya.


Jerome Robbins y Robert Wise ultimando detalles durante el rodaje de esa obra maestra del cine musical llamada “West Side Story” (1961).
Y la ilusión que te hace, deWitt, que te regale a ti esta foto...


Reparto de lujo y la autora de esta maravillosa historia en un descanso del rodaje de “Tomates verdes fritos” (1991).
Para ti, Layna. Y ya sabes, el secreto está en la salsa...


John Ford entre James Stewart y John Wayne en el set de rodaje de, por supuesto, “El hombre que mató a Liberty Valance” (1962),
clásico de lujo de la historia del cine.
Sí, Tirador Solitario, como cantaría otra de nuestras muy contadas coincidencias, From me to you.


El director George Roy Hill entre Paul Newman y Robert Redford, los dos protagonistas de “El golpe” (1973), segundo éxito cinematográfico de este trío de lujo tras “Dos hombres y un destino”.


A mediados de los años 80, era elegida para interpretar a Isabeau en la mágica “Lady Halcón” (1985) Michelle Pfeiffer, sin duda alguna uno de los rostros más bellos de la gran pantalla.
Y qué menos que regalar semejante obra de arte a todo un ilustre pintor...
Sí, Mengs, para ti.


Cathy Downs y Henry Fonda, protagonistas de uno de los más entrañables bailes rodados por John Ford, en un descanso de rodaje
de la mítica “Pasión de los fuertes” (1946).
¿Acaso dudáis a quién regalo yo esta foto? Oh, my darling Clementine...


Cary Grant y Katharine Hepburn sacando a pasear a “Baby” entre toma y toma de “La fiera de mi niña” (1938). 


Frank Sinatra y Bing Crosby nos deleitaron en “Alta sociedad” (1956) con el magistral tema escrito por Cole Porter “Well, did you Evah”.
Claro, Marcos Callau, ésta es para ti. ¿Y para quién si no?


Mary Badham, Gregory Peck y Phillip Alford durante el rodaje de esa joya cinematográfica llamada “Matar un ruiseñor” (1962).
Te regalo esta foto, Robert Béjar y, por ser tú, también la banda sonora de esta maravillosa película.


Una pausa en el rodaje de “Los mejores años de nuestra vida” (1946). Dana Andrews ante unos expectantes Gregg Toland y William Wyler.
De momento, Cahiers, te regalo la foto. Y sí, tenlo por seguro, ya te llegará esa entrada.


Dos de las mejores sonrisas de la historia del cine en un descanso del rodaje de “Hasta que llegó su hora” (1968). Claudia Cardinale y Henry Fonda como el tremendo Frank...


Otra sonrisa de lujo, la de Paul Newman durante el rodaje, a las órdenes de Mel Brooks, de “La última locura” (1976).
Sí, Alicia, ésta es toda para ti.


Kate Capshaw, Steven Spielberg, George Lucas
y Harrison Ford en un seguro que más que merecido descanso de
Indiana Jones y el templo maldito” (1984).
Esta foto la dejo en abierto para que os la regaléis los que queráis, que intuyo que la querréis unos pocos. Pero, eso sí, yo me pido sentarme ahí a la derecha, justo al ladito de Indyyy....


Y nos vamos con esta elegantísima sonrisa que nos regala, a todos, Henry Fonda en un descanso del rodaje de “Escala en Hawai” (1955). Fonda sentía un especial cariño hacia Mr. Roberts, su personaje en esta película, pues lo había representado primero en teatro durante un exitoso período de tres años (no se perdió una sola función) y, más adelante y contra todo pronóstico, conseguía llevarlo también a la gran pantalla. Hoy, su Mr. Roberts es un personaje antológico de la historia del cine. Thank you, Mr. Fonda.

¡Feliz y cinéfilo Día de Reyes a todos!  

lunes, 19 de diciembre de 2011

The children's hour. Wyler y Hellman en sesión doble

Entre la oscuridad y la luz del día,
cuando la noche comienza a desaparecer,
viene una pausa en las ocupaciones diarias
que se conoce como la hora de los niños

(Estrofa inicial de “The children’s hour” poema del escritor americano Henry Wadsworth Longfellow publicado en 1860 en “The Atlantic Monthly” )


El 20 de Noviembre de 1934 era estrenada en el Maxine Elliot’s Theatre en Broadway “The children’s hour”, exitosa obra teatral escrita por Lillian Hellman que llegó a las 691 representaciones.

Esta obra estaba inspirada en un caso real ocurrido en 1810 en Edimburgo (Escocia), en el que dos maestras de escuela, Jane Pirie y Marianne Woods, eran falsamente acusadas por Jane Gordon, una de sus alumnas,  de mantener una relación sentimental. Dame Cumming Gordon, la abuela de la niña, influía activamente en el hecho de que los padres de las alumnas restantes se apresuraran a sacar a éstas del colegio, siendo éste cerrado y presentando las maestras posteriormente una demanda por difamación contra la abuela de la criatura. Ganaron el caso las maestras, pero su vida y su reputación quedaron ya prácticamente destruídas.


El también escritor Dashiell Hammett, entonces compañero sentimental de Lillian Hellman, fue quien le dio a conocer esta historia, apresurándose ella a convertirla en obra de teatro, representación escénica que no careció de controversia en su estreno por el espinoso tema que trataba.


El productor Samuel Goldwyn vio en esta historia un buen proyecto cinematográfico y eligió a William  Wyler como director del mismo. La propia Lillian Hellman adaptó su obra como guión para la gran pantalla, convirtiéndose ésta en la primera ocasión en la que ella trabajaba con William Wyler, formando sin duda alguna uno de los tándem más fructíferos y exquisitos de la historia del cine.


Debido al tema al que hacía referencia la obra, la Oficina Hays se negó a permitir el título original ni ninguna mención en la película o en la publicidad de la misma. En un primer lugar, la película fue titulada “La mentira” antes de ser cambiada definitivamente por “Esos tres”.


En la obra, la niña lanzaba la mentira de la relación sentimental entre las dos maestras. En la película, esta mentira tuvo que ser cambiada por la supuesta relación sentimental de ambas mujeres con el protagonista masculino, oficialmente novio de una de ellas. A Hellman le pareció bien este cambio al considerar que lo fundamental de esta historia eran las tremendas consecuencias que traía consigo esta calumnia más que lo que trataba la calumnia en sí.


Para la banda sonora de la película se contó con Alfred Newman, gran compositor cinematográfico que tras este título nos dejó otras maravillas musicales como “Cumbres borrascosas”, “¡Qué verde era mi valle!”, “Eva al desnudo” o “La historia más grande jamás contada”.


Y en la fotografía, otro nombre que comenzaba aquí su singular carrera con William Wyler. Gregg Toland ya nos había regalado la imagen de títulos como “Flor del desierto”, “La reina Kelly” o “Noche nupcial”. “Esos tres” suponía el primero de los siete títulos que firmaría junto a Wyler.


Merle Oberon hizo su debut cinematográfico en 1929 y llevaba ya en su carrera títulos como “La vida privada de Enrique VIII”, “La pimpinela escarlata” o “El ángel de las tinieblas” cuando fue elegida para interpretar a Karen Wright, una de las dos maestras de la escuela.


Miriam Hopkins, Martha Dobie, la otra maestra de esta historia, llevaba un año menos en el cine pero ya había sido dirigida por Rouben Mamoulian en “El hombre y el monstruo”, por Ernst Lubitsch en “Un ladrón en la alcoba” y “Una mujer para dos” y por el propio William Wyler (finalmente sustituido por Howard Hawks) en “Ciudad sin ley”.


William Wyler quería para el personaje del doctor Joseph Cardin al actor Leslie Howard, pero fue elegido en su lugar Joel McCrea, rostro ya conocido en la gran pantalla americana a través de títulos como “Ave del paraíso”, “Tentación” o “Ciudad sin ley”.


Catherine Doucet, actriz americana procedente del mundo teatral, era en “Esos tresLily Mortar, la insufrible tía de Martha.


Alma Kruger, otra gran figura teatral, hacía aquí un impecable debut cinematográfico como Amelia Tilford, la abuela de la niña acusadora.


Niña que llevaba el nombre de Mary Tilford y era extraordinariamente interpretada por Bonita Granville, muy acertadamente elegida por el propio Wyler entre una larga lista de candidatas.


Granville debutó en el cine a los nueve años de edad, interviniendo en títulos como “Las cuatro hermanitas”, “Canción de cuna” o “Anne of Green Gables” antes de hacerse mundialmente conocida como Mary Tilford, papel que la hizo merecedora de una nominación al Oscar como mejor actriz secundaria.


La otra niña de esta historia, Rosalie Wells, era magníficamente interpretada por Marcia Mae Jones, actriz infantil que debutó en 1926 y participó también en títulos como “El rey del jazz”, “El campeón”  o “Imitación a la vida”.


Agatha, sufrida mujer al servicio de la señora Tilford, que intentaba, sin conseguirlo, educar a la rebelde Mary, era interpretada por Margaret Hamilton, excelente actriz de reparto ya conocida por títulos como “Estrictamente confidencial”, “Contrastes” o “A través de la tormenta” que, tres años después, nos regalaría su personaje más celebrado, la Malvada Bruja del Oeste  de “El mago de Oz”.


Y Walter Brennan componía un breve pero singular personaje (y cómo no) como el taxista del pueblo. Brennan, en la gran pantalla desde 1925, llevaba ya un total de 134 títulos cinematográficos. “El rey del jazz” (donde coincidió con Marcia Mae Jones), “El ciclón tejano”, “Camino de la horca”, “El hombre invisible”, “La novia de Frankenstein” o “Ciudad sin ley” (donde coincidió con Miriam Hopkins y Joel McCrea), son tan sólo algunos de ellos.


Esos tres” (These three) se estrenaba el 18 de Marzo de 1936.


Y el 19 de Diciembre de 1961 era estrenada “La calumnia” (The children’s hour), vuelta a esta misma historia, a través de un guión escrito por John Michael Hayes bajo la supervisión de Lillian Hellman, en la que Wyler pudo  finalmente tratar el mismo tema que trató en su día la obra teatral que le daba nombre.


Dirigida y producida por William Wyler para The Mirisch Company, esta nueva versión contaba con el arte musical de otro ilustre compositor cinematográfico, Alex North, que ya nos había regalado, entre otras, las bandas sonoras de “Un tranvía llamado deseo”, “Espartaco” o “Vidas rebeldes”.


Y con la fotografía en blanco y negro de Franz Planer, otro nombre a tener en cuenta que nos había ya maravillado con las  imágenes de títulos como “Carta de una desconocida”, “Cyrano de Bergerac” y “Horizontes de grandeza”. Planer había también coincidido anteriormente con Audrey Hepburn en “Vacaciones en Roma”, “Historia de una monja” y “Desayuno con diamantes”.


Para dar vida a Karen Wright en esta nueva versión fue elegida Audrey Hepburn, quien dos años después de debutar en la gran pantalla se hizo con el Oscar a la mejor actriz por “Vacaciones en Roma”, dirigida, precisamente, por William Wyler. Título éste al que seguirían otros como “Sabrina”, “Guerra y paz”, “Una cara con ángel”, “Ariane”, “Historia de una monja” o “Desayuno con diamantes” antes de “La calumnia”.


Shirley MacLaine  era en esta historia Martha Dobie, la otra protagonista. Mac Laine llevaba en el cine desde 1955, año en el que debutó con “Pero... ¿quién mató a Harry?” a las órdenes nada menos que de Alfred Hitchcock, y ya nos había convencido como excelente actriz tanto en drama como en comedia, e incluso en el género musical, con títulos como “Can-Can”, “Como un torrente” o “El apartamento”.


James Garner, entonces conocido gracias a la pequeña pantalla y títulos cinematográficos como “Sayonara”, “La escuadrilla Lafayette” o “Infierno bajo las aguas”, era el encargado de interpretar al doctor Joe Cardin, tercer personaje en discordia.


Miriam Hopkins, que había encarnado a Martha Dobie en la versión anterior de 1936, era aquí Lily Mortar, la insufrible tía de Martha. Entre ambas versiones, Hopkins había vuelto a trabajar con Wyler en “La heredera” y “Carrie”.

William Wyler le ofreció en un primer lugar a Merle Oberon, que había interpretado en la primera versión a Karen Wright, el papel de Amelia Tilford, la abuela de la niña. Wyler pretendía con esto homenajear a las dos actrices haciéndoles partícipes también de esta nueva versión. Pero Merle desestimó este proyecto por no querer interpretar un personaje de edad tan avanzada.


Y así fue finalmente elegida para este papel Fay Bainter, entonces actriz teatral de reconocido prestigio, que había dejado ya su huella en películas como “Olivia”, “Jezabel”, “El joven Edison” o “La mujer del año” y en la pequeña pantalla.


Karen Balkin debutaba en “La calumnia” como la consentida Mary Tilford. En este caso, la elección de esta pequeña actriz no fue tan acertada. El propio Wyler reconoció que ni siquiera él fue capaz de controlar sus exagerados gestos.


Por el contrario, Veronica Cartwright, que procedía de la pequeña pantalla y hacía aquí su primer papel relevante, sí nos ofrecía una correcta Rosalie Wells.


Mismo caso que Hope Summers como Agatha, la criada. Versátil actriz procedente del mundo televisivo, Summers ya había aparecido en la gran pantalla en títulos como “Ella, él y Asta”, “Quiero vivir” o “La herencia del viento”.


La calumnia” recibió cinco nominaciones en los Premios Oscar: mejor actriz secundaria (Fay Bainter), mejor fotografía, mejor dirección artística, mejor diseño de vestuario y mejor sonido.


Y otras tres en los Globos de Oro: mejor director, mejor actriz (Shirley MacLaine) y mejor actriz secundaria (Fay Bainter).


Era el director más grande de América. Tenía un sentido pictórico maravilloso, sabía cómo meter tanto en una toma, que me parecía que yo podía dejar de decir algunas cosas, porque sabía que Wyler haría que se vieran. Tuvimos que hacernos amigos por fuerza, porque éramos las dos únicas personas del manicomio Goldwyn que no estábamos completamente chifladas
(Lillian Hellman)