En 1969, Francis Ford Coppola se encontraba en su casa reunido con los productores Albert S. Ruddy y Gray Frederickson con el fin de discutir un nuevo proyecto cinematográfico que sería más tarde conocido como “La conversación”. Se le había ya enviado el guión de este proyecto a Marlon Brando y el actor lo había rechazado amablemente.
En
esta misma reunión, Coppola tomaba nota de un anuncio de un periódico en el que
aparecía “The Godfather”, la nueva novela del escritor estadounidense Mario Puzo. Pocos meses más tarde,
Francis Ford Coppola se reunía en su casa
con Albert S. Ruddy, Gray Frederickson, Mario Puzo y Marlon Brando para
llevar al cine la adaptación de dicha novela…
La
Paramount Pictures le había comprado a Puzo los derechos de la adaptación
cinematográfica de su novela incluso antes de ser ésta finalizada por el escritor.
Puzo modeló el personaje de Don Vito Corleone a partir de personalidades reales
del mundo de la mafia tales como Joe Profaci y Vito Genovese. Le dio al hijo
mayor de Corleone el nombre de Sonny, mismo
nombre del hijo de Al Capone, y basó muchos de los acontecimientos de su
historia en la vida de estos y otros mafiosos de renombre.
Producida
por Albert S. Ruddy, Gray Frederickson y Robert Evans para la Paramount
Pictures, “El Padrino” era impecablemente dirigida por Francis Ford Coppola, excelente
cineasta que se iniciaba en la dirección en 1962 junto a Fritz Ulmgelter en
“The bellboy and the playgirls” y, un año después, junto a Roger Corman en “The
terror”. Coppola había dirigido también ya a Fred Astaire en “El valle del arco
iris” y a James Caan y a Robert
Duvall en “Llueve sobre mi corazón”, cuando afrontó el que sería el primer gran
título cinematográfico de su carrera.
El
extraordinario guión firmado por Francis Ford Coppola y Mario Puzo se
complementaba con un excelente montaje a cargo de William Reynolds, que llevaba
tras de sí títulos como “Desireé”, “Bus Stop” o “Taras Bulba”, y Peter Zinner,
responsable de “Los profesionales”, “A sangre fría” o “Darling Lili”. Curiosamente,
Reynolds montó la primera parte del film mientras que Zinner se encargó de la
segunda.
Destacaba
también en la película la soberbia fotografía de Gordon Willis quien, en el
cine desde 1970, ya nos había dejado las imágenes de “Klute” y, tras “El
Padrino”, nos seguiría regalando su gran profesionalidad a través de las otras dos
partes de esta saga y su excepcional trabajo junto a Woody Allen en títulos hoy tan clásicos como
“Annie Hall”, “Manhattan” o “La rosa púrpura de El Cairo”.
Y
convirtiendo “El Padrino” en una indiscutible
obra maestra, la inolvidable y maravillosa banda sonora de Nino Rota quien poca
presentación necesitaba ya en 1972. De su prestigio musical hablaba por sí sola
la larga lista de títulos con los que ya nos había deleitado, tanto los que le
emparejaron con Federico Fellini: “La strada”, “Las noches de Cabiria”, “La
dolce vita”, “Fellini 81/2”, “Giuletta de los espíritus”, “Roma”… como los que
llevó a cabo con otros ilustres directores de la historia del cine: “Guerra y
paz”, “Rocco y sus hermanos”, “El gatopardo”, “Romeo y Julieta”, “Waterloo”…
Magistral Nino Rota.
“A
ese Woltz le haré una oferta que no rechazará…”
Ernest
Borgnine, Edward G. Robinson, Orson Welles, Anthony Quinn y George C. Scott
fueron algunos de los actores considerados por la Paramount para interpretar el papel de Don Vito
Corleone.
Coppola,
por su parte, quería a Laurence Olivier o a Marlon Brando. Quería a un actor
italo-americano o a un actor tan grande que pudiera interpretar a la perfección a
un italo-americano. Olivier no se encontraba en ese momento disponible y el
papel fue a recaer, muy acertadamente, en Marlon Brando.
Brando
debutó en la gran pantalla en 1950, regalándonos después interpretaciones
antológicas en títulos como “Un tranvía llamado deseo”, “Julio César”, “La ley
del silencio”, “La casa de té de la luna de agosto”, “El baile de los
malditos”, “Piel de serpiente”, “La jauría humana”…
Su
extraordinaria composición de Vito Corleone forma parte de la historia del cine
por derecho propio. El rodaje de “El Padrino” comenzó el 29 de Marzo de 1971, Brando
trabajó en el film entre el 12 de Abril y el 28 de Mayo por estar también
comprometido con el rodaje de “El último tango en París”.
“Preferiría
un lugar público, un bar, un restaurante o algo así, donde haya público y yo
esté a salvo...”
Para
dar vida al personaje de Michael Corleone, el productor Robert Evans quería a
Robert Redford, pero Coppola no le veía en el papel. Por su parte, Warren
Beatty, Jack Nicholson y Dustin Hoffman rechazaron la oferta.
Se
barajaron también otros nombres para este personaje: Martin Sheen, Dean Stockwell, Alain Delon,
Burt Reynolds… Y Robert De Niro, que hizo también la prueba para el papel de
Sonny. De Niro no fue elegido en esta ocasión pero sí en la segunda parte de la
trilogía, donde dio vida a Vito Corleone en su juventud.
Muy,
muy, muy afortunadamente para la historia del cine, Michael Corleone fue finalmente
interpretado por Al Pacino, quien había debutado en la gran pantalla en 1969 y
ya había demostrado su saber hacer ante las cámaras en “Pánico en Needle Park”.
Al
nos regaló en “El Padrino”, sin duda alguna, el mejor personaje de su carrera. Extraordinario Pacino.
James
Caan debutó como actor en la televisión en 1961, interviniendo en series como “Los
intocables”, “Doctor Kildare”, “La hora de Alfred Hitchcock”, “Caravana”, o “Superagente
86” y en clásicos de la gran pantalla como “Irma, la dulce” o “El Dorado”. En
1969, dirigido por Coppola y compartiendo reparto con Robert Duvall, nos había
dejado “Llueve sobre mi corazón” y en 1971 un inolvidable protagonista en el
telefilm “La canción de Brian”.
El
productor Robert Evans quería hacerle una prueba a Caan para el papel de Michael
Corleone, pero Francis Ford Coppola le sugirió que probara a Pacino como
Michael y a James como Sonny. Buena observación ésta de Coppola. Caan nos
regala en “El Padrino” un Sonny absolutamente impecable.
“Soy
abogado, no le estoy amenazando. Mi trabajo es especial, tengo un sólo
cliente…”
Jerry
Van Dyke, Bruce Dern, Steve McQueen, Paul Newman y el propio James Caan fueron
considerados para el papel de Tom Hagen, abogado y consejero de la familia Corleone.
Muy,
muy, muy afortunadamente para la historia del cine, el elegido para este papel
fue Robert Duvall, extraordinario actor que debutó en la pequeña pantalla en
1960, participando en series como “Los intocables”, “El virginiano”, “El
fugitivo” o “Jim West”, y en el cine en 1962 con su maravilloso personaje de “Matar
a un ruiseñor”, papel tras el cual vendrían otras interpretaciones de lujo
en “La jauría humana”, “Bullit” o “Valor de ley”. En 1969 ya coincidía con
Coppola y James Caan en “Llueve sobre mi corazón” y en 1970 aparecía en “Mash”,
versión cinematográfica anterior a la popular serie televisiva.
Robert
nos brindó, a través de su Tom Hagen, una auténtica lección interpretativa.
Personaje de peso en esta historia que hoy difícilmente podemos imaginar con
otro físico que no sea el de este actor. Muy, muy grande Robert Duvall.
El
papel de Kay Adams, la novia de Michael Corleone, le fue ofrecido en un principio
a Mia Farrow. Finalmente lo llevó a cabo una espléndida Diane Keaton que había
debutado dos años atrás en la gran pantalla con “Amantes y otros extraños” para
encaminarse después al mundo televisivo en series como “El F.B.I.” o “Mannix”. Ese
mismo año de “El Padrino” iniciaba Keaton su fructífera carrera con Woody Allen
en la divertidísima “Sueños de un seductor”.
Y
Sterling Hayden se sumaba también a la película en un pequeño papel, el del
capitán McCluskey. Hayden dejaba buena constancia en “El Padrino” de sus ya
sobradas tablas en la actuación adquiridas a través de una carrera donde
brillaban títulos como “La jungla de asfalto”, “Johnny Guitar” o “Atraco
perfecto”.
Completaban
este excepcional elenco otros actores de igual talla como John Cazale (Fredo),
Richard Castellano (Clemenza), Al Martino (Johny Fontane), Richard Conte
(Barzini) o Lenny Montana (Luca Brasi).
Y
entre el reparto, distintos familiares de Francis Ford Coppola. Su hermana
Talia Shire en el papel de Connie Corleone, Italia y Carmine, padres de ambos,
como extras, al igual que Gian-Carlo y Roman, hijos de Coppola…
Y
su hija Sofía, que aparece como protagonista en la escena del bautizo en la que
tan sólo contaba con tres semanas de vida.
El
15 de Marzo de 1972, hace hoy ya 40 años, se estrenaba en Nueva York “El Padrino” (The Godfather), uno de los títulos más extraordinarios e imprescindibles de la
historia del cine.
“El
Padrino” obtuvo el Oscar a la mejor película, mejor guión adaptado y mejor actor
(Marlon Brando), siendo también nominada en las categorías de director, actor
secundario (James Caan, Robert Duvall y Al Pacino), banda sonora, montaje, diseño
de vestuario y sonido.
Los
británicos Premios Bafta otorgaron el Premio Anthony Asquith a Nino Rota.
También reconocieron la película nominándola a mejor actor (Marlon Brando),
diseño de vestuario, actor secundario (Robert Duvall), y mejor promesa como
actor (Al Pacino).
Los
Globos de Oro la galardonaron como mejor pelicula, director, guión adaptado,
banda sonora y actor (Marlon Brando), nominándola también a mejor actor (Al
Pacino) y mejor actor secundario (James Caan).
Obtuvo
también un David di Donatello a la mejor película extranjera y otro al mejor
actor (Al Pacino) y el Premio Grammy a la mejor banda sonora.
“El
Padrino” reunía en su rodaje una serie de curiosidades y anécdotas. Como el que James
Caan y Al Pacino fueran en la vida real tan sólo diez años más jóvenes que Morgana
King, actriz que interpretaba a su madre en la película. O que llevara toda una
semana el rodaje de la escena de la boda con la que comienza la historia y se
llegara a emplear en ella un total de 750 extras.
O
que Marlon Brando quisiera que Vito Corleone se asemejara a un bulldog haciendo
su prueba con algodones en la boca. En la película llevaba una prótesis hecha
por un dentista, prótesis que se encuentra ahora en exhibición en el Museum of
the Moving Image en Queens, Nueva York.
O
que la bofetada que Vito Corleone le propicia a Johnny Fontana para que deje de
llorar no estuviera escrita en el guión. Fue una improvisación de Marlon Brando
que dejó más que confuso a Al Martino, quien interpretaba a Fontana y, según
cuenta James Caan, “Martino no sabía si reir o llorar”. Precisamente Caan
improvisaba a su vez, en otra escena, el empujar y casi
tirar al suelo al actor que daba vida al fotógrafo del FBI, con lo que la
reacción de los extras de esa escena no pudo ser más real.
De
cualquier modo, fueron tan buenas las expectativas de esta película que incluso
antes de finalizar su rodaje ya se proyectaba llevar a cabo una secuela.
Muy,
muy, muy afortunadamente para la historia del cine, porque con “El Padrino II”
y “El Padrino III” se completaba, años más tarde, una de las más grandes
trilogías del séptimo arte.
10 comentarios:
Solo con el comienzo se nota que estamos en un film monumental. Ese Brando escuchando pacientemente mientras acaricia un gato. Sencillamente sublime. La segunda parte es magnífica y la tercera, aunque es la más floja de la trilogía, toda la parte final del teatro es toda una lección del arte narrativo.
La he considerado durante casi toda mi vida como la mejor de la trilogía, he estado verdaderamente enamorado de esta película, hasta hace pocos años, cuando vi la I y la II seguidas en la filmo, y tuve que rendirme ante la, para mi, evidente y bestial superioridad de la II sobre la I y sobre casi todas las películas que existen.
Saludos
Una estrella como Brando aceptó hacer una prueba (muchos lo hubieran considerado humillante) e hizo bien porque no puedo imaginarme a otro como Vito Corleone. Es curioso que en el guión nunca se pronuncia la palabra "mafia", según algunos fue para mo ofender a la comunidad italoamericana pero otros aseguran que recibieron presiones.
Mis escenas preferidas es cuando enseñan a Pacino a cocinar un plato de pasta -"Pónle vino a la salsa, es mi secreto"- y la del restaurante entre Pacino, Al Lettieri y Hayden, me la sé de memoria. Besos. Borgo.
Extraordinaria trilogía!
La primera parte es la que más me gusta, sin despreciar las otras dos.
Ese Brando... ¡grande!!
Saludos.
Que maravilla de película, o de trilogía...yo me quedo con la primera, aunque casi todo el mundo prefiere la segunda; y que curioso que se estrenara el inicio de la saga coincidiendo con los Idus de de Marzo...
Veo que estamos todos mucho más que de acuerdo en cuanto a la magnitud de esta película, cosa que me hace muy feliz cinematográficamente hablando.
Cahiers, Sergio, Miquel, Manderly, Tirador... alabo vuestro exquisito criterio cinéfilo aunque, si os digo la verdad, no esperaba otra cosa de vosotros con respecto a esta sublime trilogía.
Saludos a repartir.
Pero ¿en qué se basan los actores para rechazar determinados papeles?, ¿algún día consiguen perdonarse por haberlo hecho??
Me encantan las anécdotas que cuentas de los castings y el comprobar que no me puedo ni imaginar al personaje encarnado por nadie más que por quien lo encarnó.
Por supuesto que comparto la admiración por La Familia. De lo mejor de lo mejor del cine.
Estoy sintiendo tu perfuma enbriagadooorrrr
Alicia, por Dios, menuda versión musical más... poco padrino. No sé en qué se basan los actores para rechazar determinados papeles pero yo a algunos se lo agradezco, y mucho. En esta película en concreto yo tampoco cambio ni a uno sólo, ni a los secundarios siquiera. Y sobre todo, sobre todo, a Pacino y a Duvall, sí, lo sé, tampoco a Brando o a Caan, pero es que cuando la vi la semana pasada y salían en pantalla Pacino o Duvall yo me quedaba como atontada, así... ¿me ves, verdad?
Desde luego, ¡qué obra maestra! La curiosidad de la dentadura de Brando es genial. Esto solo lo puede hacer un genio. Y qué grande Al Pacino, durante toda la trilogía pero, sobretodo, en esta primera, cuando experimenta ese cambio desde la honrradez hasta el crimen. Genial.
Obra maestra absoluta, Marcos. Yo hacía tiempo que no me la veía y ya estoy deseando que me toque ver la segunda parte, porque yo ya continúo sacando aquí la saga, claro. Disfruto un montón con esta trilogía y sobre todo con Pacino que en este personaje ya se sale.
Publicar un comentario