"Vivía con Ida, su mujer, en el Oceana Hotel, en Santa Mónica, en un pequeño apartamento del segundo piso. Su casa tenía un aspecto muy naútico: miniaturas de balleneros, coral, conchas en cajas de cristal, un reloj de barco de latón colgado en la pared, un fanal de estilo antiguo sobre su escritorio y, al final del cuarto de estar, una magnífica ventana sobre el océano. Me comentó mirando al mar:
- Es una hermosa piscina, mucho mayor que la de Liberace - y miraba al exterior como si fuera lo único que le interesara. Luego se volvió hacia mí y me dijo - : Me paso las horas muertas mirando al mar, para ver alguna sirena. Pero nunca aparecen."
(Jerry Lewis por Jerry Lewis. Memorias.
Parsifal Ediciones. 1991)
6 comentarios:
Lewis siempre sintió veneración por Stan Laurel y mantuvieron una buena amistad. Otro cómico que empezaba su carrera, Dick Van Dike, también solía pasar por la casa de Laurel. Después de la muerte de Lewis supongo que Van Dike es el último cómico de la TV clásica, la de los shows en directo y los telemaratones.
Besos, Clementine!
Borgo.
Sí, Miquel, cierto todo esto que dices, y fue precisamente Dick Van Dyke quien animó a Jerry a visitar a Stan Laurel (aún no se conocían) y en casa de Stan se inició su amistad. Dios los cría...
¡Muchos besos, Borgo!
Preciosa anécdota y preciosa imagen la que sugiere. Siempre me cayó muy bien Stan Laurel. Besos Clementine.
¡Muy buenas, Marcos Callau!
Stan Laurel era mágico, en la pantalla y fuera de ella. Según le contó a Jerry Lewis, era él mismo quien ideaba las historias de sus películas con Oliver.
Y a mí que me da que acabó viendo a la sirena...
Yo estoy convencida, Alicia.
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