domingo, 18 de junio de 2017

Elegancia masculina en la pantalla española


Alberto Closas debutó en el cine en 1942. Intervino en títulos como “La pródiga”, “Tierra de fuego”, “Romance en tres noches”, “Vivir un instante” o “El honorable inquilino”. Compartió protagonismo con Lucía Bosé en “Muerte de un ciclista”, con Analía Gadé en “Una muchachita de Valladolid”, con Julia Gutiérrez Caba en “Operación Plus Ultra”… Y fue Don Beltrán de Lara en “La fierecilla domada”, Nicomedes en “La vida en un bloc”, Pedro en “El baile”, Simón en “Usted puede ser un asesino”, Alberto en “Casi un caballero”… y, por supuesto, Carlos Alonso, el inolvidable padre de “La gran familia”.


En 1943, Tomás Blanco aparecía por vez primera en la gran pantalla como Don Álvaro en “Un caballero famoso”. Después fue Ernesto en “Mariona Rebull”, Juan en “Nada” o el Capitán Cortés en “El santuario no se rinde”. Fue también Don Leo en “La Revoltosa”, Juan en “La laguna negra”, Alfonso en “La violetera” y el duque de Sesto en “¿Dónde vas, Alfonso XII?”. Compartió cartel con Tony Leblanc e Ismael Merlo en “La fiel infantería”, con Manolo Gómez Bur y Pepe Isbert en “La pandilla de los once”, con Mel Ferrer y Manuel Alexandre en “El señor de La Salle”, con Arturo Fernández y y José Bódalo en “El salario del crimen”, con Antonio Garisa y Concha Velasco en “Historias de la televisión”… Y apareció en títulos tan clásicos como “Los que tocan el piano” o “La residencia” y en westerns como “La muerte tenía un precio” o “El hombre que mató a Billy el Niño”.


Arturo Fernández se estrenó a toda pantalla en 1954, apareciendo después en títulos como “Cuerda de presos”, “Distrito quinto” o “La frontera del miedo”. Fue Ernesto en “Las chicas de la Cruz Roja”, el Comandante Goñi en “La fiel infantería”, Ángel Romera en “Currito de la Cruz”… Intervino también en “Novios 68”, “Cristina Guzmán”, “El relicario”… Y compartió protagonismo con Concha Velasco en “Un lujo a su alcance”, con Alfredo Landa en “El crack dos” y con Paco Rabal en “Truhanes”.


Eduardo Fajardo debutó en el cine en 1947. Participó en títulos como “Dulcinea”, “La dama de armiño” o “Fuenteovejuna” y después fue Franklin Perry en “Dos cuentos para dos”, el Marqués de Villena en “Locura de amor”, el Teniente Ramos en “El santuario no se rinde”, Luis Montana en “Agustina de Aragón”… También apareció en “Balarrasa”, “Alba de América” o “El curioso impertinente”. Y más adelante, fue Olaf en “Erik, el vikingo”, Agustín en “La ciudad no es para mí” o Miguel en “Cuatro noches de boda”. En la pequeña pantalla, Eduardo nos dejó a su Tío Barret de “La barraca” y a su Fray Eugenio de “Los gozos y las sombras”.


En 1914, Rafael Rivelles iniciaba su carrera cinematográfica, que retomaría más tarde, ya en 1931 con “La mujer X”. Intervino posteriormente en otros títulos como “El embrujo de Sevilla”, “Niebla” o “El hombre que se reía del amor”. Y fue después Lalo en “Nuestra Natacha”, Lachinsky en “El capitán Tormenta” y “El león de Damasco”, el Capitán Fernando Pizarro en “Goyescas”, Judas en “El beso de Judas”… y, por supuesto, Don Quijote en “Don Quijote de La Mancha” y el Padre Superior en “Marcelino, pan y vino”.


José María Rodero se estrenó en la gran pantalla en 1945. Después intervino en “Cinco lobitos” y “Séptima página”, también fue Octavio en “Balarrasa”, Juan en “Ronda española” y Don Luis Mejía en “Don Juan Tenorio”. Formó parte del reparto de “Esa pareja feliz”, “Novio a la vista” y “La herida luminosa”. Y fue Vicente García en “¡Viva lo imposible!”, Don Arturo en “Los tramposos”, Don Heliodoro en “La becerrada”En la pequeña pantalla queda su maravilloso Alberto Barea de “Anillos de oro”.


Alfredo Mayo iniciaba su carrera cinematográfica en 1935. “La florista de la reina”, “Raza”, “¡A mí la legión!” o “Malvaloca” fueron títulos de su primera andadura como actor. Luego fue Ernesto Acevedo en “Deliciosamente tontos”, Luis de Aracil en “El santuario no se rinde”, Manrique en “La leona de Castilla”, Don Álvaro en “El alcalde de Zalamea”… Intervino después en otros títulos como “El último cuplé”, “15 bajo la lona”, “Don Lucio y el hermano Pío”… Y también fue Don Juan de Porres en “Fray Escoba” o el Padre Francisco de Borja en “Teresa de Jesús”. Apareció en “55 días en Pekín” y “El señor de La Salle” y luego fue Paco en “La caza”, Pablo en “Peppermint Frappé” y Don Nicolás de Valcárcel en “El bosque del lobo”. En televisión, nos dejó a su magistral Tío Palomo de “Cañas y barro” y apareció después en otros títulos cinematográficos como “La leyenda del tambor”, “Bearn o la sala de las muñecas” o “Luces de bohemia”. 

4 comentarios:

miquel zueras dijo...

Hola, Clementine! Recuerdo especialmente a Closas, sobre todo en "La muerte de un ciclista" que aguanta muy bien el paso del tiempo. Elegante dentro y fuera de la pantalla y una voz inconfundible. Su último trabajo fue actuando en catalán en la serie "Sóc com sóc" (Soy como soy) de TV-3.
Tomás Blanco era un habitual del cine patriotero de la época "Once bajo la lona"... y de niño, cunado veía Estudio 1, Rodero me metía un poco de miedo. Tenía una cara inquietante.
Un buen repaso por los áctores de una época que no hay que dejar en el olvido.
Besos!
Borgo.

Clementine dijo...

¡Hola, mi querido Miquel!
Gracias, les debía este pequeño homenaje a estos siete elegantes de nuestro cine.
Rodero te metía un poco de miedo... jajaja, bien cierto que de joven era muy distinto que luego ya con más edad, yo lo que descubrí con el tiempo en Rodero y en sus películas más antiguas fue su lado cómico, claro que los intérpretes de antes se preparaban muy bien para las dos caras del teatro, estaban hechos de otra pasta.
¡Muchos besos, Borgo, y feliz verano!

Alicia dijo...

Todos elegantes, pero....¡¡qué guapo Alfredo Mayo!!!

Clementine dijo...

Uf, sí, Alicia, era muy guapetón Alfredo Mayo, ya se le adivina un poco al verle de mayor.