“La mujer del obispo” basaba su historia en la novela homónima del novelista y poeta estadounidense Robert Nathan. Anteriormente habían sido adaptadas al cine otras novelas suyas como “One more spring” (Otra primavera) o “The enchanted voyage” (Wake up and dream) y un año después de “La mujer del obispo”, era adaptada a la pantalla otra: “Portrait of Jennie”, que se convirtió en un clásico del cine protagonizado por Jennifer Jones y Joseph Cotten.
El guión de “La mujer del obispo” venía firmado por el dramaturgo estadounidense Robert E. Sherwood. Autor de las obras en las que se basaron “El puente de Waterloo” y “El bosque petrificado” y autor de la historia original de “Escándalos romanos”, Sherwood había también intervenido en los guiones de “Rasputín y la zarina”, “La pimpinela escarlata”, “El fantasma va al Oeste”, “Las aventuras de Marco Polo”, “María Antonieta”, “Lincoln en Illinois”, “Paso al Noroeste”, “Rebeca” o “Los mejores años de nuestra vida”. Qué maravilla.
En el guión de “La mujer del obispo” también colaboró Leonardo Bercovici. Y una pareja de lujo, Billy Wilder y Charles Brackett, que fueron llamados para reescribir un par de escenas.
“La mujer del obispo” era dirigida por Henry Koster, director alemán que llevaba tras las cámaras desde 1932 y tras de sí títulos como “Peter”, “La madrecita” o “La sensación de París”. También había dirigido ya “Al compás del corazón”, “La danza inconclusa”, ambas con Margaret O’Brien, y otros seis títulos con Deanna Durbin. Tras “La mujer del obispo”, Koster nos regalaba otros clásicos como “El inspector general”, “El invisible Harvey”, “La túnica sagrada” o “Desirée”.
“Todos venimos de nuestro propio planeta. Por eso somos todos diferentes. Y eso es lo que hace la vida interesante”
Cary Grant daba vida a Dudley, el ángel. Cary llevaba a toda pantalla desde 1932 y tras de sí un buen número de títulos cinematográficos, entre los que se encontraban “La Venus rubia”, “No soy ningún ángel”, “La gran aventura de Sylvia”, “Una pareja invisible”, “La pícara puritana”, “La fiera de mi niña”, “Vivir para gozar”…
… y otros clásicos (madre mía, qué guapo) como “Sólo los ángeles tienen alas”, “Luna nueva”, “Mi mujer favorita”, “Historias de Filadelfia”, “Sospecha”, “Arsénico por compasión”, “Un corazón en peligro”, “Noche y día” o “Encadenados”. Cary tenía ya un perfecto dominio de la comedia. Su interpretación en “La mujer del obispo” resulta, sencillamente, perfecta.
“¿Seguro que es usted un ángel?”
A través de David Niven conocíamos a Henry Brougham, el obispo. También desde 1932 en el cine, el espectador le había visto ya en títulos como “Ciudad sin ley”, “La tragedia de la Bounty”, “Esplendor”, ”La carga de la Brigada Ligera”, “El prisionero de Zenda”, “La octava mujer de Barba Azul”, “The Dawn Patrol”…
… y en otros clásicos como “Cumbres Borrascosas”, “Mamá a la fuerza”, “La jungla en armas” o “Caballero y ladrón”. David no se quedaba atrás en el arte de la comedia. Su actuación en esta película es, simplemente, magistral.
Henry, Dudley y…
“Hay pocas personas que saben crear un cielo en la Tierra, y usted es una de esas personas”
Julia Brougham nos era presentada por Loretta Young. Loretta llevaba en la gran pantalla algo más, desde el aún silente 1917, y había aparecido ya en títulos como “El caíd”, “Sangre en las olas”, “Beau Ideal”, “La jaula de oro”, “Fueros humanos”, “La llamada de la selva”, “Las cruzadas”…
… y en otros clásicos como “Suez”, “Kentucky”, “El gran milagro”, “Eternamente tuya”, “El caballero del Oeste”, “El extraño”, “Un matrimonio perfecto” o “Un destino de mujer”. Loretta hacía también un correcto papel como la mujer del obispo Brougham.
La maravillosa fotografía de “La mujer del obispo” era obra de un auténtico maestro en la materia. El norteamericano Gregg Toland llevaba deleitando con su trabajo al espectador cinematográfico desde 1926 en títulos como “Flor del desierto”, “La reina Kelly”, “Caballero y ladrón”, “Escándalos romanos”, “Noche nupcial”, “Esos tres”, “Rivales”, “Calle sin salida”, “Cumbres Borrascosas”, “Intermezzo”, “Las uvas de la ira”, “El forastero”, “Ciudadano Kane”, “La loba”, “Bola de fuego”, “Los mejores años de nuestra vida”… Qué grande Toland, qué grande. Inmenso.
La buena factura de “La mujer del obispo” quedaba redondeada con el montaje de Monica Collingwood y la dirección artística firmada por Perry Ferguson y George Jenkins…
Y por la banda sonora a cargo del compositor californiano Hugo Friedhofer, en el cine desde 1929 y ya con trabajos a sus espaldas como “El conquistador”, “El carnet amarillo”, “La pequeña coronela”, “Sueño de amor eterno”, “El signo del Zorro”, “Naúfragos”, “La mujer del cuadro”, “Gilda” o “Los mejores años de nuestra vida”.
En el departamento musical de “La mujer del obispo”, además, se encontraba como arreglista Jerome Moross, futuro compositor de la banda sonora de “Horizontes de grandeza”.
“¡Así no se empieza!
Los cuentos empiezan ‘Érase una vez’…”
Karolyn Grimes era Debbie, la hija de Julia y Henry. Karolyn ya era rostro conocido de la pantalla por haber interpretado el año anterior en “¡Qué bello es vivir!” a Zuzu, una de las hijas de George Bailey...
…Sí, ésta era, que confiaba plenamente en que su padre le pegaría los pétalos rotos a su pequeña flor. Karolyn había debutado a toda pantalla en 1945 y en su filmografía se encontraban ya también otros títulos como “Aquella noche contigo”, “Amor sublime”, “Cielo azul”, “La vida privada de Bel Ami” o “Los inconquistables”.
“Me compro un árbol de Navidad porque me recuerda a mi infancia. No sé por qué pero ésta es una buena época del año para mirar atrás…”
Monty Woolley era el entrañable Profesor Wutheridge. Monty había ya aparecido en el cine en títulos como “La reina de Nueva York”, “La vuelta de Arsenio Lupin”, “Tres camaradas”, “Cómicos en París”, “Zaza”…
… y en otros clásicos como “Medianoche”, “El hombre que vino a cenar”, “The pied piper”, “Desde que te fuiste” o “Noche y día”. Monty nos brindaba un impecable profesor en “La mujer del obispo”.
“¿Ya no cree que eso pueda dar la idea de que toda la catedral es en honor de mi marido?”
La señora Hamilton era interpretada por Gladys Cooper, actriz teatral que se asomaba al cine en 1913 y había dejado ya su buen trabajo en las pantallas en películas como “Rebeca”, “Espejismo de amor”, “Lady Hamilton”, “El gato negro”…
… y otros clásicos como “La extraña pasajera”, “Mr. Lucky”, “La canción de Bernadette”, “Las rocas blancas de Dóver”, “El valle del destino” o “Cartas a mi amada”. Gladys nos regalaba en “La mujer del obispo” una exquisita composición de su personaje.
“Ni un centavo, señor, ni un centavo. Tengo los bolsillos repletos de satisfacción. ¿Quieren saber por qué? Porque usted y la señora me han devuelto la fe en la naturaleza humana, así de simple”
El bueno de Sylvester, el taxista, nos llegaba a través del maravilloso James Gleason, a toda pantalla desde 1922 y ya con títulos a sus espaldas como “La melodía de Broadway”, “La canción del Ritz”, “La flota suicida”, “Noche de fantasmas”…
… y otros clásicos como “Asesinato en el acuario”, “El primer amor”, “La mina fantástica”, “Nido de águilas”, “Juan Nadie”, “Chicos de Broadway”, “Mi chica favorita”, “Seis destinos”, “Dos en el cielo”, “Arsénico por compasión”, “Las llaves del reino”, “Lazos humanos” o “La diosa de la danza”. Su Sylvester de “La mujer del obispo” era casi tan entrañable como él.
“Nadie pretende que sea normal, es un obispo”
Elsa Lanchester nos presentaba a Matilda, la criada. Elsa llevaba en el cine desde 1925 y ya era rostro conocido por títulos como “La vida privada de Enrique VIII”, “David Copperfield”, “El fantasma va al Oeste”, “Rembrandt”, “El hijo de la furia”, “Seis destinos”, La escalera de caracol”, “El filo de la navaja” y, por supuesto, “La novia de Frankenstein”. En "La mujer del obispo" Elsa nos ofrecía una memorable Matilda.
“Ella y el obispo se han ido a hacer unas visitas,
la última a la señora Hamilton”
Sara Haden daba vida a Mildred Cassaway, la secretaria del obispo. Sara era ya conocida por el espectador desde 1934 a través de películas como “Mística y rebelde”, “La pasión de Vergie Winters”, “Música en el aire”, “Las manos de Orlac”, “A través de la tormenta”, “La pequeña vigía”, “Las vacaciones del juez Harvey”, “El bazar de las sorpresas”, “Barnacle Bill” o “La mujer del año”. Sara era en “La mujer del obispo” una secretaria de lo más eficaz.
Completaban el sensacional reparto Dorothy Vaughan (Delia, la cocinera), Erville Anderson (Stevens), Tito Vuolo (Maggenti), Regis Toomey (Mr. Miller), Sarah Edwards (Mrs. Duffy), Eugene Borden (Michel)…
… el Mitchell Boys Choir, que nos deleitaban con “Noël (Montez à Dieu)” de Charles Gounod…
… el perro Queenie, que se interpretaba a la perfección a sí mismo…
… y Bobbie Anderson, en un pequeño papel como compañero de juegos de Debbie. Bobbie había sido ya visto el año anterior como George Bailey de niño en “¡Qué bello es vivir!”.
Seguro que ahora queréis que os cuente más cosas sobre “La mujer del obispo”. Pues vamos allá...
En un principio, la película iba a ser dirigida por William A. Seiter. Se había elegido como protagonista a Teresa Wright y el nombre de Dana Andrews sonaba como candidato para uno de los otros dos papeles principales. Entonces Seiter fue despedido del proyecto por Goldwyn y se decidió no mantener tampoco a Teresa al conocerse que estaba embarazada.
Finalmente fue elegida Loretta Young. Y Cary Grant y David Niven, que harían, respectivamente, de obispo y de ángel. Pero el nuevo director del proyecto, Henry Koster, vio lo que se había rodado hasta entonces y se dio cuenta de que los dos actores debían cambiar sus personajes. También se dice que fue Grant quien sugirió esta idea. Sea como fuere, no pudo ser más acertada.
Al demorarse la producción de la película por el cambio de director y guión, varios de los actores de reparto tuvieron que retirarse por tener compromisos previos. Entre ellos, Elsa Lanchester, que había sido elegida para interpretar a Matilda. Pero se retrasó tanto la producción que a Elsa le dio tiempo a completar su otro compromiso y unirse a este otro proyecto…
Y anda que estaba poco contenta Elsa, digo, Matilda… Pues normal.
La interpretación de arpa que hacía Dudley para la señora Hamilton corrió a cargo del arpista norteamericano Gail Laughton. Las manos en primer plano que se ven en la pelicula eran de Laughton.
Y en cuanto a The Mitchell Boys Choir (también conocido como The Robert Mitchell Boy Choir) debéis saber que aparecieron en otros veinte títulos cinematográficos entre 1938 y 1958, así como en tres diferentes programas de televisión entre 1958 y 1969.
Producción de Samuel Goldwyn Company, “La mujer del obispo” (The bishop's wife) fue estrenada el 9 de diciembre de 1947 en Nueva York.
Obtuvo el Oscar al mejor sonido siendo también nominada a mejor película, director, montaje y banda sonora.
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!
4 comentarios:
Esta peli la conocí gracias a ti y me gustó muchísimo. Y no sé por qué no se la conoce más. ¿ Tú lo sabes?,eh,Clementine, ¿lo sabes?
Pues está muy claro, Alicia, porque... porque... porque... ¿Y yo qué sé? El mundo a veces está al revés, mira cómo todo el mundo ha oído hablar de "Zampo y yo".
Y oye, qué mal te has colocado en el comentario, estás como muy arriba...
Es que está escrito desde la tablet de Susana, que me he ido a hacer de canguro de Mica (que todo lo quieres saber...)
Espero que hayas saltado muy alto... claro, por eso te has quedado tan arriba en tu comentario.
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