“Estar
casada con Paul es estar casada
con el hombre más considerado y romántico”
“Joanne siempre me ha dado apoyo incondicional en todas mis decisiones y esfuerzos, eso
incluye mis carreras de coches,
que ella deplora. Para mí eso es amor…
Sin ella
no sería de ningún lugar, no sería nada”
En
su pasada edición, el Festival de Cannes nos era lujosamente presentado con un
cartel muy, muy especial. En él aparecían nada menos que Paul Newman y su mujer
Joanne Woodward.
“El
cartel ofrece una imagen luminosa y tierna de pareja moderna, enlazada en una
figura en equilibrio perfecto y que recuerda como al remolino del amor… La
visión de esos dos enamorados tomados desde una posición como de vértigo y que
pierden cualquier referencia apela a vivir el cine como un deseo sin fin.
Encarna
a la perfección el espíritu del cine… Para el Festival es la ocasión de rendir
homenaje a la memoria de Paul Newman, desaparecido en 2008, y de hacer llegar
un saludo lleno de admiración a Joanne Woodward, su mujer y su intérprete por
elección”
(Los
organizadores del Festival)
El
diseño de este maravilloso cartel partía de una fotografía tomada durante el
rodaje de “Samantha”, título protagonizado por Newman y Woodward en 1963. Fotografía
ésta que sirvió también para diseñar el cartel de la propia película.
Paul
y Joanne acudieron al citado Festival de Cannes en 1958, año en el que fue
seleccionada a competición “El largo y cálido verano”, primero de los films que
protagonizó la pareja.
En
años posteriores Newman y Woodward volverían a coincidir en dicho festival,
esta vez en calidad de director y actriz, respectivamente, y en relación a otros
dos títulos comunes: “El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas” y “El
zoo de cristal”.
Joanne
Gignilliat Trimmier Woodward nacía el 27 de febrero de 1930 en Thomasville,
Georgia. Tras estudiar dos años en la Universidad de Louisiana, Joanne se trasladaba
a Nueva York para recibir clases de arte dramático en el Actor’s Studio.
Paul
Leonard Newman nacía el 26 de enero de 1925 en Shaker Heights, Ohio. Tras un
año en el Yale School of Drama, en Connecticut, Paul pasaba al Actor’s Studio
de Nueva York.
Y
en el Actor’s Studio se conocían Paul y Joanne, Joanne y Paul, en 1953. Ese mismo
año, durante los ensayos de la obra de teatro “Picnic” en la que ambos
intervenían, nacía entre ellos una relación sentimental que se afianzaría cinco
años más tarde durante el rodaje de “El largo y cálido verano”.
Joanne y Paul contraían matrimonio el 29 de enero de 1958…
…
el 26 de marzo Joanne recibía el Oscar a la mejor actriz por
“Las tres caras de Eva”…
…
y el 3 de abril de ese mismo año se estrenaba “El largo y cálido verano”.
Posteriormente,
Newman y Woodward compartirían también protagonismo en “Un marido en apuros”,
“Desde la terraza”, “Un día volveré”, “Samantha”, “Un hombre de hoy” y, más
recientemente, en el largometraje “Esperando a Mr. Bridge” y en la serie
“Empire Falls”.
“Me
había gustado mucho la novela de Margaret Laurence. La historia también le
interesaba a mi mujer. El guionista, Stuart Stern, me entregó el texto y me
pidió mi opinión. Después de decirle algunas ideas que se me ocurrieron, me
rogó que dirigiera la película. Al principio me negué, pero después descubrí un
placer inmenso en hacer un trabajo que era completamente nuevo para mí”
“Raquel,
Raquel” (1968) fue el primer largometraje de Paul Newman como director. También
fue la primera ocasión en que dirigió a su mujer como protagonista de la
película.
Posteriormente,
Newman la dirigiría también en “El efecto gamma sobre las margaritas”, “Harry e
hijo” y “El zoo de cristal”, así como en el telefilme “La caja oscura”.
Joanne y Paul, Paul y Joanne, tuvieron tres hijas.
Y
fueron muy, muy felices.
“Soy
hijo de un indio renegado y miserable que robaba gasolina en las afueras de la
Reserva de Shaker Heights, Ohio. Mi madre era una pobre inválida. Yo me pasaba
los días leyendo poesía. Cuando murió mi padre, me puse a vender cepillos.
Tenía 13 años y toda la familia vivía a mi costa. El día que cumplí los 17 me
escapé de casa y me enrolé como grumete en un barco de pesca de bandera iraní.
Perdí la virginidad a los 14 años con una chica esquimal, lo que, sin duda, es
la razón por la que, desde entonces, me pirre por la comida esquimal. Pronto
aprendía el viejo truco de Speedy Gonzales de aparcar en doble fila frente a
los burdeles, y nunca me pusieron una multa. Después de eso fui leñador,
conduje un camión cargado de nitroglicerina, fui un gran admirador de Brigitte
Bardot y uno de los mejores fabricantes de palomitas de maíz del país. Luego
fui descubierto por Erich Von Stroheim, que para entonces ya estaba muy viejo.
Me recomendó entusiasmado a Walt Disney. El resto es historia. Empecé haciendo
las voces en varios dibujos animados (hice de Gruñón en ‘Blancanieves y los
siete enanitos’). Cuando llegué a la cumbre del éxito, me convertí en estrella
de películas porno. Algunas todavía se pueden ver por ahí…
…
Mi mujer no sabe nada de esto, por supuesto”
(Paul
Newman, en una entrevista concedida por el actor
a la revista Playboy en 1968)
“Para ti,
Alicia. Por serme fiel hasta el infinito y más allá.
Y muy feliz día, muy feliz, muy feliz, muy feliz…”
(Tu Paul)
5 comentarios:
curiosa historia de amor, me ha gustado leerla
besos,
Lapsus, lapsus!! Se me había olvidado!!
Gracias Paul, es todo un detalle que te acuerdes de mí y que me dediques palabras tan cariñosas. Pero ¿no te parece cruel el restregarme a Joanne por toa la cara? Es la mujer que más envidio del mundo, y no es plan que además le coja manía..(Pilar Bardem coincide en esto conmigo)
Qué buenas fotos, Clementina, cagoenlamar...
Me alegro, maslama, a mí me ha gustado contarla. Más besos para ti.
Si ya decía yo... ¡¡¿en qué estarías pensando, en qué?!!
Es que era Hank y Jane, Bob y Jane... pero no había Paul y Jane, no, así que... Paul y Joanne. En cuanto a tus problemas de envidia, eso ya es cosa tuya.
Clementina, Clementina... ésa no iba en diligencia, ésa era la de "El diluvio que viene", buena mujer...
Desde luego formaron una pareja real y cinematográfica mucho más plácida que la de Burton y Liz Taylor. Aunque si yo fuera Woodward no habría transigido en lo de la salsa Newman para ensaladas ¡Eran horribles!
"Los efectos de los rayos..." era un drama nuy curioso y bien interpretado. En América fue un tremendo fracaso comercial.
Lo de la esquimal y las películas porno me ha hecho gracia. Me ha recordado al primer porno al que puse la voz en el doblaje.
Besos. Borgo.
Desde luego que sí, Miquel, la de Burton y Taylor fue muy distinta. A mí la de "Los efectos..." me gusta un montón, me resulta muy original, de las salsas Newman no puedo opinar, no tengo referencias. Besos, Borgo.
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