Helene Hanff, una escritora que sobrevive en un apartamento de Nueva York confeccionando guiones para la televisión, decide un buen día pedir varios clásicos de la literatura inglesa a Marks & Co., una pequeña librería londinense situada en el número 84 de Charing Cross Road. Su carta es contestada por Frank Doel, empleado de la librería, iniciándose entre ellos una cada vez más entrañable correspondencia que se verá prolongada a lo largo de dos décadas…
En 1969, la escritora estadounidense Helene Hanff publicaba
“84, Charing Cross Road”, un
maravilloso libro en el que la autora recogía una selección de la
correspondencia que, desde 1949 a 1968, mantuvo con el librero Frank
Doel.
La enorme acogida de este libro llevó en 1975 a la BBC a adaptarla
en forma de episodio de una serie televisiva. Más adelante, en 1981, James Roose-Evans
la trasladaba a los escenarios, consiguiendo la obra un gran éxito en el West
End de Londres y en el off-Broadway de Nueva York.
Y en la segunda mitad de la década de los 80, el cineasta
estadounidense Mel Brooks adquiría los derechos del libro para su adaptación
cinematográfica y se lo ofrecía a su mujer, Anne Bancroft, como regalo de
aniversario.
David Hugh Jones y Hugh Whitemore eran elegidos por Brooks
como director y guionista, respectivamente, del proyecto, recalcándoles a ambos
que respetaran al máximo el texto original del libro.
El director británico David Hugh Jones se había movido hasta entonces mucho más por la pequeña pantalla a través de diversas series y telefilmes. La magistral dirección de “La carta final” suponía tan sólo su segundo trabajo cinematográfico, al que siguieron después otros como “Jacknife”, “El proceso de Kafka” (también con Hopkins en el reparto) o “Visto para sentencia”.
El director británico David Hugh Jones se había movido hasta entonces mucho más por la pequeña pantalla a través de diversas series y telefilmes. La magistral dirección de “La carta final” suponía tan sólo su segundo trabajo cinematográfico, al que siguieron después otros como “Jacknife”, “El proceso de Kafka” (también con Hopkins en el reparto) o “Visto para sentencia”.
El dramaturgo y guionista Hugh Whitemore llevaba ya, por el
contrario, infinidad de trabajos tanto para el cine como para la televisión. En
“La carta final” nos regalaba una exquisita adaptación del libro de Helene
Hanff.
El también británico Brian West nos brindaba una precisa y
adecuada fotografía. En el cine desde 1970 con títulos como “Billy, dos
sombreros”, “Tres forajidos y un pistolero” o “La ruleta rusa”, West había
dejado también ya su huella en la serie televisiva “Holocausto”.
Y la banda sonora nos era ofrecida por George Fenton,
compositor británico del que ya conocíamos títulos cinematográficos como “En
compañía de lobos” o “Pasiones en Kenia” y series televisivas como “La joya de
la corona”. Tras “La carta final”, Fenton nos brindaría también su música en “Las
amistades peligrosas”, “El rey pescador”, “Atrapado en el tiempo”, “Tierras de
penumbra”, “Mary Reilly”, “Tienes un e-mail”, "Búho Gris” o “Ana y el rey”.
Anne Bancroft nos maravillaba a través de Helene Hanff, su
personaje en esta historia. Neoyorkina de nacimiento, y tras aparecer en
diversas series de la pequeña pantalla, Anne debutaba en el cine en 1952 con
“Niebla en el alma”, título al que siguieron otros como “Demetrius y los
gladiadores”, “El milagro de Ana Sullivan” (memorable interpretación), “Siete
mujeres”…
… “El graduado” (inolvidable personaje), “Paso decisivo”,
“El hombre elefante” o “Agnes de Dios” antes de su maravillosa Helene de “La
carta final”.
Anthony Hopkins era para nosotros un exquisito Frank Doel.
Anthony había debutado como actor televisivo en 1965 y en el cine dos años
después con “The white bus”. En 1968 le llegaba su primer papel cinematográfico
relevante en “El león en invierno”, título
al que siguieron otros como “El joven Winston”, “Casa de muñecas”, “Las dos
vidas de Audrey Rose”, “Un puente lejano”…
… “Magic”, “El hombre elefante” o “Motín a bordo” antes de regalarnos
a su encantador personaje de “La carta final”, cuyo rodaje alternó el actor con
la representación de la obra teatral “Pravda”.
También debutante televisiva, Judi Dench había sido ya vista además en títulos cinematográficos como “Un pasado en sombras” o “Una
habitación con vistas”. En “La carta final”, Judi daba vida a Nora, la esposa
de Frank.
“Yo me sentí un poco intimidada. Había visto su actuación en
‘Pravda’ y pensé: ‘Dios mío, es un genio’. Pero rodar con él fue un verdadero
placer. El humor era su rasgo más notable – un humor maravilloso e ingenioso –
y era evidente que se sentía muy cómodo en el cine, cosa que a mí no me
ocurría. Si se esforzó más de lo normal, no lo noté. Parecía frío, correcto, lo
dominaba todo”
El personaje de Nora no aparecía en la adaptación teatral
del libro y, curiosamente, Dench y su esposo, el actor Michael Williams, habían
rechazado anteriormente la oferta de interpretar a Hanff y a Doel en la citada
versión teatral.
La también neoyorkina Mercedes Ruehl interpretaba en esta historia a Kay, una
de las amigas de Helene. En el cine desde 1976, Ruehl llevaba ya títulos como
“Georgia”, “Se acabó el pastel” o “Días de radio”.
Y completaban el excepcional reparto de “La carta final” nombres como Jean
De Baer (Maxine Stuart), Maurice Denham (George Martin), Eleanor David (Cecily
Farr), Daniel Gerroll (Brian), Wendy Morgan (Megan Wells) o Ian NcNeice (Bill
Humphries).
El 13 de febrero de 1987 se estrenaba en Estados Unidos “La carta final” (84, Charing Cross Road), una maravillosa producción de Geoffrey
Helman y Mel Brooks para la Columbia Pictures.
Por su excelente trabajo en la película, Anne Bancroft
obtuvo el británico Premio Bafta como mejor actriz. En estos galardones también
fueron nominados el guión y Judi Dench como actriz secundaria.
Anthony Hopkins, también extraordinario en su personaje, ganó
el premio al mejor actor en el Festival de Cine de Moscú, siendo aquí también
nominado como director David Hugh Jones.
Y en 1989, Helene Hanff (como autora) y Hugh Whitemore (como
guionista) fueron galardonados en los USC Scripter Award, premios anuales que
otorga desde 1987 la Universidad del Sur de California a los mejores guiones
adaptados del año así como a los autores de las novelas.
Los escasos exteriores de “La carta final” fueron rodados en
Londres y Nueva York. Los interiores en los Shepperton Studios, ubicados en
Surrey (Inglaterra), llevándose los decorados gran parte del presupuesto de la
película.
Y es que, cuando se rodó “La carta final”, la librería Marks & Co. ya no existía como tal. Para entonces era una tienda de discos y en
2003 pasaba a ser un bar de vinos.
Aunque para los que hemos sido ya hipnotizados por la
película, y por el libro, esta preciosa librería seguirá siempre ahí, en el 84 de Charing Cross Road.
“Si por casualidad pasáis por el 84 de Charing Cross Road,
depositad un beso de mi parte. Le debo tanto…”
(Helene Hanff en “La carta final”)
5 comentarios:
No heleído el libro, pero la película me ha encantado!! Protagonizada por estos dos grandes actores, sabía que no me defraudaría!
Saludos.
A mí me pasa lo contrario, no he visto la película -que con este reparto tiene que estar muy bien- pero el libro me encantó. Es uno de los que más me gustaría que me encargaran ilustrar la portada. La película es una muestra del buen ojo de Brooks como productor, él decidió dar su oportunidad a David Lynch con 2El hombre elefante". ¿Qué se habrá hecho de Mercedes Ruehl? Me gustó mucho en "El rey pescador".Besos. Borgo.
Vi la película en su estreno en vídeo, y me encantó, pero por cosas de la vida no he vuelto a revisarla...la verdad es que es una película que la recuerdo como muy, muy, elegante, con ese toque, esa distinción de las buenas producciones británicas...¡Me apetece volver a verla!
La película es exquisitísima, y tu entrada hace que lo parezca más aún.
El libro no lo he leído, pero me parece que eso tiene una sencilla solución, ¿no verdad?
Exquisitísima es la palabra, Alicia, por los cuatro costados. Y lo del libro lo solucionamos pero ya.
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