El escritor austríaco Felix Salten publicaba
en 1923 “Bambi, una vida en el bosque”
(Bambi, Eine Lebensgeschichte aus dem Walde), un cuento que fue traducido al
inglés en 1928.
En 1933, el productor y director estadounidense
Sidney Franklin decidía llevar este libro a la gran pantalla como película de
acción real. La tecnología de la época no era la más adecuada para lo que tenía Franklin en mente, así que el proyecto se
retrasó unos años…
Ya en 1937 y tras ver “Blancanieves y los
siete enanitos”, Sidney Franklin le hablaba a Walt Disney de Bambi aunque ya como
película de animación…
Y Disney, por supuesto, aceptaba de inmediato
poniéndose manos a la obra con esta película que, en un principio, pretendía
lanzar como el segundo largometraje de los estudios. La perfección de Walt y su
búsqueda de realismo retrasó significativamente el proyecto hasta el punto de
ser estrenados antes que “Bambi” otros
títulos como “Fantasía”, “Dumbo”, “Pinocho”
y “El dragón chiflado”.
Principalmente dirigida por David D. Hand y
Perce Pearce, la historia de Bambi era adaptada en forma de guión para la gran
pantalla por Larry Morey, compositor americano ya conocido por sus mágicas
letras de las canciones de otros clásicos del estudio como la citada
“Blancanieves y los siete enanitos” o el cortometraje “Ferdinando, el toro”.
Frank Churchill, Edward H. Plumb y Larry Morey
… maravillosos temas que formaban parte de
una magistral banda sonora cuya música firmaban Frank Churchill (que ya nos
había regalado las partituras de cortometrajes como “Los tres cerditos” y
largometrajes como “El dragón chiflado”
o “Dumbo”) y Edward H. Plumb (que hacía aquí su segundo trabajo como compositor
tras debutar también con Disney en 1938
con el corto “Mother Goose goes to Hollywood”).
“Bambi” fue la primera y una de las escasas
veces en que las canciones no fueron interpretadas por cualquiera de los
personajes de la película, sino fuera de pantalla por un solista o un coro.
También de forma inusual para la época, Walt
Disney decidía en esta ocasión que las voces de los personajes principales de
pequeños fueran dobladas por niños en lugar de por adultos simulando voces
infantiles.
Donnie Dunagan debutó con cuatro años en la
gran pantalla, participando después en títulos cinematográficos como “El hijo
de Frankenstein” o “La torre de Londres”.
Dunagan contaba ocho años de edad cuando fue
elegido para la voz del pequeño Bambi. Donnie también fue el modelo para las
expresiones faciales del cervatillo.
En la versión latina, el pequeño Bambi nos
hablaba a través de la niña Pili González.
El personaje de Tambor (mi favorito de esta
película) no aparecía en la novela original de Saltens. Fue añadido por el
propio Disney para darle un tono más comico al conjunto del guión.
A sus seis años de edad, Peter Behn hizo una
prueba con otros niños para la voz del personaje de la madre de Tambor. Al
director de casting no le valió la prueba de Peter, pero a los animadores de
Disney les encantó su voz así que el niño fue convocado de nuevo…
En esta segunda ocasión,
Peter no sólo fue elegido para doblar al mismísimo Tambor sino que además los dibujantes se basaron en la
interpretación vocal del niño para diseñar a este maravilloso personaje.
Edmundo Santos Jr., hijo del actor y director
de doblaje Edmundo Santos (personaje fundamental del mundo Disney) le prestó su
voz al pequeño Tambor en su versión latina.
A la pequeña Flor la oímos a través de los
niños Stanley Alexander y Rosita González (sí, la hermana de ya citada Pili) en
la versión original y latina, respectivamente.
Cammie King Conlon era la voz de la pequeña
Falina en la versión original. Tres años atrás, el espectador americano había
descubierto a Cammie en el papel de Bonnie Blue Butler, la hija de Rhett y
Scarlett en “Lo que el viento se llevó”, debut en la gran pantalla de esta
pequeña actriz.
Nosotros escuchamos a la pequeña Falina a través de
“Almendrita”.
The Maine Development Commission envió al
estudio Disney dos cervatillos, de nombre Bambi y Faline, que permanecieron ahí
mientras los animadores estudiaban sus movimientos y comportamiento para ser
después liberados en el cercano Griffith Park.
Un año entero emplearon estos animadores estudiando
y dibujando ciervos y cervatillos para perfeccionar el aspecto de Bambi y los
demás de su especie. La dificultad principal estribaba en que los venados son
difíciles de dibujar en términos humanos por tener los ojos a ambos lados de la
cara y una boca que no se presta a la más mínima expresión.
En última instancia, el animador Marc Davis
resolvió estas dificultades infundiendo a Bambi los rasgos de un bebé humano.
Lo más difícil era conseguir el dibujo de las
astas de los ciervos lo más precisas
posibles debido a las distintas perspectivas. Así que se recurrió a un molde de
yeso de unos cuernos reales que fueron filmados en todos los ángulos posibles.
Actor americano de cine y televisión que
había debutado en la gran pantalla en 1933 y participado ya en títulos como
“20.000 años en Sing Sing”, “Sabotaje” o “El orgullo de los yanquis”, Hardie
Albright le prestaba su voz al joven Bambi.
A nosotros nos hablaba el joven Bambi a
través de Luis Bayardo.
Al joven Tambor le prestaba su voz Tim Davis,
en cuya filmografía se incluyen títulos como “Sinfonía de la vida”, “Ciudadano
Kane” o la más reciente “Birdy”.
Salvador Nájar fue el joven Tambor en la
versión latina.
Y la joven Flor contaba con un intérprete de
voz de auténtico lujo: Sterling Holloway, quien había debutado en la gran
pantalla en 1927 y llevaba ya tras de sí una larguísima carrera como actor
cinematográfico con títulos como “La locura del dólar”, “La Venus rubia”, “La
viuda alegre”, “Juan Nadie”, “El mundo está loco, loco, loco”… y en el mundo
animado de Disney ya había sido la voz de Mr. Store en “Dumbo”.
Tras oírle como la joven mofet… perdón, la
joven Flor, volveríamos a disfrutar con Holloway como uno de los narradores de
“Los tres caballeros”, el narrador de “Pedro y el lobo” y “Mickey y las judías
mágicas”, el gato de Cheshire de “Alicia en el País de las Maravillas” (Sterling
ya había interpretado a una rana en la versión de este cuento en imagen real
dirigida por Norman Z. McLeod en 1933), el narrador de “Lambert, el león
cobarde”, el ratón Amos de “Franklin y yo”, Winnie Pooh en sus cortometrajes
clásicos, la serpiente Kaa de “El libro de la selva”, Roquefort en “Los
aristogatos”… Grandísimo Sterling Holloway, toda una leyenda Disney.
Arturo Mercado fue para nosotros la joven
Flor.
Ann Gillis debutó a los siete años de edad en
la gran pantalla participando después en títulos como “El gran Ziegfeld” o “El
jardín de Alá” antes de hacerse tremendamente popular en 1938 como la Becky
Tatcher de la versión clásica de “Las aventuras de Tom Sawyer”. Ann intervino también
en “Beau Geste”, “Edison, el hombre” o “El cielo y tú” antes de prestar su voz,
ya con quince años de edad, a la joven Falina.
Para nosotros la joven Falina fue Diana
Santos, hija de Edmundo Santos y sí, hermana de Edmundo Santos, Jr., la voz
latina del pequeño Tambor en esta misma película.
La madre de Bambi tomaba prestada su voz en
el original de Paula Winslowe, actriz que debutó precisamente con este papel
para dedicarse después en exclusiva al mundo televisivo participando en series
como “Te quiero, Lucy” o “Perry Mason” y poniendo la voz a varios personajes de
“Los Picapiedra”. Paula también apareció brevemente en “Con la muerte en los talones”.
Amparo Garrido fue para nosotros la madre de
Bambi.
El actor teatral Fred Shields hizo también su
debut cinematográfico en “Bambi” prestándole su voz al Gran Príncipe del
Bosque. Shields fue después el narrador de “Saludos amigos”, “Los tres
caballeros” y varios cortometrajes de la factoría Disney.
La versión latina del Gran Príncipe del
Bosque nos era ofrecida por Carlos Petrel.
La madre de Tambor (y de todas sus hermanas)
hablaba en el original a través de Margaret Lee, actriz que había debutado en
la gran pantalla en 1927 y llevaba un total de catorce títulos cuando fue
elegida para formar parte de “Bambi”. Cuatro años más tarde, Margaret se
retiraba del cine.
María Santander era la madre de Tambor en su
versión latina.
El simpático Señor Búho de “Bambi” tomaba
prestada su voz original del veterano actor Will Wright, quien a lo largo de su carrera participó en títulos
cinematográficos tan clásicos como “Sabotaje”, “Seis destinos”, “El mayor y la
menor”, “Perversidad”, “Noche eterna”, “La costilla de Adán”, “Niágara”,
“Johnny Guitar”, “La herencia del viento”… y en infinidad de series
televisivas.
Nosotros oímos al Señor Búho a través de Luis
Manuel Pelayo.
La actriz Marie Lansing se ocupaba en el original
de las voces de Tía Ena (la madre de Falina) y de la Señora Zarigüeya. Lansing había debutado en la gran pantalla en
1929, dedicándose tras “Bambi” en exclusiva al mundo televisivo, participando en
infinidad de series como “Te quiero, Lucy”, “Doctor Kildare o “Embrujada”.
Nosotros oímos a la tía Ena a través de
Magdalena Ruvalcaba.
Y Marion Darlington interpretaba el sonido de
los pájaros en “Bambi”. Y en “Blancanieves y los siete enanitos”, en “Pinocho”
y, más adelante, en “La Cenicienta”.
Completaban el excepcional reparto de voces
en el original Thelma Boardman, Thelma Hubbard, Bobette Audrey, Janet Chapman,
Jeanne Christy, Dolyn Bramston Cook, Jack Horner, Babs Nelson, Sandra Lee
Richards, Francesca Santoro y Elouise Wohlwend.
Producida por Walt Disney para la Walt Disney
Productions, “Bambi” (Bambi) fue estrenada en Londres, hace hoy ya 70 años, el 8 de Agosto de 1942. Por increíble que
parezca, no tuvo demasiado éxito en taquilla llegando a perder dinero, aunque
recuperó considerablemente su coste en su relanzamiento de 1947.
Obtuvo tan sólo tres nominaciones en los
Premios Oscar: mejor banda sonora, mejor canción (“Love is a song”) y mejor
sonido. Años más tarde, Walt Disney recibiría un Globo de Oro especial por este
maravilloso largometraje.
Para diseñar las escenas de “Bambi”, Disney viajó a Argentina en 1941 y allí se inspiró en los bosques de la
provincia de Neuquéns, al suroeste de Argentina.
Los extraordinarios fondos de “Bambi” tenían
como base los dibujos del también extraordinario artista chino Tyrus Wong,
quien trabajó para los estudios de 1937 a 1941.
En 2011 “Bambi” fue seleccionada por la
Biblioteca del Congreso de Estados Unidos para su preservación en el Registro
Nacional de Cine como cultural, histórica y estéticamente significativa.
Al final de los maravillosos títulos de
crédito iniciales de “Bambi”, muy bien acompañados por el tema musical “Love is a song”, aparece la siguiente dedicatoria: “A Sidney A. Franklin nuestro sincero agradecimiento por su
inspirada colaboración”.
Sí, Tambor, también va dedicada esta entrada a Sidney A. Franklin. Y a Felix Salten, a Walt Disney, a sus animadores, a sus
músicos, a los cervatillos reales… Y a la madre de Bambi.