domingo, 25 de septiembre de 2016

GEORGE KENNEDY


George Kennedy, uno de los más grandes actores del cine y la televisión, se nos iba, a los 91 años de edad, el pasado 28 de febrero.

Como George Harris Kennedy, Jr. nacías, en Nueva York, el 18 de febrero de 1925. Tu madre era bailarina y tu padre, director de orquesta y músico…

Te graduaste en la escuela secundaria, y más tarde te alistabas en el ejército de los Estados Unidos con la esperanza de convertirte en piloto de combate, terminando en Infantería bajo las órdenes del General Patton. 

En 1956 te asomabas a la pequeña pantalla en el espacio televisivo “The Phil Silvers Show”. Y después apareciste en multitud de series televisivas entre las que se encontraban “Colt.45”, “Cheyenne”, “El comisario”, “Lawman”, “Peter Gunn”, “Maverick”, “Route 66”, “Klondike”, “The Americans”… 


Y en 1961, dirigido por Andrew V. McLaglen, debutabas a toda pantalla en “Una razón para vivir”, largometraje al que seguían otras tantas apariciones televisivas en series como “The asphalt jungle”, “Bat Masterson”, “Los intocables”, “La llamada del Oeste”, “Outlaws” o “Thriller”.


En 1962 volvías a la gran pantalla con “Los valientes andan solos”, con guión de Dalton Trumbo basado en la novela “Brave cowboy” de Edward Abbey, donde actuabas junto a Kirk Douglas, Gena Rowlands y Walter Matthau. 

Más series de televisión como “77 Sunset Strip” o “El pistolero de San Francisco”…


… una nueva intervención cinematográfica, esta vez bajo la dirección de Frank Tashlin y compartiendo cartel con Danny Kaye y Telly Savalas, en “Solo contra el hampa”…


… y, una vez más, en la televisión en series como “Perry Mason”, “El show de Andy Griffith” o “El fugitivo”. 


En 1963 te llegaba tu primer papel relevante en “Charada”, a las órdenes de Stanley Donen y compartiendo cartel con Audrey Hepburn, Cary Grant, James Coburn y Walter Matthau. 

Y tras otros títulos cinematográficos como “La armada de McHale” o “La isla de los delfines azules”, y otras tantas series televisivas entre las que se encontraban “Barco a la vista”, “Bonanza” o “La hora de Alfred Hitchcock”…


… intervenías en “Canción de cuna para un cadáver”, gran clásico del cine dirigido por Robert Aldrich, que contaba con Bette Davis y Olivia de Havilland como principales protagonistas. 


Ya en 1965, llegaban otros títulos cinematográficos como “Primera victoria”, film bélico bajo las órdenes de Otto Preminger, donde actuabas junto a John Wayne, Kirk Douglas y Patricia Neal… 


... “Espejismo”, protagonizada por Gregory Peck y Diane Baker bajo la dirección de Edward Dmytryk…


… o “El valle de la violencia”, junto a James Stewart, Doug McClure, Glenn Corbett, Patrick Wayne y Katharine Ross, dirigidos por Andrew V. McLaglen. 


En ese mismo 1965 fuiste Curley en “Los cuatro hijos de Katie Elder”…


… y Bellamy en “El vuelo del Fénix”.

Y seguiste apareciendo en la pequeña pantalla en series como “Laredo”, “Valle de pasiones”, “La ley del revólver” o “El virginiano”.



Ya en 1967 fuiste Arch Ogden en “Desafío en el rancho”, el Sheriff Coombs en “La noche deseada”…


… y el Mayor Armbruster en “Doce del patíbulo”, un grandísimo clásico del género bélico, dirigido con maestría por Robert Aldrich, en el que trabajaste al lado de figuras de la talla de Lee Marvin, Ernest Borgnine, Charles Bronson, John Cassavetes, Robert Ryan, Telly Savalas, Donald Sutherland… Qué maravilla. 


Y después, en ese mismo año, eras Dragline

“Lo maravilloso de aquel drama es que, según avanzaba mi personaje, yo pasaba de
ser el malo al bueno”




… un exquisito personaje que componías con auténtica maestría para la ya mítica película “La leyenda del indomable”…


… extraordinaria interpretación la tuya que te valía un merecidísimo Oscar al mejor actor secundario al año siguiente. También fuiste nominado por este papel en los Globos de Oro




Llegaban después para ti otros títulos cinematográficos como “Bandolero”, “La leyenda de Lylah Clare” o “El estrangulador de Boston”.



Y, ya en 1969, “La furia de los siete magníficos” y “Un hombre impone la ley”. 


En 1970 formabas parte del elenco interpretativo de “Aeropuerto”. Junto a ti, Burt Lancaster, Dean Martin, Jean Seberg, Jacqueline Bisset, Helen Hayes, Van Heflin, Maureen Stapleton, Lloyd Nolan… Y después, otros títulos cinematográficos como “Falso testimonio”, “Duelo de pillos”…


… “Cerco de fuego”, junto a James Stewart, Kurt Russell y Strother Martin…


… y “Horizontes perdidos”, musical basado en la homónima novela de James Hilton en el que aparecías junto a Michael York, Peter Finch, Sally Kellerman y Bobby Van, entre muchos otros. 


Ya en 1973, intervenías en otro clásico del cine: “La soga de la horca”, bajo la dirección de Andrew V. McLaglen y compartiendo cartel con John Wayne, Gary Grimes…


… y el mítico Jackie Coogan.


Un año después, eras Red Leary en “Un botín de 500.000 dólares”…


… volvías a ser Joe Patroni, esta vez en “Aeropuerto 75”…


… y aparecías, de nuevo junto a Charlton Heston, en “Terremoto”.


En 1975 eras dirigido por Clint Eastwood en “Licencia para matar”…


… y ese mismo año te llegaba un personaje televisivo por el que serás recordado siempre…



Bumper Morgan, “El caballero de azul”. 


Ese mismo año dabas vida por tercera vez a Joe Patroni en “Aeropuerto 77”, en esta ocasión acompañado en el reparto por James Stewart, Jack Lemmon, Brenda Vaccaro, Joseph Cotten, Olivia de Havilland y un larguísimo etcétera.


En 1978 eras el Capitán Omar Kinsman en “Caza sin piedad”…


Andrew Pennington en “Muerte en el Nilo”...


… y el General George S. Patton en “Objetivo: Patton”.

Llegaban para ti después otros títulos cinematográficos como “Search and destroy”, “The double McGuffin” o “Acero”…


... y en 1979 dabas, ya por cuarta vez, vida al Capitán Joe Patroni en “Aeropuerto 79”. 

“El barco de la muerte”, “Exterminio”, “Wacko”, “Chattanooga Choo Choo”…




… “Bolero”, “Delta Force”, “Vencer o morir”…


En 1988 descubríamos, George, tu faceta más divertida a través de Ed Hocken, tu maravilloso personaje en “Agárralo como puedas”…


… sí, junto a Leslie Nielsen, qué más podemos pedir…

Intervenías en la serie televisiva “Dallas” y en otros títulos de la gran pantalla como “La bahía esmeralda”, “Mayumi” o “Los locos de la carretera”.


En 1991 volvías a encarnar al divertido Ed Hocken, de nuevo junto a un también genial Leslie Nielsen, en “Agárralo como puedas 2 ½ : el aroma del miedo”…


… y tres años más tarde, por tercera vez, en “Agárralo como puedas: 33 1/3: el insulto final”.



Le prestaste tu voz a L.B. Mammoth en la animada “Los gatos no bailan” (1997) y a Brick Bazooka en “Pequeños guerreros” (1998).

Y llegaron también para ti otras participaciones en diversas series de la pequeña pantalla y otros tantos títulos cinematográficos como “Bayou Ghost”, “Amor en el aire”, “Three bad men”…


… y “Llamando a las puertas del cielo” (2005), una historia escrita por Sam Shepard bajo la dirección de Wim Wenders donde compartías cartel con Tim Roth, Jessica Lange y el propio Shepard.


The young and the restless” (2003) fue la última serie de televisión en la que interviniste, en el papel de Albert Miller



… y tus dos últimas películas a toda pantalla fueron “Another happy day” (2011) y “El jugador” (2014).

De ti dicen, George, que eras un roba escenas…


¿Y qué más podemos decir de ti? Pues que en los primeros años 70, Paramount Pictures se planteó hacer un remake de “Perdición” contigo en el papel de Edward G. Robinson. O que fuiste considerado para el papel de Lex Luthor en el “Superman” de Richard Donner. 

O que fuiste el único actor que aparecía en las cuatro entregas cinematográficas de “Aeropuerto”… Esto sí que es un gran logro, George, dado el carácter de las mismas.


También sabemos que nos dejaste escritas dos novelas de misterio, “Murder on location” (1983) y “Murder on high” (1984)…


… y tu autobiografía: “Trust in me” (2011).

Mil gracias, George, por tu profesionalidad, tu simpatía, tu buen hacer… tu grandeza, a todos los niveles. 




Gracias por dejarnos seguirte todos estos años en tu trayectoria actoral, en la que, desde un principio, brillaste con luz propia. 


Y, por encima de todo, gracias por ser tú. El grandísimo George Kennedy.