jueves, 16 de julio de 2015

Personaje de libro


En 1962, Gregory Peck nos maravillaba con su impecable composición de Atticus Finch, el inolvidable padre de “Matar a un ruiseñor”. Atticus era en origen un personaje de “To kill a mockingbird”, novela que, con gran éxito, publicaba en 1960 Harper Lee, accediendo a llevarla a la gran pantalla siempre y cuando fuera Peck, y no otro actor, el encargado de dar vida al extraordinario padre de esta historia. 

Empecé a leer el guión que me enviaron y no pude dejarlo en toda la noche. Supuse que querían que interpretara a Atticus y les llamé a las ocho de la mañana para preguntarles que cuándo empezábamos. La novela me pareció espectacular. Pero sobre todo sentí que era un personaje con el que me podía identificar, que sería capaz de ponerme en su lugar 
y de andar con sus zapatos

Gregory Peck, el Atticus de Scout, el Atticus de Harper... Nuestro Atticus. 


Joanne Woodward encarnaba en 1960 a Mary St. John, la protagonista de la película “Desde la terraza”, basada en la novela “From the terrace” escrita en 1958 por el estadounidense John O’Hara. Para cuando publicó este título, O’Hara era ya un exitoso escritor de novelas y relatos breves, ejerciendo también el oficio de periodista y corresponsal así como el de guionista en Hollywood. 


Ernest Hemingway publicaba en 1929 “A farewell to arms”, novela cuyo protagonista, el Teniente Frederick Henry, era interpretado en 1932 en la gran pantalla por Gary Cooper en “Adiós a las armas”. A Hemingway no le gustaba esta interpretación de su novela al encontrarla demasiado romántica, pero esto no impidió que él y Cooper entablaran una estrecha amistad y que fuera el propio Hemingway quien insistiera en que Gary protagonizara también la adaptación cinematográfica de “Por quién doblan las campanas”, otra de las novelas del escritor. ¿Y a que hoy no podemos imaginarnos a otro Robert Jordan cinematográfico?


Robert E. Lee Prewitt, el personaje encarnado por Montgomery Clift en “De aquí a la eternidad” (1953), provenía de “From here to eternity”, novela publicada en 1951 por el autor estadounidense James Jones, quien no estaba demasiado conforme con esta adaptación de su novela porque consideraba que había sido demasiado esterilizada. Aún así, Jones vendió un extra de dos millones de ejemplares tras el éxito de la película y él mismo aparecía en una escena junto a unas azafatas y otros soldados mientras Fatso tocaba el piano en el New Congress Club.


En 1958, bajo la dirección de Terence Fisher, Christopher Lee se convertía por vez primera en el Conde Drácula en “Drácula”. La novela en la que se basaba la película, publicada allá por 1897, venía firmada por el irlandés Bram Stoker. Entre 1966 y 1976, Christopher volvería a este personaje en “Drácula, príncipe de las tinieblas”, Drácula vuelve de la tumba”, El conde Drácula, “El poder de la sangre de Drácula”, “Las cicatrices de Drácula”, “Drácula 73”, “Los ritos satánicos de Drácula”, “Drácula padre e hijo”… Sí, Conde por derecho propio. 


Viggo Mortensen nos maravillaba en la trilogía cinematográfica de “El Señor de los Anillos” (2001 a 2003) bajo la apariencia del mágico Aragorn. El británico John Ronald Reuel Tolkien publicaba, entre 1954 y 1955, los tres volúmenes que conformaban “The Lord of the Rings”. Cuando Viggo se incorporó al rodaje de esta trilogía no conocía al director Peter Jackson ni se había leído los libros de Tolkien. Fue su hijo de once años quien le convenció para que aceptara este papel.


Ensign Pulver… Personaje de “Escala en Hawai” (1955) que le valió a Jack Lemmon el Oscar al mejor actor secundario. Personaje perteneciente, en origen, a “Mr. Roberts”, novela escrita en 1946 por el autor americano Thomas Heggen, novela que dos años después daba un exitoso salto a los escenarios protagonizada por Henry Fonda, en forma de obra teatral que, tras una gira por todo el país, se mantuvo durante tres años en Broadway con más de mil representaciones, todas ellas de gran éxito. 


El estadounidense Lyman Frank Baum publicaba “The wonderful Wizard of Oz” en 1900. Judy Garland era Dorothy en "El mago de Oz", clásico cinematográfico de 1939. La fantástica edición original del libro contaba con preciosas ilustraciones, estaba encuadernada en formato de lujo (no habitual en un libro para niños) y obtuvo un éxito sin precedentes. Baum escribió trece libros más recreados en Oz.


En 1962, la película “Agente 007 contra el doctor No” nos presentaba por vez primera, y a través de un impresionante Sean Connery, al mítico Bond, James Bond. Connery volvería después a este mismo personaje en “Desde Rusia con amor”, “James Bond contra Goldfinger”, “Operación Trueno”, “Sólo se vive dos veces”, “Diamantes para la eternidad” y “Nunca digas nunca jamás”. 

El autor británico Ian Fleming, que escribió un total de doce novelas y nueve cuentos con el personaje del Agente 007, tenía en mente a Cary Grant como el Bond cinematográfico, pero Cary rechazó la oferta por considerarse demasiado mayor para el papel. También fueron considerados David Niven (llegó a encarnarlo en “Casino Royale”), Trevor Howard, Rex Harrison… y Roger Moore (entonces descartado por ser demasiado joven). Para mí, James Bond siempre será Connery, Sean Connery. 


El estadounidense David Goodis publicaba con éxito en 1946 “Dark passage”, libro que aparecía primero por capítulos en la revista "The Saturday Evening Post". Pronto se pensaba en su adaptación cinematográfica, "La senda tenebrosa", con Humphrey Bogart como Vincent Parry y formando pareja, por tercera vez, con Lauren Bacall… Eso, historia del cine.


Mark Twain escribía en 1876 “Las aventuras de Tom Sawyer” y Tommy Kelly, en el papel de Tom Sawyer, debutaba con doce años, y de manera extraordinaria, en el clásico cinematográfico de mismo nombre de 1938. “Huck Finn ha existido, Tom Sawyer también, si bien no se trata de un solo individuo, es una combinación de las características de tres chiquillos amigos”, nos aclaraba el propio Twain.


La publicación en 1936 de “Gone with the wind”, novela escrita por la estadounidense Margaret Mitchell, alcanzaba un éxito indiscutible. David O. Selznick consideraba para el papel de Rhett Butler en "Lo que el viento se llevó" a Gary Cooper, Errol Flynn, Ronald Colman… y Clark Gable, inclinándose finalmente por este último debido a las innumerables cartas que recibió el propio productor pidiendo que Rhett fuera Gable y no otro. Pero el actor tenía contrato con la Metro Goldwyn Mayer y era preciso llegar a un acuerdo para que fuera cedido... Curiosamente, Clark era el único que no quería ser el Rhett cinematográfico, siempre vio este título como una “película de mujeres”.


Joan Crawford daba vida en 1949 a Lane Bellamy en “Flamingo Road”, título de la gran pantalla que basaba su historia en "Flamingo Road", novela escrita en 1942 por el norteamericano Robert Wilder quien la adaptó dos años después como obra de teatro para luego, en 1949, escribir él mismo la adaptación cinematográfica. En los 80 veíamos esta misma historia como serie televisiva. 


En 1963, Steve McQueen era Hilts en “La gran evasión”. En 1950, el escritor australiano Paul Brickhill había publicado The great escape”, pero no, en esta novela no aparecía el personaje de McQueen, fue añadido a la película por sugerencia de William Riley Burnett, uno de sus guionistas, por la necesidad de incorporar personajes americanos a la historia. ¿Realmente os podéis imaginar esta gran evasión sin el rey de la nevera?


Y al fin llegamos a mí. Sí, yo también nací entre las páginas de un libro, concretamente de éste que tengo aquí: “Historias de Winny the Pooh”, Winnie-the-Pooh en el original, escrito en 1926 (con ilustraciones a todo color de Ernest Shepard) por el británico Alan Alexander Milne, autor de cuentos infantiles que un buen día decidió contar las andanzas del oso de trapo de su hijo Christopher Robin (¿os suena este nombre?), naciendo así yo,  Winnie the Pooh. Después me adoptaría Walt Disney, a mí y a todos mis amigos… Pero ésa es otra historia.