jueves, 2 de julio de 2009

Karl Malden, el rostro inconfundible

Las calles de San Francisco se han quedado desiertas. El actor Karl Malden nos dejaba ayer a los 97 años de edad. Una larga vida y una fructífera carrera en el teatro, el cine y la televisión.

En 1972, Malden se hizo tremendamente popular en la pequeña pantalla como Mike Stone, el experimentado detective de "Las calles de San Francisco". En un principio concebida como una película para la televisión, pronto la ABC la convirtió en una serie. En ella, Karl interpretaba a un veterano policía al que se le asigna como compañero a un joven oficial recién graduado, papel interpretado por un joven y desconocido Michael Douglas. Malden obtuvo por este papel cuatro nominaciones a los Premios Emmy y una a los Globos de Oro.


En su primera temporada, "Las calles de San Francisco" fue todo un éxito, y supuso la respuesta de la ABC a otras rentables series de los años 70, como "Hawaii 5-0", "Ironside", "Kojak", "McMillan y esposa" o "La mujer policía".

Este rotundo éxito de televisión venía avalado por los muchos años de experiencia como actor de Karl Malden. Mladen George Sekulovich nació el 22 de Marzo de 1912 en Chicago, Illinois. De madre checa y padre serbio, a la edad de cinco años se trasladó con su familia a Indiana, donde su padre trabajó como obrero siderúrgico y como lechero. En el colegio, Malden ya actuaba en algunas obras de teatro y destacaba en el equipo de baloncesto. Practicando dicho deporte y el fútbol americano, Karl se rompió la nariz en dos ocasiones. Curiosamente, esa deformada nariz le caracterizaría toda su vida. Consciente de ello y lejos de suponer un complejo para él, solía bromear diciendo que era "el único actor de Hollywood cuya nariz lo calificaba para usar el estacionamiento para discapacitados".


Tras graduarse en el Emerson School for Visual and Performing Arts, en Indiana, trabajó en la industria del acero durante tres años. Más adelante ("porque no estaba yendo a ninguna parte en las fábricas"), decidió dejar el trabajo en la industria ("cuando se lo dije a mi padre, me respondió: "¿Estás loco? ¿Quieres dejar un buen trabajo en mitad de la Gran Depresión?" Gracias a Dios por mi madre. Ella me dijo que lo intentara"). Desde aquí, yo también le doy las gracias a su madre. Malden prosiguió sus estudios en el Goodman Theater y en el Chicago Art Institute. Tres años más tarde, se trasladó a Nueva York. Rápidamente, se involucró con el Group Theater, una organización de actores y directores que pretendían mejorar la cara del teatro.

Debutó en Broadway a fines de los años 30 en la obra "Golden boy", de Clifford Odets. Allí atrajo la atención de Elia Kazan, bajo cuya dirección protagonizaría más adelante las obras "All my sons", de Arthur Miller, y "Un tranvía llamado deseo", de Tennessee Williams. Su trabajo como actor se vio interrumpido por la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, retomó su carrera, participando en la obra de teatro "Truckline Café" junto a un joven y desconocido Marlon Brando. El éxito que obtuvo Malden con esta obra le permitió el salto definitivo al cine.


En 1940 debutó en la gran pantalla con "Sabían lo que querían". Con su intervención en 1950 en "El pistolero", su carrera cinematográfica empezaba ya a despuntar. Al año siguiente obtuvo el Oscar al mejor actor secundario por su memorable interpretación de Mitch, el eterno pretendiente de Blanche Dubois en la adaptación cinematográfica de "Un tranvía llamado deseo". Tras este papel, Malden nos mostró su gran variedad de registros en títulos hoy ya clásicos como "La ley del silencio", "Baby Doll", "Yo confieso", "El hombre de Alcatraz", "El árbol del ahorcado", "El rostro impenetrable", "La conquista del Oeste", "El rey del juego" o "Patton".

Personaje muy querido y respetado en Hollywood, en 1989 fue elegido Presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias, cargo en el que estuvo hasta 1992. Y en 2004 recibió el Premio del Screen Actors Guild a toda una trayectoria artística, ocasión en la que afirmó que la estatuilla significaba la "cima" para él.

Cima que Malden encumbró con su profesionalidad y saber hacer. El actor estudiaba sus guiones cuidadosamente. En una entrevista a Associated Press decía: "No sólo descubro mi propia interpretación del papel, sino que trato de adivinar otras aproximaciones que al director le gustarían. También las preparo... de esta forma puedo cambiar en la mitad de una escena sin sudar. No hay tal cosa como un trabajo fácil, no si lo haces bien".

A lo largo de su extensa carrera, Karl Malden trabajó con actores de la talla de Montgomery Clift, Marlon Brando, Eli Wallach, Vivien Leigh, George C. Scott, Steve McQueen... Con reconocidas estrellas del cine como Gregory Peck, Richard Widmark, Carroll Baker, Gary Cooper, Burt Lancaster... Y a las órdenes de directores como Norman Jewison, John Ford, Elia Kazan, Alfred Hitchcock o Henry Hathaway. Karl Malden pertenece, al igual que Walter Brennan, Harry Carey, Edward Arnold o Ethel Barrymore (por citar algunos) a esa clase de actores llamados "secundarios" (para mí, son esenciales en sus películas) que hacen siempre un papel impecable y que, plano a plano y título a título, van construyendo una filmografía digna de la mejor estrella cinematográfica.


Sí, las calles de San Francisco se han quedado desiertas. Pero, además, en blanco y negro. Porque se nos ha ido un grande del cine clásico.
Hasta siempre, Karl. Y gracias.

4 comentarios:

Jose de Bergerac dijo...

Pues vaya rachita de fallecimientos que llevamos... Me ha llamado la atención que en la mayor parte de los medios de comunicación se ha resaltado el tema de su nariz, incluso en los titulares (20 minutos: "Adiós a Karl Malden, el gran actor de la gran nariz rota"). Virgen santa, no sé lo que sucederá cuando se mueran Gerard Depardieu, Adrien Brody, Carmelo Gómez o yo.
En cualquier caso, me uno al homenaje a este gran tipo y me despido con un beso, pero al estilo de los esquimales.
P.D: Enhoranuena por el nuevo diseño del blog, lo hace más atractivo, ameno y narizotas.

ché le amo a aché dijo...

Vaya, lo siento. Y no me había enterado. Creo que el leerme la portada del periódico no va a ser suficiente para estar informada de todo...
Aprovecho para felicitarte por la nueva decoración de tu casa: ahora está muchísimo más acogedora
Unos besos

Clementine dijo...

Gracias a los dos, yo también creo que me ha quedado mono el nuevo diseño del blog.
Y sí, Jose de Bergerac, una pena que tengan que resaltar "por narices" esa característica de un actor que ha sido de lo mejorcito que ha habido en teatro, cine y televisión. Y, además, como bien dices, un gran tipo. Pero, como se suele decir, nos queda su trabajo y eso ya es para siempre.
Saludos a los dos.

M. de Tejón dijo...

Pues menos mal que no se han enterado "los palizas" de A3 ó T5, porque le habrían hecho un trajecito a costa de su nariz; aunque no sepan quién fue ni a qué se dedicaba este señor, que me consta.