jueves, 7 de mayo de 2009

Bea Arthur, auténtica chica de oro


Bea Arthur nos dejaba el pasado 25 de Abril. Su verdadero nombre era Bernice Frankel, pero ella lo odiaba, así que lo cambió por uno de una sola sílaba: Bea (pronunciado Bi. ¿De qué me suena a mí esto?)


Nacida en Nueva York el 13 de Mayo de 1922, tuvo que luchar para ser actriz. La mismísima Tallulah Bankhead le dijo en una ocasión:"Tienes el talento. El problema es tu estructura ósea". Fue precisamente su alta estatura, su voz grave y un enorme don para la comedia lo que la llevó al éxito y reconocimiento general.


A finales de los 40, Bea comenzó a trabajar profesionalmente en un grupo de teatro de Nueva York. Entre otras obras que representó estaban "El violinista en el tejado" y "Mame", que le valió un Premio Tony.

Y en 1972 fue seleccionada para protagonizar la serie de televisión "Maude", que permaneció en antena desde 1974 hasta 1978. Exitosa serie sobre una feminista progre que para su época fue bastante pionera. En ella se trataban temas como el aborto, la menopausia o el alcoholismo ("Hablábamos de todo menos de las hemorroides").


Pero su rotundo reconocimiento y popularidad lo consiguíó más adelante con "Las chicas de oro" (1985-1992), una de las series televisivas de más éxito de los años 80, donde su personaje de Dorothy desplegó un humor ácido y sarcástico que hizo las delicias del público ("Hacer bien un papel cómico consiste en permanecer terriblemente seria").

En 1992, Bea anunció que abandonaba la serie. Las otras tres "chicas" regresaron con "The golden palace" ("Hotel de oro" se llamó aquí) que, pese a estar también creada por Susan Harris, sólo duró una temporada. Evidentemente, no era lo mismo sin Dorothy.


Tras realizar diversas apariciones en películas, espacios y series de televisión, Arthur se reencontró de nuevo con Broadway en el 2002, estelarizando "Bea Arthur on Broadway: just between friends", una recopilación de historias y canciones basadas en su vida y carrera. El espectáculo consiguió un nuevo triunfo y fue nominado al Premio Tony.


Bea fue en múltiples ocasiones nominada a los Premios Emmy. Lo obtuvo tan sólo en 1977 por "Maud" y en 1988 por "Las chicas de oro". Y en los últimos años continuó su labor con los monólogos humorísticos.

Porque la comedia fue un terreno que ella dominó siempre a la perfección ya que, como bien la describe el amigo Jorge, "era una actriz de esas de gesto".


Ahora Dorothy se ha reunido de nuevo con su madre, Sofía Pretillo. Y sus dos amigas en "Las chicas de oro" le dedican a Bea unas últimas palabras. Rue McClanahan, Blanche Deveraux para los amigos: "Hace 37 años ella me mostró cómo ser valiente a la hora de hacer comedia. Echaré de menos ese coraje y esa voz".

A su vez, Betty White, Rose Nylund para sus seguidores: "Bea fue una parte muy importante en una época muy feliz en mi vida y la he querido profundamente durante mucho tiempo". Betty, además, afirmó sentirse "feliz por haberla conocido".


Y a mí me hubiera gustado conocerla. Aunque fuera sólo para decirle: "Thank you for being a friend". Y por habernos hecho reir.

5 comentarios:

Jose Zbornak dijo...

No estoy de acuerdo en que "El hotel de oro" no funcionara por la ausencia del personaje de Dorothy. Creo modestamente que falló porque los guiones no eran buenos, y los de "Las chicas de oro" eran sencillamente magistrales. Cuando hay un buen guión, se puede triunfar sin tus ex-compañeros de serie, como le pasó a Frasier sin necesidad de estar rodeado de Sam, Norm, Carla o Cliff.
En realidad creo que en "Las chicas de oro" no destacaba ninguna de las 4. Cuando Sofia Petrillo no contaba una batalla de Sicilia, Rose Nylund narraba una surrelaista historia de Saint Olaf(sí, así se escribía su pueblo nórdico, no era "Senolav"), posiblemente protagonizada por un tal Sven Folsflaflen. Y si no, Blanche Deveraux restregaba a las demás su inexplicable actividad sexual, especialmente a Dorothy, que desde que se separó de Stan no mojaba ni a la de tres. Destacar en "Las chicas de oro" era difícil.
Años antes, aunque en España la emitieron después de "Las chicas de oro" (creo que lo hicieron las autonómicas), Beatrice Arthur sí que destacó en "Maude". La serie se basaba exclusivamente en su vis cómica, que era enorme. Aunque, por supuesto, los guiones tampoco eran los de "Las Chicas de oro"...
Precioso homenaje. Seguro que Bea estaría orgullosa de leer las palabras que le dedica esta otra otra Bea.

Pepa Trañas dijo...

No recuerdo bién si las series televisivas hasta los años 80 o 90 tuvieron éxito. pero lo que sí recuerdo es, que como no habia muchos canales de tv, te lo emitian quisieras o nó.

Personalmente las "Chicas de Oro" no me gustaban, pues la mayoria eran diálogos própios de quinceañeras puestos en boca de octogenarias. Me era tan chocante que logré cultivar verdadera aversión a la serie.
Quizá ese fuera el contraste gracioso, pero yo nunca logré encontrarle el punto; bueno sí, el punto final.

Supongo que a otra gente le habrá pasado lo mismo con otras series que me gusten a mí, que la vamos a hacer, así es la vida.

Clementine dijo...

Sí, señor Zbornak, puede ser que "El hotel de oro" no funcionara por ser de distintos guionistas. Porque otras series de Susan Harris, la creadora de "Las chicas de oro", funcionaron también muy bien ("Enredo" o "Nido vacío", por ejemplo). Pero sí pienso que "El hotel de oro" además, se quedaba un poco cojo y se resentía por faltarle una de las chicas, y encima la más sensata, que equilibraba un poco a las demás. De todas maneras, yo vi muy poco esta nueva serie, precisamente porque no me enganchaba.
En cuanto al realismo mayor o menor de estas señoras octogenarias, señora Trañas, yo creo que tambíén es lo menos importante. Tampoco existen los Curris de los Fraggle (que sepamos) y mira tú qué majetes son y qué contentos seguimos sus historias. Lo fundamental de "Las chicas de oro" es que tienen un guión y unas actrices inmejorables. Y hoy ya no hay series así.

Pepa Trañas dijo...

Quizá no debí decir que no me gustaba, creo que se dice no me enganchaba.
Perdon.

Pepi Tita dijo...

No, Pepa Trañas, has empleado bien el término. Cuando no te gusta una cosa es que has visto un poquito, no te gusta y ya no lo ves más (a no ser que seas masoquista). Y cuando no te engancha, es que le has dado más oportunidades, pero no te acaba de convencer. Puede que lo vuelvas a intentar o que ya no lo veas más.
De todas maneras, no hay que disculparse, porque el mundo del humor es de las cosas más subjetivas del mundo...
Perdonado y un besito.