domingo, 12 de abril de 2009

El maravilloso mundo de Jerry

Siempre me ha gustado Jerry Lewis. Siempre me ha hecho reir. Incluso en las películas donde hacía pareja cómica con Dean Martin, Lewis tiene momentos memorables.


Hijo de artistas, ya a los catorce años intervenía en los intermedios de las actuaciones de sus padres, imitando en playback a las grandes figuras del momento.


Showman en toda regla, más adelante, ya en el cine, tan pronto nos deleitaba atreviéndose a cantar con el mismísimo Dean Martin, como saliendo más que airoso en un baile de salón.


Y a pesar de aparecer siempre con un aspecto poco menos que atractivo ("he conseguido un gran éxito siendo un perfecto idiota"), nunca desapareció en él una elegancia innata. En sus posteriores películas, pronto abarcó otras facetas distintas a las de actor, pues fue el guionista y director de muchos de los títulos que protagonizó ("cuando dirijo, hago de padre; cuando escribo, hago de hombre; cuando actúo, hago el idiota").

Hombre polifacético en el mundo del espectáculo, ha sido también un gran amante de la buena música. En su carrera en solitario, tras separarse de Dean Martin, es rara una película suya que no tenga un apartado musical.


Entre sus amistades a lo largo de su extensa carrera, figuras de la talla de Stan Laurel, Charles Chaplin, Groucho Marx o el mismísimo John Kennedy, quien llegó a pedirle consejo al comienzo de su carrera política para darle el oportuno toque de humor a uno de sus discursos.


Lejos de retirarse del mundo del cine, en 2008 puso la voz al profesor Julius Kelp en la adaptación animada de "El profesor chiflado", su película más emblemática.


Este año, la Academia de Hollywood se ha acordado de él. Y es que Lewis no fue nunca nominado al Oscar en ninguna de sus facetas cinematográficas. Aunque no ha sido ésta la primera vez que Jerry ha pisado el escenario de estos galardones.

En 1958 fue un impecable maestro de ceremonias de la gala, haciendo una vez más de la improvisación un arte. Se habían entregado ya todos los premios, pero se debían cubrir aún los veinte minutos restantes previstos de la ceremonia. A Jerry no se le ocurrió otra cosa que llamar a todos los nominados para que se hicieran una foto en el escenario. Empezó a sonar una música y les pidió a todos que se pusieran a bailar. Cuando pasó el tiempo convenido, la televisión cortó la emisión y ellos siguieron bailando...


Junto a una gran ovación, Lewis ha recibido el Oscar Humanitario Jean Hersholt. Hersholt fue un actor danés que en 1939 contribuyó a crear una fundación cinematográfica de ayuda a los empleados de la industria del cine sin recursos económicos pero con necesidad de atención médica. En 1956 se creó el Oscar que lleva su nombre por sus "humanitarios esfuerzos hacia la industria".


Jerry Lewis fue en 1977 un firme candidato al Premio Nobel de la Paz por sus 50 años de dedicación en la lucha contra la distrofia muscular. El actor lleva toda una vida dedicado a esta noble causa. Está considerado como el padre de la Teletón, evento televisivo que recauda dinero para una causa concreta.


En su caso, fue para la Asociación de la Distrofia Muscular (MDA). Se celebra todos los años en el Día del Trabajo desde 1966 (aunque los esfuerzos de recaudación de fondos de Lewis comenzaron en la década de los 50). Hoy, esta maratón televisiva dura 21'5 horas y es ya tradición para 60 millones de televidentes estadounidenses.


Con este Oscar honorífico se reconoce doblemente su prolífica y exitosa carrera artística y la profunda y reconocida humanidad que se esconde tras este cómico americano ("durante la mayor parte de mi vida pensé que hacer el bien por alguien no significaba que uno recibiría elogio por ese acto de bondad. Al menos hasta ahora. Este premio toca mi corazón y lo más profundo de mi alma por a quien representa, y por aquellos a quienes beneficiará").

A sus 83 años, afortunadamente, sigue aún entre nosotros. Y lo seguirán descubriendo las futuras generaciones.


Será porque, como se suele decir, los genios son inmortales.

6 comentarios:

Joselito dijo...

Ah, qué gran tipo Jerry Lewis, oh, sí. Yo también le admiro,hasta el punto de que aún recuerdo gesto por gesto su coreografía en el número musical "The typewriter", una de esas secuencias musicales que bailaba, con el cuerpo o con la cara, tan absurda como magistralmente (tocando la batería en en la cocina de "El ceniciento", fumando un puro en el despacho del jefe o la mítica bajada de escaleras de, otra vez, "El ceniciento"). Qué grande, Jerry.
Enhorabuena, bienvenida a la blogosfera.

Teresa dijo...

Enhorabuena por tu blog! Esta familia va a conseguir que no despegue la nariz de la pantalla del ordenador .Un abrazo.

silvia dijo...

Hola bloguera! yo también recuerdo a Joselito imitando a Jerry....
Ánimo y a escribir...

Clementine dijo...

¡Qué grande, Joselito-Jerry! Porque supongo que no será Joselito-Marisol. Esperemos.
Saludos a todos.

Roberto Béjar dijo...

Se dice que todos los días se aprende algo nuevo, algo más que evidente si uno se pone a bucear por este maravilloso blog.
Sabía que Jerry además de cómico genial era una persona muy solidaria, pero no hasta el punto de poder optar a los Nobel. Sin duda, es de esas personas que pagarías lo que fuera por poder conocerlas en persona. Un tipo entrañabilísimo.
Me gustaría que en las cadenas de televisión programaran alguna que otra película suya, pues me temo que las generaciones más jóvenes están creciendo sin saber quien es Jerry Lewis. Algo imperdonable que trato de remedar con mis alumnos y que se quedan asombrados cuando ven sus películas.
Como curiosidad, el record de risotadas en una aula la tiene la escena de "Tiempos Modernos" en la que a Chaplin le amarran a una máquina que le da de comer y se estropea.
Saludos dominicales.

Clementine dijo...

Es que esa escena de "Tiempos Modernos", Roberto, es antológica. Aunque la película entera lo es también, con ese mensaje que lanza tan válido hoy en día.
En cuanto a Jerry, no estaría mal que lo conocieran todas las generaciones porque creo que su genialidad es atemporal. Yo tampoco sabía, hasta que escribí esta entrada, que había sido candidato al Nobel. Menudo nivel.
Y yo también daría lo que fuera por haberle conocido en persona. De siempre le tengo en un pedestal, le admiro un montón como completísimo artista y como envidiable ser humano.
Más saludos dominicales para ti.